Expertos dicen en una conferencia de la UE que no se deben comercializar los exámenes genéticos
Los días 24 y 25 de marzo se celebró en Bruselas una conferencia sobre genética, y los participantes solicitaron mayor vigilancia frente al riesgo de comercialización de los exámenes genéticos. También se pidió la introducción de una legislación adecuada y estricta en el ámbito nacional y europeo. Los ponentes de la conferencia, organizada por la Comisión Europea y la Unión Nacional de Mutualidades Socialistas de Bélgica (UNMS), recordaron a los participantes, no obstante, que los avances en el campo de la genética se producen de forma lenta y que no afectarán a nuestra vida en el futuro inmediato. "La genética es aún cosa del futuro", dijo el Dr. Jean-Michel Vidal, director de proyectos clínicos en Galileo Genomics. "La realidad se basa en la investigación dentro de un marco ético y judicial". Gerritt Raus, director del Programa sobre Gobernanza de la Fundación King Baudoin, coincidió en la necesidad de crear un marco jurídico. "Los descubrimientos en el campo de la genética han abierto la puerta a nuevos conceptos de la vida privada, nuevos derechos pero también nuevas exclusiones", declaró. "En una sociedad que busca constantemente la perfección, el entusiasmo por descubrir nuevas formas de mejorar la calidad de vida puede producir un exceso de eugenesia". El mensaje que se transmitió en la conferencia fue sobre todo que los exámenes genéticos constituyen un avance si la gente deja de limitar las relaciones sociales y la vida humana a su dimensión genética, en concreto a través de cualquier forma de discriminación social. Existen pruebas que reflejan que los exámenes genéticos ya se realizan en el lugar de trabajo, tanto en Europa como en EE.UU. para elegir a los empleados futuros. Existe también la posibilidad de introducir esas pruebas en el terreno de los seguros de vida y préstamos bancarios, con posibles consecuencias discriminatorias. Para evitar esto, resulta imprescindible legislar este asunto para mantener las pruebas genéticas en el campo de la medicina, según los participantes en la conferencia. La prescripción de los exámenes se debe limitar a equipos especializados, y los exámenes deben ser convenientes y fidedignos para evitar falsos positivos y falsos negativos. Los datos se deben gestionar de forma confidencial, y bajo ningún concepto se revelarán los resultados a compañías privadas de seguros. Representantes del sector de los seguros argumentaron entonces que no hay que informar al paciente tampoco sobre los resultados. En realidad, esto haría surgir la cuestión sobre el posible abuso del principio de las compañías de seguros en el caso de que los pacientes sean conscientes de su historial genético. Debe aplicarse el principio de equivalencia para evitar un desequilibrio, señaló Jürgen Fritze, de la asociación alemana de compañías de seguros. Alastair Kent, director del Genetic Interest Group (GIG) se mostró de acuerdo y señaló que un contrato desigual implicaría el fracaso del sistema, que no beneficiaría a nadie. No obstante, también dijo que se han exagerado las afirmaciones sobre la capacidad de la genética para predecir el futuro. "Hay que recordar que el conocimiento del carácter genético propio no siempre afecta a la forma de morir de uno", dijo. La salud de una persona no solamente depende de su predisposición genética, depende igualmente de muchos factores ambientales. El Sr. Kent también señaló que "el hecho de que todos seamos susceptibles a las enfermedades genéticas [...] constituye un factor importante para la solidaridad". El Profesor Claude Beraud, de la Federación Francesa de Mutualidades, es de la misma opinión. "La gente no debe preocuparse de cómo afectará la genética al acceso sanitario. En Europa Occidental, ningún gobierno abandonará el concepto de solidaridad y no discriminación. Nunca permitirán que los sistemas sanitarios nacionales entren en una lógica comercial de exclusión", dijo. Rudy Demotte, ministro belga de Salud Pública y Asuntos Sociales, habló el primer día de la conferencia e insistió en que los avances que se producen en el campo de la genética son muy lentos, y que realmente es e el terreno de la prevención donde resulta importante la genética. También destacó que convertir los exámenes genéticos en una actividad comercial no beneficiaría a nadie, ya que ello implicaría el riesgo de obtener información errónea. La Comisión Europea va a celebrar los días 6 y 7 de mayo otra conferencia sobre las implicaciones legales, éticas y sociales de los exámenes genéticos.