Los agricultores españoles de maíz prueban el concepto de la coexistencia, según la industria de biotecnología
Tras haber reforzado sus normativas sobre la localización del origen y el etiquetado de los organismos modificados genéticamente (OMG), la Comisión ha levantado recientemente la moratoria de facto sobre la tecnología y ha comenzado a autorizar la venta de nuevas variedades en Europa. A pesar de este claro respaldo político a los alimentos y productos MG, muchos consumidores y vendedores siguen oponiéndose a esta tecnología, y mientras en otras partes del mundo se cultivan y consumen millones de toneladas de productos MG, la campiña europea continúa virtualmente libre de dichos productos. Por esa razón, la industria europea de biotecnología desea promover el ejemplo de los agricultores de maíz en España, donde en los últimos siete años se han cultivado variedades MG de maíz junto con el cultivo tradicional. Este año se están cultivando 60.000 hectáreas de maíz Bt en el país con fines comerciales, lo cual representa el 12 por ciento de la cosecha total de maíz en España. Para demostrar la efectividad de la tecnología MG y de las medidas empleadas para garantizar la coexistencia con el cultivo tradicional de maíz, la organización Agricultural Biotechnology in Europe (ABE), representante de la industria biotecnológica, organizó una visita de periodistas de toda la UE a una granja cooperativa de Zaragoza. En opinión de Miguel León, director general y responsable de asuntos públicos de Monsanto España, y representante de ABE, cuando se plantea la coexistencia es importante comprender que no se trata de una cuestión de salud o de seguridad medioambiental. 'La coexistencia es la práctica de proteger los derechos de todos los agricultores a realizar el tipo de agricultura que desean - todas las cuestiones de salud y seguridad medioambiental se tienen en cuenta antes de autorizar el cultivo de un producto,' señala. El Sr. León declara que, en los siete años que se lleva cultivando maíz Bt en España, nunca han fallado las medidas de coexistencia ni han provocado pérdidas económicas a los agricultores españoles. La coexistencia no es nada nuevo; los agricultores lo han venido haciendo desde hace milenios,' explicó. 'En España, la coexistencia ha funcionado perfectamente durante siete años, y eso sin norma formal alguna. La industria, ante la ausencia de dichas normas, ha establecido ciertas directrices y ha realizado algunas recomendaciones sobre cómo pueden gestionar los agricultores las cuestiones relacionadas con la coexistencia.' Para respaldar sus declaraciones, se invitó a los periodistas a visitar una cooperativa agraria de Bujaraloz, a las afueras de Zaragoza, en la región española de Aragón. Eduardo Escanillas, presidente de la cooperativa, explicó que en Bujaraloz se cultiva tanto maíz MG como maíz convencional, y que alrededor del 13 por ciento de la superficie total se dedica al maíz Bt modificado genéticamente. 'Creo firmemente que el futuro son los OMG: las cosechas son mejores y, en pocas palabras, los agricultores ganan más dinero,' dijo. Bt, o Bacillus thuringiensis, es una bacteria natural del suelo que se ha utilizado como pesticida durante 40 años, sobre todo contra la oruga taladradora del maíz, que en zonas de mucha plaga puede afectar de forma sustancial a la producción de la cosecha. En el maíz Bt, se añade la proteína Bt al maíz como mecanismo de defensa propia altamente eficaz contra esas plagas. Sin embargo, tal y como señalaba Mike Hall, de Pioneer, las características del maíz Bt - su gusto, su aspecto y su valor nutritivo - son el resultado de las prácticas agrícolas del híbrido convencional: 'La modificación genética se produce simplemente para proteger la calidad de la semilla híbrida, comentó a CORDIS Noticias. En una zona como Aragón, donde abunda la oruga taladradora del maíz, el impacto que puede tener esa protección es importante, con una producción de maíz MG de 15 toneladas por hectárea de promedio, frente a las 13 toneladas del maíz convencional. Además, el coste cada vez mayor de las semillas MG, en comparación con las variedades convencionales, se compensa evitando el coste de los pesticidas que se deben aplicar dos o tres veces a los campos no MG. Javier Escanillas es un agricultor de maíz de la cooperativa, y éste es el primer año que ha plantado maíz MG junto a sus campos de cultivo tradicional. CORDIS Noticias le preguntó por la razón que le había llevado a tomar esa decisión, a lo que respondió que había visto las ventajas que habían obtenido otros agricultores de la cooperativa. 'Observé que el maíz MG era bueno para la naturaleza, ya que necesitaba menos pesticidas, y bueno para los agricultores, porque obtenían una mayor producción: una situación buena para todas las partes.' Al comentar su experiencia, el Sr. Escanillas declaró que aún no ha cosechado, pero que si los resultados son tan Buenos como espera, el año que viene se pasará al maíz Bt en las 45 hectáreas que posee. La coexistencia es un tema importante para él, porque mientras su maíz MG- como todo el que se cultiva en España- se vende como pienso animal y se etiqueta claramente como modificado genéticamente, gran parte de su cosecha no MG puede acabar siendo para consumo humano en forma de almidón de maíz. Tras haber aprendido de otros agricultores de la cooperativa y asistir a los seminarios y las conferencias organizadas por la industria biotecnológica, el Sr. Escanillas aprendió a aplicar varias técnicas para asegurarse de que no se produzca una polinización cruzada ni otras formas de contaminación entre sus dos cosechas. Por ejemplo, los campos MG están rodeados de una barrera protectora de cultivos tradicionales que ayudan a impedir la polinización cruzada, y las distintas variedades se plantan en momentos diferentes para asegurarse de que ninguna poliniza al mismo tiempo. En la más sorprendente demostración de la efectividad del maíz Bt, el granjero demostró la diferencia entre las filas tiesas y altas de maíz MG y las plantas de maíz convencional, dobladas e infestadas de oruga taladradora. 'Lo irónico del asunto es que las plantas con el aspecto más saludable son para los cerdos, mientras que nosotros, los humanos, tenemos que consumir las del otro lote,' dijo. En lo que respecta a Miguel León y Mike Hall, la experiencia de la cooperativa de Bujaraloz demuestra que los agricultores están sobradamente capacitados para garantizar la coexistencia eficaz de cultivos MG y convencionales, y constituye un ejemplo que pueden seguir en el resto de Europa. Ésta es la forma en la que han trabajado siempre los agricultores, y no es nada nuevo para ellos', señaló para concluir el Sr. Hall. 'La coexistencia es una cuestión importante, pero no muy complicada.'
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