Un proyecto de la UE estudia los efectos de los neurotóxicos
En un momento en que aparentemente aumenta el número de niños con trastornos de comportamiento y aprendizaje, los científicos temen que la causa esté en la exposición de los recién nacidos o de los fetos a neurotóxicos (productos químicos en el ambiente que pueden dañar el sistema nervioso). La Comisión Europea va a destinar 2,4 millones de euros al Proyecto Específico de Investigación Focalizada (PEIF) DEVNERTOX. El proyecto estudiará el efecto neurotóxico de los contaminantes persistentes en los alimentos sobre el sistema nervioso en desarrollo. El mercurio y los bifenilos policlorados (PCB) son dos ejemplos de contaminantes persistentes que se acumulan tanto en el ambiente como en la cadena alimentaria. No se sabe bien el efecto que pueden causar en las personas y sobre todo en los niños, ni tampoco el efecto a largo plazo de la exposición a dosis bajas de estas sustancias. Los PCB se han usado en varios productos industriales, mientras que el mercurio se puede encontrar en los ríos y mares contaminados. Los científicos creen que ambos contaminantes pueden provocar problemas de memoria y lenguaje. Además, se considera que los PCB causan trastornos hormonales. El proyecto DEVNERTOX será la primera ocasión en que los científicos estudian los efectos combinados del mercurio y los PCB. Se cree que los niños y los fetos, cuyo sistema nervioso aún se está desarrollando, son los que más peligro corren de verse afectados por estas sustancias químicas. La mayoría de los estudios han demostrado que los fetos reaccionan a los neurotóxicos en niveles que son demasiado bajos para afectar a las células nerviosas adultas. Las repercusiones de este impacto pueden persistir en la edad adulta, causando hipersensibilidad a otras sustancias químicas, o enfermedades neurales en la vejez. Tal y como explica el consorcio DEVNERTOX, compuesto por nueve socios de seis países comunitarios, los neurotóxicos suponen un desafío para los investigadores porque el sistema nervioso es muy complejo. Los cambios observables en la conducta son muy diferentes a las respuestas bioquímicas de las células ante los tóxicos. Por tanto, el proyecto investigará, de forma paralela, los efectos en el comportamiento de animales vivos y los efectos fisiológicos en las células de cultivo. Los estudios se centrarán en las células nerviosas jóvenes y en desarrollo, mientras que los estudios con animales analizarán a los individuos hasta la vejez, para comprobar el efecto a largo plazo de una exposición precoz a estos contaminantes. 'Los objetivos principales del DEVNERTOX,' explica el consorcio 'son los siguientes: desarrollar protocolos de ensayos normalizados utilizando múltiples modelos experimentales in-vitro; identificar los puntos extremos bioquímicos, moleculares y funcionales a partir del mecanismo de acción de determinados neurotóxicos, tanto por separado como de forma combinada; evaluar los efectos neurotóxicos de las sustancias seleccionadas durante el desarrollo y las consecuencias a largo plazo, prestando especial atención a los aspectos relacionados con el género; definir medidas cuantitativas de los efectos observados a efectos de la evaluación de riesgos, e incorporar los datos humanos y animales disponibles actualmente para generar directrices y límites de exposición como reglas de oro.' El consorcio prevé que la conclusión del proyecto con éxito contribuya a reducir el número de ensayos con animales en este campo.