Nuevos tratamientos oculares para combatir la ceguera
Centrado en la formación y el desarrollo profesional de un total de veintisiete jóvenes investigadores dotados con becas Marie Curie, el proyecto 3D-NET (Drug Discovery and Development for Novel Eye Therapeutics) también se proponía descubrir y desarrollar fármacos para patologías oculares, en concreto, la permeabilidad vascular retiniana, el crecimiento no deseado de vasos sanguíneos, la inflamación y la degeneración celular. «Los becarios Marie Curie integrantes del proyecto adquirieron una experiencia intersectorial que, para algunos, supuso acelerar su transición profesional al sector industrial y a otros les dio confianza para volver al mundo académico a ampliar su capacidad investigadora», comentó el profesor Breandán Kennedy del University College de Dublín (UCD), coordinador del proyecto. «De esta forma, tanto los socios académicos como los industriales llegaron a discernir sus diferentes prioridades, estrategias y métodos de gestión, y aprendieron a colaborar de manera efectiva». Dicha efectividad fue palpable: en lo que respecta a la vertiente científica, se puso a prueba —tanto in vivo como in vitro— la eficacia de aproximadamente dos mil quinientos fármacos como medicamentos oftalmológicos. Como resultado de estas pruebas exhaustivas, dos medicamentos se encuentran en la fase preclínica de desarrollo y se creó un nuevo modelo de roedor de permeabilidad vascular retiniana inducida por el receptor CysLT. 3D-NET también demostró que, cuando se combina LY294002 —un inhibidor de la quinasa PI3— con otros inhibidores de la misma ruta de señalización, éste resultaba incluso más seguro y eficiente para tratar la neovascularización ocular en modelos de pez cebra. «Asimismo, la financiación europea a través de 3D-NET propició un mayor desarrollo del quininib, un fármaco descubierto en estudios previos realizados en la UCD y que ya ha sido patentado», apunta Kennedy. «Gracias a 3D-NET se produjeron avances significativos en el desarrollo farmacéutico de este medicamento, que representa una estrategia de tratamiento alternativa para combatir la resistencia asociada a las terapias antiangiogénicas convencionales». El proyecto ha efectuado una labor extremadamente activa de difusión de sus resultados y actividades. «Hemos publicado tres artículos científicos en revistas arbitradas y actualmente se están preparando otros cuatro», afirma Kennedy. «También hemos organizado tres talleres internacionales con más de ciento treinta participantes y hemos tomado parte en más de veinte actividades de divulgación específicas, muchas de ellas con orientación educativa. Esto incluyó la celebración de escuelas de verano en la UCD y visitas a centros escolares para llegar a las generaciones más jóvenes. Una de nuestras prioridades consistía en transmitir al público no sólo la relevancia de la investigación científica relacionada con la ceguera, sino también su valor en términos de progreso social y la mejora de la calidad de vida de los pacientes». Si bien al igual que muchos proyectos con múltiples grupos de interesados 3D-NET ha tenido que afrontar una serie de retos de índole administrativa, Kennedy afirma que en líneas generales el proyecto ha cosechado un éxito rotundo. «Algo que siempre resultaba inspirador y que nos hacía sentir un gran orgullo era cuando nuestros talleres y encuentros generales se convertían en puntos de encuentro de directores ejecutivos del sector industrial, estudiantes de doctorado, técnicos ajenos al ámbito académico, consultores médicos de prestigio y profesores universitarios que debatían y se planteaban cuestiones como iguales». Dado que la ceguera afecta a treinta millones de personas en Europa, el equipo del proyecto siempre tuvo en mente el componente humano del proyecto. «Invitamos a pacientes para que nos ofrecieran su perspectiva en nuestros congresos y talleres», explica Kennedy. «Uno de estos pacientes fue Nuno, un portugués de cuarenta años que perdió la vista tras un accidente pero que recuperó más del 80 % de la visión gracias a un novedoso tratamiento de la córnea desarrollado por una de las entidades integrantes de 3D-NET. Aunque la cirugía que propició esta recuperación no guardaba relación directa con la investigación de 3D-NET, sin duda Nuno fue una de las fuerzas impulsoras del proyecto».