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Los activistas ecologistas reclaman que se apliquen criterios de sostenibilidad a la economía del hidrógeno

El hidrógeno, como fuente de energía cuyo único residuo es el agua, es sin lugar a dudas una opción más ecológica que, dijéramos, el diesel o el gas natural. Sin embargo, el problema reside en que el hidrógeno no es una fuente de energía primaria y, por lo tanto, debe produc...

El hidrógeno, como fuente de energía cuyo único residuo es el agua, es sin lugar a dudas una opción más ecológica que, dijéramos, el diesel o el gas natural. Sin embargo, el problema reside en que el hidrógeno no es una fuente de energía primaria y, por lo tanto, debe producirse utilizando otras formas de energía. Si estas fuentes de energía son combustibles fósiles, como son las que generalmente se vienen utilizando, las cantidades de dióxido de carbono, gas de efecto invernadero, que se emiten a la atmósfera durante su producción son significativas. En la primera mañana de la asamblea general anual de la plataforma tecnológica europea sobre el hidrógeno y las pilas de combustible (European hydrogen and fuel cell technology platform's (HFP)) los discursos y la mesa redonda giraron en torno a las perspectivas de una economía basada en el hidrógeno y el punto de vista de la industria, los responsables políticos y las organizaciones no gubernamentales. Según uno de los directivos de Gaz de France, Hervé Casterman, los aparatos que funcionan con hidrógeno ofrecen el potencial de disociar las materias primas de las aplicaciones cotidianas como vehículos a motor, lo que él considera como una auténtica revolución en sí misma. "El hidrógeno aceleraría la introducción de energías renovables [y] el objetivo teórico sería pasar de combustibles fósiles a otro sistema", añadió. Sin embargo, para el eurodiputado Claude Turmes, vicepresidente del Partido de los Verdes del Parlamento Europeo, la conferencia trata de crear una ilusión peligrosa: "parece que podemos aplicar, en los próximos 20 años, una política de transportes parecida a la de EEUU dirigida a la próspera clase media para [...]. Basta de crear la ilusión de que el hidrógeno "verde" es la respuesta. El hecho es que el potencial de las energías renovables en Europa no es lo suficientemente grande para sostener la política de transportes actual". El Sr. Turmes sostuvo que la única forma de que el hidrógeno sea un éxito es que forme parte de una estrategia de energía sostenible cuya prioridad sea la eficacia. "¡Necesitamos coches más ligeros, no coches que pesen dos toneladas y media para transportar a personas de 70 kilos!", exclamó, y lamentó el hecho de que mientras su partido está dispuesto a perder votos en las elecciones por exigir un aumento de los precios del carburante para interiorizar el coste medioambiental de los combustibles fósiles, otros partidos se decantan por la solución fácil y ofrecen la perspectiva de una energía barata y no contaminante mediante la inversión de miles de millones en programas como el ITER (reactor termonuclear experimental internacional). Los argumentos del Sr. Turmes fueron ampliamente respaldados por Oliver Rapf, responsable de las políticas de la WWF International. El Sr. Rapf, declaró que existe la creencia de que el hidrógeno podría ayudar a solucionar problemas como el cambio climático pero, a su juicio, esto sólo sería posible si se aplicaran criterios de desarrollo sostenible al desarrollo de la economía del hidrógeno, que es lo que no está haciendo la HFP. "Si aplicaran estos criterios, no situarían al mismo nivel la producción de hidrógeno a partir de fuentes renovables y a partir de energía nuclear". "Les pido que realicen análisis sobre el desarrollo sostenible antes de decidir gastar el dinero de los contribuyentes en estos ámbitos de la investigación y el desarrollo". Para el eurodiputado belga Philippe Busquin, presentado como "el padre de la HFP", estas consideraciones son secundarias comparadas con la necesidad de desarrollar una economía basada en el hidrógeno que es para muchos la única alternativa a largo plazo existente a los carburantes fósiles. "No queremos presentar la producción de hidrógeno de una forma desfavorable desde el punto de vista político. A corto plazo necesitamos los productos petroquímicos para producir hidrógeno pero no tenemos que centrarnos en eso ahora," declaró el Sr. Busquin. El anterior Comisario europeo pidió que se organizara un debate con la sociedad y los Parlamentos nacionales que será esencial para garantizar la puesta en marcha de un marco reglamentario favorable. "Necesitamos el apoyo y los incentivos de los gobiernos nacionales para activar la economía basada en el hidrógeno y garantizar que Europa está a la cabeza", añadió. La manifestación finalizó con los argumentos del sector de la industria, representado por Carol Battershell, directora de combustibles alternativos de BP Gas and Power. En su opinión, el debate ilustra perfectamente el proceso que ha ocupado a la HFP durante el pasado año. "Se deben tener en cuenta numerosos puntos de vista y espero que esta conferencia haya contribuido a ello y permita encontrar una forma práctica de seguir adelante en lugar de centrarse en el común denominador más pequeño llegando así a un callejón sin salida", concluyó.

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