Según una experta estadounidense en innovación, la UE debería centrarse en el liderazgo y no tanto en la competitividad
A estas alturas, la mayoría de la gente ya sabe algo sobre el objetivo de la UE establecido en Lisboa, es decir, convertirse en la sociedad del conocimiento más competitiva del mundo antes de 2010. Los dirigentes nacionales y los responsables políticos de la UE están de acuerdo en que la creación y el aprovechamiento del conocimiento son condiciones previas imprescindibles para que Europa mantenga y extienda su posición en la economía mundial. Para Debra Amidon, una de los expertos estadounidenses más prestigiosos en innovación y ponente encargada del discurso de apertura en la conferencia Baltic Dynamics 2004 celebrada en Riga, Letonia, del 10 al 12 de septiembre, el objetivo europeo de crear una economía del conocimiento para el siglo XXI es el objetivo adecuado. Amidon es considerada uno de los arquitectos de la economía del conocimiento, y su red de asesoramiento internacional Entovation 100 se extiende en la actualidad a 90 países de todo el mundo. Sin embargo, aunque aplaude el interés de Europa en la economía del conocimiento, la Dra. Amidon observa también varios elementos de la estrategia que en su opinión están desfasados y son contraproducentes. En la conferencia de Riga, la Dra. Amidon señaló que la teoría económica tradicional se basa en el concepto de la escasez, dado el carácter finito de recursos tales como la mano de obra, el capital y el trabajo. No obstante, el conocimiento desafía a este principio, porque se prolifera, y cuanto más se utiliza, más se extiende. Además, el valor real se crea solamente cuando el conocimiento fluye del punto de creación al punto de la máxima necesidad. Después de explicar resumidamente estos principios subyacentes de la economía del conocimiento, la Dra. Amidon manifestó que algunos de los puntos de la Agenda de Lisboa son innecesarios. 'El lenguaje de la competencia deja fuera a las personas, mientras que Europa debe extenderse al mundo. En la economía mundial, el éxito de la UE depende del éxito de EEUU, Asia, África, etc. Después de todo, la UE se apoya sobre una plataforma de cooperación que constituye la envidia del mundo, declaró. 'Todo el mundo reconoce que lo que una empresa, un país o una región necesita para ser innovadora se encuentra más allá de sus fronteras - por ejemplo con sus clientes o sus socios internacionales. Por tanto, no importa lo grande que sea una entidad, incluso Europa, porque debe apoyarse en la colaboración internacional y aprender lecciones de todo el mundo, continuó la Dra. Amidon. En lugar de centrarse en la competencia y la competitividad - declaró la Dra. Amidon a CORDIS Noticias - la UE debería prestar atención al liderazgo: Está bien querer ser el líder mundial, el liderazgo no cierra las puertas a la colaboración en la medida en que puede hacerlo la competitividad. De hecho, las políticas de EEUU están igualmente dirigidas a la competencia: nuestro programa nacional de innovación, por ejemplo, está coordinado por el consejo de la competitividad, añadió. En respuesta al discurso de la Dra. Amidon, la jefa de la unidad de redes de innovación en la DG Empresa de la Comisión, Renate Weissenhorn, señaló que 'la competitividad no trata de competir, sino de ser mejor. En este sentido, el término o debería tener connotaciones negativas, y la estrategia de la UE no excluye la cooperación, sino que se basa en la misma.' A pesar de que muchos indicadores reflejan una diferencia cada vez mayor en el rendimiento económico de la UE y EEUU, por ejemplo en campos como la productividad y la inversión privada en investigación, la Dra. Amidon piensa que en otros campos intangibles Europa ya ocupa el primer puesto. La cooperación internacional, el respeto a la diversidad, la creación de una visión compartida y un lenguaje común: estos son todos campos con una fuerza inmensa para la UE, añadió. En la clausura de la conferencia Baltic Dynamics 2004, la Dra. Amidon dijo mostrarse 'muy impresionada' por no haber escuchado ninguna referencia a la sociedad de la información. Creo que esto demuestra que los expertos aquí reunidos comprenden la diferencia entre información y conocimiento. El conocimiento es básicamente humano - una función de aprender, intercambiar y adaptar -, mientras que la información es simplemente una cosa.' La Dra. Amidon se mostró también satisfecha por el hecho de que los debates se hubieran centrado principalmente en las condiciones necesarias para la innovación, y no tanto en los productos finales o las tecnologías. Para que el sector público apoye de una forma efectiva el desarrollo de una economía innovadora basada en el conocimiento, la Dra. Amidon subrayó que No se trata simplemente de financiar la I+D (investigación y desarrollo), especificar las tecnologías o generar ideas; se trata de crear la cultura y las condiciones necesarias para que sea innovadora - promover la asunción responsable de riesgos y permitir que la gente aprenda de sus propios fallos.' Según la Dra. Amidon, no existe un único modelo de economía del conocimiento, y aunque sus objetivos pueden ser los mismos, las diferentes ciudades, regiones y países deben estudiar diferentes propuestas para unir los elementos culturales, empresariales y educativos que formarán la base de estas sociedades del conocimiento. Teniendo en cuenta esta premisa, una de las funciones de su propia red Entovation es controlar y hacer pública la emergencia de 100 zonas de conocimiento diferentes en todo el mundo. La idea es hacer que sean visibles y comparar lo que funciona y lo que no funciona. Las administraciones de las distintas ciudades pueden intercambiar notas y aprender unas de las otras, con el fin de conseguir un mejor uso de sus recursos tangibles e intangibles, explicó. La Dra. Amidon señaló para concluir que las reglas del juego han cambiado de forma considerable. Estamos creando un nuevo orden económico mundial: un orden basado en el flujo de conocimiento, no de tecnología; innovación, no información; y colaboración, no competencia.'
Países
Estados Unidos