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La UE, contra los bloqueos a la tecnología inalámbrica

La Comisión Europea está ejerciendo presiones sobre cinco Estados miembros que frenan la introducción de una nueva tecnología inalámbrica que podría competir con la telefonía móvil de tercera generación (3G). La tecnología, denominada Wi-Fi o fidelidad inalámbrica, permite qu...

La Comisión Europea está ejerciendo presiones sobre cinco Estados miembros que frenan la introducción de una nueva tecnología inalámbrica que podría competir con la telefonía móvil de tercera generación (3G). La tecnología, denominada Wi-Fi o fidelidad inalámbrica, permite que los usuarios de ordenadores portátiles accedan a Internet mediante conexiones inalámbricas a velocidades mucho mayores que con 3G. La tecnología Wi-Fi ya dispone de una cabeza de puente en EEUU. El objetivo es establecer accesos a Internet en sitios concurridos como por ejemplo las estaciones de ferrocarril, los aeropuertos y los hoteles. Sin embargo, Francia, España, Italia, Grecia y Luxemburgo han estado retrasando la regulación del uso público de esta tecnología, lo cual podría obstaculizar la competitividad, según la Comisión. En la actualidad ésta presiona a dichos países para que admitan la tecnología en cuestión. El problema reside en que varias empresas europeas han invertido 120.000 millones de euros en tecnología 3G, que se ha visto afectada por una serie de retrasos financieros y técnicos. La Comisión y gran parte del sector de las telecomunicaciones creen que la tecnología Wi-Fi es complementaria de la tecnología 3G y que resulta esencial para el objetivo de la Comisión de poner en el mercado servicios de banda ancha que mejoren la competitividad. En el próximo mes de julio la Comisión obtendrá nuevos poderes que le permitan anular las decisiones de los reguladores nacionales de telecomunicaciones, y ha advertido que cualquier restricción desleal del uso de la tecnología Wi-Fi podría constituir una infracción de la legislación de la UE.

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