Syngenta decide finalmente no comercializar su maíz transgénico en la UE
La compañía suiza Syngenta ha anunciado su intención de no comercializar su maíz dulce transgénico, el BT11, pese a haber obtenido recientemente la autorización por parte de la Comisión Europea. La decisión de Syngenta de no sacar a la venta de momento su producto se debe a las reticencias de la industria alimentaria europea a incorporar maíz transgénico a su gama de productos. Existe igualmente un fuerte rechazo por parte de los consumidores, como quedó patente en la petición entregada a la Organización Mundial del Comercio (OMC) el 25 de mayo. En una entrevista al periódico francés "Les Echos", André Goig, director general de Syngenta, explicó que la industria alimentaria ha anunciado claramente que por ahora no comercializará maíz transgénico. El Sr. Goig añadió que "la luz verde dada por la Comisión Europea no tiene por tanto un impacto financiero en Syngenta. La decisión de la Comisión reconoce la seguridad y la inocuidad de nuestro producto, que es lo más importante para nosotros". El Sr. Goig explicó que Syngenta espera ahora obtener la autorización de la UE para el cultivo del maíz BT11 destinado a la alimentación animal; la compañía considera que los agricultores sí están dispuestos a aceptar los OMG. "Existe una demanda de estos productos en el sector agrícola", explicó el director general. "España de hecho ya lo cultiva. Sin embargo, la comercialización de este producto se producirá en el momento en que los agricultores estén interesados en utilizar este maíz". El Sr. Goig asumió que "el desarrollo del mercado europeo de biotecnologías vegetales llevará tiempo". En Irlanda, el portavoz de agricultura del Sinn Féin, Martin Ferris, declaró que el anuncio plantea interrogantes sobre la decisión de la Comisión de levantar la moratoria: "Oponentes a los cultivos transgénicos de todo el espectro político y de la sociedad en general han denunciado la extrema impopularidad de los transgénicos a pesar de lo cual se ha levantado el embargo sin una consulta democrática previa. Aparentemente, Syngenta, al contrario que nuestros representantes comunitarios, sabe reconocer el alto nivel de hostilidad popular". Amigos de la Tierra, que organizó la petición a la OMC, firmada entre otros por Archbishop Desmond Tutu y el líder francés del movimiento campesino contra los transgénicos, José Bové. "No creemos que la OMC sea el lugar adecuado para que se tomen las decisiones sobre los alimentos que ingieren las personas", comentó un portavoz de Amigos de la Tierra, en alusión a la denuncia de varios países sobre la postura de la UE en materia de OMG. El 25 de mayo era la fecha límite para que los miembros de la OMC presentaran sus alegaciones en un conflicto jurídico iniciado por EEUU, Canadá y Argentina contra la moratoria de facto sobre la aprobación de nuevos alimentos biotecnológicos. Amigos de la Tierra señala que la demanda judicial vulnera el derecho de los gobiernos a elegir por sí mismos qué es seguro para sus ciudadanos, y presiona a los países desarrollados para que acepten contra su voluntad los alimentos biotecnológicos. Pese a que la UE revocó su moratoria de facto la pasada semana, EEUU ya ha dicho que seguirá adelante con su demanda judicial ante la OMC hasta que se cerciore de que todas las solicitudes de aprobación se deciden utilizando criterios científicos y no políticos. Está previsto que el fallo sobre la denuncia presentada ante la OMC se produzca a finales de año.
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Suiza, Irlanda