Desaparición prematura del agujero de ozono esta semana
Según el pronóstico del centro nacional de meteorología de los Países Bajos, el agujero de ozono de la Antártida se cerrará este año unos meses antes de lo habitual. Basándose en las observaciones de los satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA), Henk Eskes, del centro nacional de meteorología de los Países Bajos (KNMI), ha descubierto que la profundidad del agujero de ozono es mucho menor de lo que se había previsto. "Dicha desaparición se está produciendo excepcionalmente pronto este año, unos dos meses antes de lo normal", dijo el Sr. Eskes, científico senior del KNMI. "La profundidad del agujero de ozono es este año más pequeña que de costumbre, aproximadamente la mitad de la registrada en 2001." Eskes pronostica que el agujero de ozono de la Antártida se dividirá primero en dos partes y después de esto incluso seguirá debilitándose. Pero a pesar de esta previsión optimista advirtió que "no puede excluirse la posibilidad" de que uno de los dos remanentes se fortalezca y forme un nuevo agujero de ozono. Se ha producido a nivel mundial una disminución lenta de la cantidad de substancias debilitantes del ozono en la atmósfera. El Sr. Eskes cree que esto es debido a los acuerdos internacionales establecidos para reducir su producción. Sin embargo, "esta disminución es demasiado lenta para explicar la debilitación del agujero de ozono que se ha producido este año". Según el científico holandés, la explicación radica pues en la variabilidad de la circulación atmosférica de un año a otro, la cual influye en el tamaño y duración del agujero de ozono. El agujero de ozono está rodeado de un vórtice de fuertes vientos que bloquean el intercambio de aire entre las regiones polares y de latitud media. Durante la primavera y el verano del Polo Sur, la temperatura aumenta y los vientos se suavizan. El resultado de esto es que el aire pobre en ozono que se encuentra dentro del vórtice se mezcla con el aire rico en ozono del exterior y el agujero de ozono se disipa. El KNMI, centro nacional holandés de investigación e información sobre clima, cambio climático y sismología, utiliza datos del instrumento GOME (experimento de vigilancia del ozono mundial), incorporado en el satélite ERS-2, para generar diariamente análisis sobre el ozono mundial y previsiones sobre el ozono cada nueve días. La Agencia Espacial Europea, en colaboración con la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (EUMETSAT), está preparando también una serie de tres satélites llamada MetOp que seguirá a los instrumentos GOME y garantizará al menos 10 años de vigilancia continua del ozono desde el espacio que comenzará en 2005.