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Contenido archivado el 2023-01-13

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Según un estudio realizado en el Reino Unido los humanos no fueron creados para comer comida rápida

Un nuevo estudio ha descubierto que los productos de comida rápida no se adecuan al sistema que regula el apetito humano. Investigadores del grupo internacional de nutrición compararon el número de calorías encontradas en las comidas rápidas con el de los platos tradicionale...

Un nuevo estudio ha descubierto que los productos de comida rápida no se adecuan al sistema que regula el apetito humano. Investigadores del grupo internacional de nutrición compararon el número de calorías encontradas en las comidas rápidas con el de los platos tradicionales de Inglaterra y África, con el fin de evaluar el papel que desempeña la densidad energética en la regulación de la ingestión de comida. Descubrieron que la comida con una densidad energética alta impulsaba a los voluntarios a ingerir más calorías de las que en realidad necesitaban. Una comida rápida típica contiene una alta densidad energética - una vez y media más que una comida tradicional británica y dos veces y media más que la comida típica africana - de modo que sólo se necesita una cantidad pequeña de comida rápida para incrementar la ingestión de calorías. Los investigadores concluyeron que una dieta de alto contenido en comida rápida incrementa el riesgo que corre una persona de aumentar de peso o de convertirse en obesa, aunque se piense que las porciones no se diferencian de las de una comida tradicional y no se tenga la sensación de estar lleno. "Todos poseemos una habilidad innata que nos hace reconocer fácilmente aquellos alimentos que tienen una alta densidad energética. Tendemos a evaluar la ingestión de comida por la cantidad de la ración, sin embargo una comida rápida contiene muchas más calorías que una ración similar de comida sana", dijo el Profesor Andrew Prentice, jefe del grupo internacional de nutrición. "Desde los albores de la agricultura, los sistemas que regulan el apetito humano se han desarrollado para una dieta de bajo nivel energético que aún se consume en áreas rurales del mundo en vías de desarrollo, en el que la obesidad es casi inexistente. Nuestros cuerpos nunca fueron diseñados para poder con los alimentos de alta densidad energética que se consumen en Occidente y esto está contribuyendo a que aumente la obesidad". En vista de sus resultados, el equipo de investigación afirma que es necesario realizar otro análisis sobre los hábitos de comida rápida con el fin de proporcionar un mejor asesoramiento en materia de alimentación.

Países

Reino Unido