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Científicos españoles y británicos han identificado un componente anticancerígeno en el té verde

Un proyecto financiado por la Unión Europea en el que han participado científicos españoles y del Reino Unido han establecido por primera vez por qué beber té verde puede proteger contra ciertas clases de cáncer. Estudios epidemiológicos previos ya habían revelado los efecto...

Un proyecto financiado por la Unión Europea en el que han participado científicos españoles y del Reino Unido han establecido por primera vez por qué beber té verde puede proteger contra ciertas clases de cáncer. Estudios epidemiológicos previos ya habían revelado los efectos positivos del consumo de té verde contra ciertos tipos de células cancerígenas. Ahora, científicos de la universidad de Murcia (España) y del Centro John Innes de Norwich (Reino Unido) han aislado la sustancia responsable, lo que abre paso al desarrollo de una nueva familia de fármacos contra el cáncer. Los investigadores señalan que en los experimentos realizados en el laboratorio, el polyphenol (EGCG) natural aislado de las hojas de té verde inhibe el crecimiento de las células cancerígenas cuando aparecen en concentraciones bajas como es el caso de los bebedores de té verde. Sin embargo, advierten que la enzima que el EGCG inhibe está también asociada a defectos de nacimiento como la espina bífida. "Estamos ante un descubrimiento apasionante", comenta Roger Thorneley, jefe del equipo británico. "Por primera vez tenemos una explicación científica clara de por qué el EGCG inhibe el crecimiento de las células cancerígenas cuando se toman dos o tres tazas de té verde al día. Hemos identificado esta enzima en células tumorosas, contra la que el EGCG apunta y sabemos cómo impide que esta enzima forme ADN". José Neptuno Rodríguez-López, jefe del equipo español, añadió: "Decidimos investigar el EGCG después de darnos cuenta de que su estructura era similar a una droga contra el cáncer llamada metotrexato. Descubrimos que el EGCG puede matar las células cancerígenas de la misma forma que el metotrexato. Sin embargo, este componente no tiene tanto poder como el metotrexato, por lo que sus efectos colaterales sobre las células sanas podrían ser menos severos que los del medicamento". "Estamos estudiando ahora el diseño y desarrollo de un nuevo fármaco anticancerígeno a partir del EGCG, capaz de matar las células de un tumor sin afectar las células benignas", indicó el Dr. Rodríguez-López. Las empresas farmacéuticas están deseosas de desarrollar alternativas al metotrexato y otros medicamentos relacionados debido al gran daño que éstos infligen a las células sanas, especialmente a las del hígado y la médula. Los investigadores piensan que el EGCG podría ser un "compuesto líder" en las nuevas medicinas contra el cáncer. Sin embargo, el equipo advirtió también que las mujeres que beben grandes cantidades de té verde durante la concepción y el embarazo podrían tener un riesgo mayor de tener un hijo con espina bífida o con otros desórdenes. Estos desórdenes están vinculados a una carencia de ácido fólico, imputable, según los investigadores al hecho de que el EGCG reduce considerablemente los niveles de ácido fólico en el cuerpo humano. La investigación ha sido financiada en el marco del programa europeo INTAS, una asociación independiente creada por la Comunidad Europea, los Estados miembros, y países que apoyan la cooperación científica con los Nuevos Estados Independientes (NEI) de la antigua Unión Soviética. Un grupo de investigadores de Georgia había estudiado ya durante un tiempo las propiedades medicinales de los extractos de té verde y el programa INTAS permitió a los Drs. Thorneley y Rodriguez-Lopez obtener los fondos necesarios para visitar Georgia e intercambiar ideas e información. El titular de la patente, la universidad de Murcia, ha asignado los derechos de propiedad intelectual asociados a este descubrimiento a la empresa británica Plant Bioscience.

Países

España, Reino Unido

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