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Un informe de la UE afirma que la brecha digital sigue creciendo

Un reciente informe de la UE sobre el impacto económico, social y medioambiental de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) ha pedido que se actúe para contener el aún constante crecimiento de la brecha digital. Según el informe "A sustainable eEurope: ca...

Un reciente informe de la UE sobre el impacto económico, social y medioambiental de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) ha pedido que se actúe para contener el aún constante crecimiento de la brecha digital. Según el informe "A sustainable eEurope: can ICT create economic, social and environmental value?" (Europa sostenible: ¿pueden las TIC generar valor económico, social y medioambiental?), el 88 por ciento del total de usuarios de Internet representa tan sólo al 15 por ciento de la población mundial y vive en el mundo industrializado, mientras países avanzados a nivel informático, como Finlandia, tienen más usuarios de Internet que toda Latinoamérica. Existen también grandes diferencias dentro del mundo desarrollado. El informe revela que en 2002, un 58 por ciento de los norteamericanos disponían de acceso a Internet desde sus hogares, en comparación con el 38 por ciento de los europeos. Dentro de la UE, el porcentaje varía entre el 60 por ciento de los Países Bajos y el 10 por ciento de Grecia. Sin embargo, el informe afirma que la brecha digital no es una cuestión sólo de desarrollar tecnología digital con la suficiente rapidez. Por el contrario, destaca que factores como la edad, el género, la capacidad económica, la pertenencia a un grupo étnico, la situación laboral, la educación y la geografía revelan una sólida relación entre la fractura digital y las divisiones sociales en un sentido más amplio. Esta realidad se hace patente en los grupos de edad que acceden a Internet. El informe señala que en 2001, alrededor del 85 por ciento de los habitantes del Reino Unido en edades comprendidas entre los 16 y 24 años utilizaban la Internet, en comparación con el escueto 15 por ciento del grupo de edad entre 65 y 74 años, y con el 6 por ciento de los ciudadanos mayores de 75 años. Quizás, por eso no sorprenda que sólo el 23 por ciento del grupo de menores ingresos navegue por las autopistas de la información, en comparación con el 68 por ciento que arroja el grupo con mayores ingresos. El informe, a la vista de las mayores implicaciones sociales que se derivan del despliegue de las TIC, considera que los responsables políticos no deberían centrarse únicamente en medidas específicas, sino también en los aspectos sociales ligados al acceso a la nueva tecnología. Cree que no se ha investigado lo suficiente para llegar a comprender los problemas sociales que origina la brecha digital. La investigación debe entenderse como una exigencia clave de las acciones que se adopten para resolver el problema. En cuanto a las acciones de ámbito comunitario, el informe propone a la Dirección General de Empresa de la Comisión Europea la creación de un plan de estímulo, independiente o vinculado a los actuales, que distinga las iniciativas de negocio electrónico que generen importantes beneficios sociales y ambientales. Entre ellas se destaca el apoyo a las pequeñas y medianas empresas para superar los problemas que tienen frente a las organizaciones mayores. El informe también define otras áreas que necesitan mejorarse si se quiere aumentar el valor de las actividades de las TIC. Entre ellas figura la generación de eficacia medioambiental desde la mejora de la gestión de las cadenas de suministro y los procesos de control para un funcionamiento más óptimo del sector de tecnologías de la información y las comunicaciones. El informe demanda también una mayor responsabilidad social empresarial en este sector y la intensificación de los esfuerzos para sensibilizar al sector europeo de negocios acerca de la rentabilidad del trabajo electrónico.

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