Según su director, el mandato más amplio de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ofrece libre acceso a la evaluación de riesgos
El director ejecutivo de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA), Geoffrey Podger, ha informado en una entrevista concedida a Noticias CORDIS que la Autoridad ha fundado ya cada uno de sus principales pilares, y ha lanzado su primer dictamen. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria es una entidad independiente responsable de prestar asesoramiento científico acerca de las cuestiones que tienen una repercusión directa o indirecta sobre la seguridad alimentaria. Desde su creación en febrero de 2002, se han puesto en marcha cuatro importantes medidas para poner en funcionamiento la autoridad, entre las que destacan la creación de un consejo de gestión, un foro consultivo y un comité y grupos científicos, además de la designación de un director ejecutivo y su personal inicial. Refiriéndose al impulso que dio origen a la AESA, el Sr. Podger explicó que la creación de agencias alimentarias formaba parte de un movimiento general a nivel de toda Europa que surgió como respuesta a los riesgos alimentarios emergentes: "Todo se remonta a la enfermedad de las vacas locas, esto es, a la encefalopatía espongiforme bovina, cuando se percibió de manera evidente que los que manejaban la situación estaban demasiado influenciados por los intereses de la industria, y que el público no tenía fuentes independientes de consulta adecuadas que les permitiera cuestionar lo que estaban haciendo los gestores de riesgos." Anteriormente era el Comité Director Científico el encargado de facilitar asesoramiento científico a la Comisión sobre temas relativos a la seguridad alimentaria, auque, como señaló el Sr.Podger la Autoridad tiene un mandato más amplio. "La AESA no sólo proporciona apoyo a la Comisión, aunque sea ésta una función importante. Los Estados miembros y el Parlamento Europeo pueden preguntarle también cualquier cuestión, y lo más importante es que esto también se puede hacer dentro de la propia organización. Esto nos permite solventar algunas lagunas y asegurarnos que los temas que deben plantearse se preguntan en realidad. [...] De hecho, estamos dedicando parte de nuestro tiempo a analizar los asuntos que consideramos importantes", declaró. La capacidad para imponerse tareas propias e investigar libremente los temas emergentes es un aspecto fundamental de la relación de trabajo que mantiene la Autoridad con instituciones como la Comisión, y otros gestores de riesgo, declaró el Sr. Podger. "También en este ámbito creo que tenemos un papel lógico y complementario al de la Dirección General de Investigación porque lo que realizamos contribuye ineludiblemente a identificar los temas que son susceptibles de ser investigados." El aumento de sus funciones supone también un incremento de los recursos de la Autoridad. "El anterior Comité científico no estaba dotado de suficiente personal." Sin embargo, nosotros seremos de 200 a 300 personas en 2005 con nuestros propios científicos internos y bien centrados. Este aumento contribuirá a paliar uno de los problemas del anterior sistema de comité, que radicaba en que las opiniones tardaban a menudo mucho en surgir. No siempre derivadas de la necesidad de un debate científico, explico el Sr. Podger. De hecho, el Sr. Podger cree que fijar plazos y permanecer fieles a ellos es esencial como lo son los objetivos de transparencia, responsabilidad y participación de los interesados. "Estamos en el proceso de desarrollar una participación verdadera de los interesados en la evaluación del riesgo [...]. Lo que constituye una marcada diferencia con el anterior sistema que era, en muchos sentidos, un coto privado, ya que no se podía disponer de recursos para hacer más cosas", declaró. Según informó a Noticias CORDIS el Sr. Podger estos temas se analizarán con más detenimiento en el coloquio que se mantendrá con los representantes de los consumidores y de la industria prevista para octubre: "Uno de los asuntos será saber cómo podremos hacer accesible el proceso de evaluación de riesgos. Una posibilidad es mantener sesiones mientras todavía se está trabajando, para que la gente que quiera exponer sus argumentos pueda hacerlo". Otra alternativa posible consiste en la difusión de opiniones en forma de borradores, con la intención de que se puedan realizar intervenciones y corregir cualquier malentendido, continuó. Sin embargo, sobre el acto de informar a los europeos a nivel individual, el Sr. Podger cree que los organismos de los Estado miembros seguirán siendo la primera instancia: "Si surge un tema relativo a la seguridad alimentaria, la gente tiende a dirigirse al órgano responsable de su país. También, informar sobre cuestiones alimentarias supone, en particular, algo culturalmente muy delicado: Por ejemplo, temas como los contaminantes son el origen de muchas trabas en Alemania, porque la gente está muy sensibilizada acerca de este tema, sin embargo, no tendrán la misma repercusión en otros países", declaró, añadiendo que el papel diario de la Autoridad consistirá en asistir a los Estados miembros a través del foro consultivo. "Aunque la mayoría de la difusión directa de los asuntos alimentarios en sí misma debe realizase individualmente por los países." Si bien todavía tienen que comenzar la totalidad de las funciones, principalmente las relativas a cómo hacer frente a las amenazas y las emergencias alimentarias, el Sr. Podger informó sobre el inicio de la actividad de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. "Uno de nuestros proyectos a largo plazo consiste en analizar cómo puede llevarse a cabo la evaluación de riesgos de la biotecnología que es, por definición, una práctica en evolución, ya que cada vez surgen nuevas técnicas y se dan a conocer diferentes enfoques." El segundo tema más inmediato del programa de la Autoridad ha sido la publicación de su primera opinión. "La provincia de Alta Austria solicitó a la Comisión la redacción de una nueva ley, que les permitiera despreocuparse de la legislación sobre el cultivo de transgénicos. Para considerar esta petición, la Comisión necesitó de una opinión científica para saber si en Alta Austria se daban algunas circunstancias concretas que justificaran este tipo de planteamiento". El grupo de expertos de biotecnología ha estado analizando las pruebas presentadas y hemos emitido nuestro dictamen. Concluyó que no existe ninguna prueba científica presentada relacionada con la salud pública o el medio ambiente que justifique una prohibición o el cambio global del enfoque a la evaluación de riesgo de OMG. La opinión se enviará a la Comisión, que será la encargada de decidir si debe permitir a Alta Austria continuar optando por no someterse a la ley o si les deniega el permiso", explicó el Sr. Podger.