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Maíz transgénico a punto de entrar en la UE

Los ministros de agricultura de los 15 Estados miembros de la UE no alcanzaron un acuerdo, el 26 de abril, sobre si permitir o no a la empresa Syngenta, con sede en Suiza, vender maíz BT-11 modificado genéticamente. El Reino Unido, Finlandia, Irlanda, Italia, Holanda y Suecia...

Los ministros de agricultura de los 15 Estados miembros de la UE no alcanzaron un acuerdo, el 26 de abril, sobre si permitir o no a la empresa Syngenta, con sede en Suiza, vender maíz BT-11 modificado genéticamente. El Reino Unido, Finlandia, Irlanda, Italia, Holanda y Suecia votaron a favor de autorizar la venta de dicho maíz, mientras que Austria, Dinamarca, Francia, Grecia, Luxemburgo y Portugal votaron en contra. Bélgica, España y Alemania se abstuvieron. Este impasse implica que la decisión deberá tomarla la Comisión Europea, que ya ha afirmado que probablemente aprobará la venta de este cultivo, tras una queja presentada por EE.UU. ante la Organización Mundial del Comercio. Preguntado acerca de la fecha en que la Comisión espera tomar una decisión sobre el asunto, el Comisario Europeo de Sanidad, David Byrne ha afirmado que "es difícil predecirlo con exactitud, pero creo que este asunto se tratará en la Comisión a finales de mayo o principios de junio [...]. Una vez que se autoricen estos alimentos, podrán ponerse en el mercado, y espero que los Estados Miembros respeten la normativa de la UE." EE.UU. el principal socio comercial de la UE, apoyado por Canadá, Argentina y otros ocho países ha desafiado la moratoria de hecho de la UE sobre alimentos genéticamente modificados (GM), considerando que vulnera las normas comerciales internacionales. Al permitir a Syngenta la importación de maíz tierno, los ministros abolirían de forma efectiva la prohibición de hecho de la UE, en vigor desde 1999. La variedad de maíz BT-11 ha sido modificada genéticamente para hacer frente a plagas y herbicidas. La propuesta de la Comisión de autorizarlo sólo afectaría al consumo de maíz, y no a su cultivo. Se trata de la primera de las 34 solicitudes para un marco legal que regule los productos con ingredientes transgénicos. Grupos ecologistas se han opuesto a la introducción de alimentos transgénicos en el mercado europeo y se manifestaron frente al edificio del Consejo de Ministros en Luxemburgo. En una declaración realizada ante del Consejo de Ministros, Greenpeace afirmó: "Se está pidiendo a nuestros gobiernos que afronten un tema tan controvertido como los transgénicos ante la presión de la Comisión Europea y de empresas de biotecnología apoyadas por el gobierno de EE.UU.. [...] Por el contrario, los Ministros deberían defender a los consumidores, rechazar el Bt-11 y tomar medidas para reforzar los descuidados procedimientos de evaluación actuales." Amigos de la Tierra también emitió un comunicado donde afirmaba: "No existe un consenso científico o político evidente sobre la seguridad de este maíz modificado genéticamente. La Comisión tiene ahora la palabra. Puede forzar la introducción del maíz transgénico en el mercado europeo, a sabiendas que hay muchas preguntas sin respuesta respecto a la seguridad, o puede rechazarlo de plano. Es hora de anteponer la seguridad de los ciudadanos a las necesidades comerciales de la industria biotecnológica." Syngenta, por su parte, afirmó "Esperamos que en beneficio de la elección del consumidor y de la innovación tecnológica el proceso en la UE avance." Michael Stopford, responsable de relaciones públicas en Syngenta, añadió: "obviamente, estamos plenamente convencidos de que nuestro producto es seguro."