Los líderes empresariales europeos se suman al urgente llamamiento de la Comisión para incrementar el gasto en investigación
Los dirigentes empresariales de Europa han sumado su voz a los llamamientos dirigidos para redoblar los esfuerzos de investigación con el fin de intensificar la competitividad, el crecimiento económico y el empleo de la UE. El llamamiento se escuchó en el transcurso de un debate de expertos organizado por la Unión de Confederaciones de la Industria y de Organizaciones Empresariales de Europa (Unice) en torno a "Desafíos para el incremento del gasto europeo en I+D del 1,9 por ciento al 3 por ciento del PIB", con motivo de la conferencia inaugural del VI Programa Marco celebrada en Bruselas. En el debate participaron Philippe Busquin, comisario europeo de Investigación, Georges Jacobs, presidente de Unice, Michel Deleau, director en el Banco Europeo de Inversiones (BEI), Daniel Janssen, presidente del grupo de trabajo sobre competitividad de la Mesa Redonda Europea de Industriales, Fred von Dewall, economista principal del Grupo ING, y Yannis Tzavaras, director general de nuevas operaciones de Intracom. El comisario Busquin destacó lo siguiente: "La investigación industrial está adquiriendo cada vez más una dimensión europea y hasta mundial. La fragmentación de iniciativas, el aislamiento de sistemas nacionales de investigación y las divergencias entre sistemas jurídico-administrativos se están cebando con la inversión en I+D". "La consecución del objetivo del tres por ciento y el espacio europeo de investigación son ambos elementos clave para restaurar la confianza en la economía del conocimiento y para potenciar el crecimiento basado en la multiplicación y mejora de iniciativas de I+D", añadió Busquin. Según aseveró el presidente de Unice, Georges Jacobs, la consecución del objetivo del tres por ciento establecido en el Consejo Europeo de Barcelona de marzo de 2002 "queda supeditada a que Europa fomente drásticamente la calidad de los centros de excelencia, competencias y nivel educativo en Europa, ordene un entorno normativo más favorable a la I+D y la innovación, entronque las políticas comunitarias e impulse un sector público de investigación potente y dinámico. Las políticas intersectoriales, como son la regional y la educativa, tienen un fuerte impacto en la inversión en I+D, el cual requiere que se mida". "Los dos tercios de la inversión deberían correr a cargo del sector empresarial", según reza la Comunicación de la Comisión "More Research for Europe - Towards 3 per cent of GDP" (Más investigación para Europa: hacia el tres por ciento del PIB). Los participantes en el debate coincidieron en la imperiosa necesidad de replantear de raíz el modelo de promoción de la I+D y la innovación. Se insistió en que Europa cambiara sus políticas y prácticas existentes para materializar dicho replanteamiento. Los asistentes explicaron cómo un enfoque europeo coherente podría ayudar a coordinar las políticas de I+D de los 15 Estados miembros y abogaron por que la política de I+D guardara coherencia con otras políticas como las de competencia, medio ambiente y educación. Michel Deleau, director en el BEI, declaró lo siguiente: "El Banco Europeo de Inversiones ha hecho de la I+D el eje de su 'Iniciativa de Innovación' en curso, destinada a ocupar un lugar permanente entre los objetivos decisivos de la política de préstamos del BEI en los próximos años. Se hará hincapié en fomentar la I+D privada, tanto la que se realice en pequeñas empresas como en grandes compañías, y en afinar los instrumentos financieros a las necesidades del sector investigador. El Fondo Europeo de Inversiones, afiliado al BEI, mantendrá su apoyo a las universidades y los centros de investigación en la generación de fondos de inversiones y nuevas herramientas, y en la prestación de servicios de consultoría. Con ello, se busca intensificar la investigación y acortar distancias entre la investigación y el desarrollo de productos". Daniel Janssen, presidente del grupo de trabajo sobre competitividad de la Mesa Redonda Europea de Industriales, concluyó: "Formalizar el objetivo del tres por ciento es algo vital para asegurar que se producen los cambios necesarios para vitalizar la competitividad, el crecimiento económico y el empleo en la UE. Ahora bien, este objetivo acabaría siendo irrealizable sin el rápido y dilatado replanteamiento que necesita en toda Europa".