Francia rechaza la clonación humana
El 9 de julio, después de tres años de deliberaciones, el parlamento francés aprobó un proyecto de ley sobre bioética que autoriza la investigación con embriones humanos pero prohíbe la clonación humana por considerarla "un delito contra la especie humana". La nueva ley permite la introducción de un texto que trata de hallar el camino entre las esperanzas de algunos y los temores de otros, declaró el Ministro de Sanidad, Philippe Douste-Blazy. El Sr. Douste-Blazy insistió en que la clonación terapéutica y la clonación reproductiva son dos cosas diferentes, y añadió que debemos luchar [...] con los europeos para expresar nuestro malestar por la clonación reproductiva. Toda clonación que se haga con fines reproductivos se debe considerar un delito contra humanidad'. Frente a polémicas de carácter ético, como la clonación de la oveja Dolly en 1997, el anuncio de la secta raeliana del nacimiento de un bebé clonado en 2002 y la labor de los investigadores surcoreanos que, a principios de este año, consiguieron clonar embriones humanos para el uso de las células madre, los parlamentos franceses consecutivos han tratado de ofrecer una respuesta legislativa. El asunto se abordó por vez primera en 1994, bajo el gobierno de Lionel Jospin, pero este proyecto de ley difiere mucho de aquel texto original, que constituía un paquete de medidas sobre bioética que llegaba mucho más lejos. Muchos científicos franceses aguardaban con ansiedad esta decisión, que permitirá la investigación con embriones humanos congelados adicionales (fecundados in vitro y sin proyecto parental) y células madres en el plazo de cinco años. Las células madre se crean durante los primeros días del embarazo, y se pueden transformar en cualquier célula o tejido del cuerpo. Se prevé que puedan ayudar a descubrir el tratamiento para la diabetes, la enfermedad de Parkinson y las enfermedades cardiovasculares. En el marco de las medidas revisadas, no obstante, sigue terminantemente prohibida la clonación reproductiva, que se castiga con una pena máxima de 20 años de prisión. Se confirma la imposibilidad de patentar el genoma humano, y aunque también se prohíbe la clonación terapéutica que preveía Lionel Jospin, el Sr. Douste-Blazy ha solicitado un informe sobre esta cuestión y se ha comprometido a mostrar una actitud más permisiva. Bajo la presión del senado, el parlamento ha aprobado también el uso de la denominada medicina de bebés, en virtud de la cual se pueden seleccionar embriones para obtener niños cuya composición genética sea compatible con el de un hermano o hermana mayor que sufra una enfermedad genética incurable. Además, con esta nueva ley, los médicos animarán a los pacientes con alguna enfermedad genética a que informen de la misma a sus familiares, que podrían también sufrirla. Si los pacientes se niegan a hacerlo por sí mismos, el médico podrá decidir informarles de forma anónima, a través de una nueva agencia de biomedicina que se creará de acuerdo con este proyecto de ley. Para hacer frente al grave déficit de donantes de órganos, el texto amplía el círculo de posibles donantes vivos incluyendo a los abuelos, primos y cónyuges (siempre que la pareja haya convivido al menos dos años). En cuanto a las personas fallecidas, se aplicará el principio de consentimiento tácito, salvo que la persona en cuestión se hubiera negado a la donación mientras vivía. Sin embargo, el actual gobierno de Jean-Pierre Raffarin ha dado marcha atrás en varios puntos introducidos por el gobierno de Jospin. Las parejas de hecho sólo podrán acceder a la asistencia médica para la reproducción si pueden demostrar un período de dos años de vida marital. El actual gobierno también ha rechazado las implantaciones post-mortem, que permitirían implantar a una mujer que ha perdido a su marido un embrión congelado, fecundado cuando su pareja aún vivía.
Países
Francia