Los sindicatos piden que se prohíba la tecnología de diagnóstico de enfermedades genéticas desde el lugar de trabajo
La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha solicitado la prohibición de pruebas genéticas en el lugar de trabajo. El proceso, que ha sido prohibido ya por Austria, Bélgica y Finlandia, implica el uso de una prueba científica para obtener información sobre algunos aspectos del estatus genético de una persona, el cual es indicativo de un problema médico presente o futuro. Los defensores del proceso afirman que este identifica a aquellas personas que presentan mayores riesgos de salud, protegiendo de este modo a los empleados. En una opinión publicada en julio de 2003, la CES se hace eco de la precaución mostrada por el Grupo europeo de ética de la ciencia y de las nuevas tecnologías. "[E]l uso del diagnóstico de enfermedades genéticas en el contexto del examen médico [...] es inadmisible desde el punto de vista ético." En opinión del grupo de ética, las obligaciones y derechos legítimos de los empresarios respecto a la protección de la salud y la evaluación de la capacidad laboral pueden cumplirse a través del examen médico pero sin la realización del diagnóstico de enfermedades genéticas". A la CES y al Grupo europeo de ética les preocupa que las pruebas genéticas reduzcan los esfuerzos realizados por los empresarios para prevenir los riesgos laborales, particularmente en el campo de los productos químicos. También preocupa que el diagnóstico de enfermedades genéticas pueda conducir a formas indirectas de discriminación racial, como se ha dado el caso en Estados Unidos. La CES pide ahora a la Comisión que incluya una cláusula de prohibición de las pruebas genéticas en la directiva sobre la protección de datos personales de los trabajadores.