Las alternativas a los ensayos con animales se vuelven más urgentes ante la inminente nueva legislación sobre sustancias y productos químicos
El día en que la Comisión dio a conocer su proyecto de nueva legislación sobre sustancias y productos químicos para someterlo a consultas, representantes del sector, de las instituciones europeas y de grupos proteccionistas de animales se reunieron en el Parlamento Europeo para debatir el impacto probable de estas nuevas leyes sobre los ensayos con animales. El profesor Coenraad Hendriksen, de la Universidad de Utrecht, en los Países Bajos, responsable de bienestar animal del Instituto de vacunas (NVI) del país y director del Centro neerlandés de alternativas a la utilización de animales (NCA), realizó una presentación sobre la forma en que se emplean actualmente los animales en la investigación, explicó la noción de las "tres R" -iniciales de los términos ingleses correspondientes a sustitución, reducción y perfeccionamiento- y reclamó que la búsqueda de alternativas adquiera una prioridad más elevada en la agenda política. La nueva legislación sobre productos químicos requerirá que las empresas evalúen los riesgos que origina la utilización de productos químicos, con el propósito de proteger la salud humana y el medio ambiente a través de un nuevo sistema reglamentario que abarque toda la UE. Sin embargo, estos nuevos requisitos provocarán un incremento enorme de la investigación sobre sustancias químicas, donde en muchos casos se emplearán animales. "El tema de las alternativas a los ensayos con animales necesita mucha más atención que la que recibe ahora. Una mayor conciencia acerca de las tres R debe conducir a una nueva legislación europea que sirva para mejorar los procedimientos nacionales. El Libro Blanco sobre sustancias y productos químicos hace que esto adquiera una notable urgencia," afirmó el eurodiputado neerlandés Bob van den Bos, anfitrión del seminario. En 1999 se utilizaron más de nueve millones de animales en experimentos en toda la UE, alrededor de dos millones menos que en 1996. La mayoría se emplearon en investigación fundamental, seguida por el desarrollo de fármacos y el control de calidad. Más del 50 por ciento de los animales utilizados son ratones. También se utiliza un elevado número de ratas, y cantidades menores de invertebrados, primates, aves y carnívoros. Las pruebas reglamentarias, el tipo de investigación exigida por el proyecto de legislación sobre sustancias y productos químicos, se llevan a cabo de manera habitual, empleando gran cantidad de animales en cada prueba, a menudo entre 120 y 150, según el profesor Hendriksen. Añadió que alrededor del 10 por ciento de las pruebas reglamentarias de toxicidad provocan un nivel elevado de dolor y angustia en los animales implicados, mientras que el 17 por ciento de pruebas de productos biológicos resultan igualmente penosos. Si bien Simon Webb, del Consejo europeo de industrias químicas (CEFIC), declaró que la apertura de la organización a colaborar con otros interesados para reducir el número de animales "consumidos", Emily McIvor -de la Coalición europea para la supresión de los experimentos con animales- reclamó al CEFIC que aportase financiación, espacio de laboratorio y personal para investigar alternativas a los experimentos con animales. "Las iniciativas se recibirán con interés, pero iniciativas ha habido siempre. Lo que se necesita realmente son aportaciones económicas. Nos gustaría que hubiese menos promesas vacías," afirmó. El profesor Hendriksen está deseoso de desarrollar alternativas a los experimentos con animales, pero reconoció que "la vida sería menos segura que en la actualidad si ahora dejásemos de realizar ensayos", y puso de relieve la contribución efectuada por los ensayos con animales en la erradicación de determinadas enfermedades en los países industrializados, entre ellas el tifus, la tuberculosis, el cólera y la fiebre amarilla. Sin embargo, el profesor Hendriksen recalcó que también existen limitaciones en los ensayos con animales. Los experimentos son extremadamente costosos y consumen mucho tiempo, y a menudo los resultados varían cuando los experimentos se llevan a cabo en diferentes variedades del mismo animal. También está la cuestión sobre si estos resultados serían iguales en el caso de los seres humanos. En la presentación se hizo referencia asimismo a los aspectos éticos de los ensayos con animales. "¿Qué derecho tenemos a ello? ¿[Los animales] tienen sólo un valor instrumental, o también poseen un valor intrínseco?" se preguntó el profesor Hendriksen. Las tres R pueden lograrse a través de la utilización del cultivo de tejidos celulares, modelos informáticos, seres humanos voluntarios y organismos invertebrados (sustitución); optimización de pruebas y métodos estadísticos más eficaces (reducción); y anestesia, analgesia y una mejor estabulación (perfeccionamiento). En el desarrollo de experimentos de sustitución surgen determinados obstáculos, sobre todo en el caso de las pruebas reglamentarias. Es necesario pre-validar, validar y aceptar cada método nuevo, antes de poder aplicarlo. Todo el proceso puede tardar hasta 18 años, como ha ocurrido en el caso de un método alternativo para probar vacunas antitetánicas desarrollado por el profesor Hendriksen y su equipo. El profesor Hendriksen culpa de la falta de progreso en el desarrollo de alternativas a los experimentos con animales a la carencia de herramientas científicas, la falta de financiación, la escasa prioridad que los institutos de investigación conceden al tema, y el saldo negativo de coste-beneficio en que se ha incurrido debido al alto riesgo que conlleva tal investigación. Por consiguiente, entre sus recomendaciones se encuentra elevar la prioridad de esta cuestión en la agenda política, incluido el VI Programa Marco de investigación de la Comisión Europea; suprimir las barreras financieras a la nueva investigación; armonizar directrices y promover el intercambio de datos. De hecho, John Williams -de COST, Cooperación europea en el campo de la investigación científica y técnica- reveló que su organización está negociando actualmente con el Centro europeo para la validación de métodos alternativos (ECVAM) el establecimiento de una red para la obtención de datos. Esta red se hace imprescindible porque todos los datos necesarios para desarrollar alternativas a los experimentos con animales se encuentran ahora en poder de las compañías farmacéuticas. "Si no conseguimos los datos, tendremos que repetir los experimentos otra vez," dijo el Sr. Williams. Como conclusión del seminario, el profesor Hendriksen pidió a los investigadores que aplicasen la reducción y el perfeccionamiento cuando no se disponga de elementos sustitutivos para los experimentos con animales. El 12 de mayo el Comisario de Investigación de la UE, Philippe Busquin, presentará nuevos elementos alternativos al ensayo con animales, elementos que han sido desarrollados mediante un proyecto financiado por la UE.