Los científicos crean verduras cada vez más sanas
Investigadores de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, han desarrollado una planta transgénica capaz de producir ácidos grasos saludables presentes normalmente en los huevos y el pescado. Los ácidos grasos poliinsaturados, conocidos como omega-3 y omega-6, ayudan a regular la presión sanguínea y mejoran la señalización celular. Además, se cree que los ácidos omega-3 contribuyen al desarrollo cerebral y sirven de protección contra las enfermedades cardiovasculares y la artrosis. "Es esencial consumir una cantidad equilibrada de ambos [ácidos omega]", afirma el Dr. Baoxiu Qi, que dirigió el equipo investigador de Bristol antes de trasladarse a la Universidad de Bath. Es poco probable que alguien esté dispuesto a comer la Arabidopsis in vitro (un pariente del repollo) que cultiva en su laboratorio, pero ahora el equipo de investigadores ha probado que es posible modificar plantas para conseguir algún día una nueva generación de verduras incluso más sanas que las actuales. El cuerpo humano no es capaz de producir estos ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, por lo que resulta necesario obtenerlos a través de la alimentación. Las fuentes más comunes de ácidos grasos omega-3 son los pescados grasos. El ácido omega-6 se encuentra en la carne de ave y los huevos. Sin embargo, con la disminución de las reservas de pescado y la consiguiente subida de precios, algunos creen (entre ellos, los más entusiastas son los veganos y los vegetarianos) que es hora de encontrar fuentes alternativas a estos químicos beneficiosos para el organismo. Además de ofrecer a los seres humanos fuentes alternativas de ácidos grasos para su dieta, plantas similares a las mencionadas podrían constituir una nueva forma de alimentación animal, con lo que sería posible introducir estos ácidos grasos en etapas más tempranas de la cadena alimentaria. "Cualquier planta con un tejido verde tiene el potencial de producir estos ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga", declaró el Dr. Qi a la BBC. "Si se quiere incrementar la presencia de ácidos grasos omega-3 en un vegetal, creo que la semilla del lino sería una buena fuente, mientras que en el caso de los ácidos omega-6, la colza o la soja serían opciones excelentes". Otros intentos de introducir compuestos saludables en los alimentos comunes y corrientes han resultado en la comercialización de huevos de gallina ricos en ácidos grasos omega. Conocidos por ser una buena fuente de ácidos omega-6, la producción de estos huevos se consiguió alimentando a las gallinas con cereales ricos en omega-3. El Dr. Qi reseñó otro de los beneficios de los ácidos grasos poliinsaturados modificados genéticamente: su capacidad de bloquear la producción de metano en el estómago de las vacas. Esta propiedad podría contribuir a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente en países en los que las fuentes agrícolas de gas metano son la causa de hasta un 40 por ciento de dichas emisiones. El trabajo del equipo se financió en parte con fondos provenientes de la empresa biotecnológica alemana BASF, que ha manifestado ya su compromiso de seguir participando en esta línea de investigación. Su esperanza es que modificaciones genéticas similares diseñadas para la producción de alimentos más sanos gocen de una mayor aceptación entre los consumidores que las aplicaciones anteriores de estas tecnologías.