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El proyecto BITE inicia un debate europeo sobre la ética en la biométrica

La tecnología biométrica está siendo debatida cada vez más a menudo como medio para abordar el fraude y el robo. Varios países han iniciado debates nacionales sobre la conveniencia de esta tecnología. Sin embargo, tiene todavía que lograrse un examen más amplio sobre sus impli...

La tecnología biométrica está siendo debatida cada vez más a menudo como medio para abordar el fraude y el robo. Varios países han iniciado debates nacionales sobre la conveniencia de esta tecnología. Sin embargo, tiene todavía que lograrse un examen más amplio sobre sus implicaciones en el que participen los interesados en potencia. Esta deficiencia va a ser abordada por el proyecto BITE. Financiado por la sección de Ciencia y Sociedad del VI Programa Marco (VIPM), BITE (biometric identification technology ethics) reúne a nueve socios con distintas formaciones. Los socios intentan facilitar la aproximación de la industria y los académicos a las cuestiones éticas que plantea la biométrica, e iniciar un debate público sobre sus implicaciones. La biométrica utiliza para identificar a una persona información sobre características físicas o sobre el comportamiento. Los datos utilizados van desde las huellas digitales al escáner de iris y el ADN. La tecnología que probablemente se aplicará para verificar la identidad incluye la comparación de la información obtenida de alguien en el lugar, con la almacenada en un banco de datos. Los proponentes reclaman que la biométrica podría contribuir significativamente hacia la seguridad en una época en la que el terrorismo mundial es una amenaza creíble para los países de todo el mundo. En este contexto, los aeropuertos y los centros de control fronterizo se considera que serán los primeros usuarios potenciales. A nivel más individual, la biométrica podría ser utilizada para evitar los robos, por ejemplo, mediante la verificación de la identidad antes de permitir sacar dinero del cajero o el acceso a edificios y coches. Pero la recogida y almacenamiento de datos personales plantea enormes cuestiones éticas, como el coordinador de BITE, el doctor Emilio Mordini, explicó a Noticias CORDIS. Las preocupaciones son de diversa naturaleza: las personas que tienen más difícil probar su identidad, como los inmigrantes, pueden convertirse injustamente en blanco de este sistema, las personas con discapacidades que no pueden realizar pruebas biométricas podrían ser estigmatizados, y se podría obtener información médica personal. A nivel práctico, la legislación sobre la protección de la intimidad difiere de un país a otro, lo que podría traer implicaciones para los datos compartidos y la interrelación de los bancos de datos. "Debemos proteger a los grupos más débiles, que se espera sean el principal blanco de la tecnología biométrica. Sus identidades están menos definidas, y son más difíciles de probar, además, es posible que no tengan papeles. Esto no debe significar que esté menos protegida su intimidad," declaró el doctor Mordini. También es imperativo que se aporte una solución para la minoría que no pueda realizar las pruebas biométricas. Si una persona está ciega o en una condición similar, o ha perdido una mano, no puede ser motivo para negarle la entrada. "Esta tecnología se utilizará pronto y debemos abordar estas cuestiones inmediatamente," declaró el doctor Mordini. El doctor Mordini describe el acceso a la información médica a través de los datos biométricos como el tema más polémico que rodea a esta tecnología. "En este momento no constituye un riesgo real, pero podría serlo a corto plazo," declara. Los datos podrían aportar información sobre si una persona tiene una enfermedad médica, ha utilizado drogas o está embarazada, por ejemplo. En el caso del ADN, los científicos insisten en que sólo analizarían los códigos conocidos y no la información genética. Mientras que el doctor Mordini se muestra confiado en que no hay intención por parte de los científicos para recopilar información médica, todavía queda la cuestión de cómo se podrán utilizar estos datos más tarde. Esto plantea la cuestión de la confianza. Desde que comenzó sus actividades en octubre de 2004, el consorcio de BITE ya ha mantenido dos reuniones de expertos que se han centrado en las diferentes consideraciones éticas relacionadas con la biométrica. Le seguirán tres reuniones más y una consulta pública que se lanzará en junio 2006. Las reuniones demuestran que no todas las preocupaciones son compartidas de forma similar por todos los interesados. Los participantes no llegaron a un consenso en una de las reuniones sobre el riesgo que la biométrica supone para la intimidad. "Los ingenieros declararon que otras tecnologías son más intrusivas. Nosotros, desde el ámbito de la ética tenemos nuestras dudas," declaró el doctor Mordini. Por otro lado, en la reunión sobre el uso del ADN y la genética como identificadores, los participantes acordaron que mientras estas técnicas ya han estado utilizándose en medicina forense, aparecerán nuevos problemas si se utilizan de forma más generalizada. Una de las principales dificultades es probable que sea la alarma entre aquellos que teman una sociedad de vigilancia, como la retratada en la película de Minority Report. "En realidad no ocurrirá pasado mañana, pero en 15 años el ADN podría ser un identificador biométrico," declaró el doctor Mordini. A las reuniones futuras asistirán representantes de las organizaciones de migración, y se abordarán temas relativos a la industria y las tecnologías futuras. Además de asuntos como la confianza y el uso inapropiado de datos, el doctor Mordini destacó también una serie de consecuencias menos previsibles que deberán abordarse. Por ejemplo, la fiabilidad de los datos biométricos podría depender de la fuente de dónde provienen. Y puso el ejemplo de una tarjeta de identificación biométrica emitida por un régimen vil. La biométrica podría ser correcta, pero el portador de la tarjeta podría, sin embargo, ser peligroso. La introducción de la tecnología biométrica para evitar el robo de coches en Malasia tuvo también un resultado inesperado. Ya que para acceder a un coche sólo es posible si el propietario sitúa su dedo sobre el coche para abrirlo y ponerlo en marcha, los ladrones amputaron el dedo del propietario para robar el coche. "Esto es una tecnología que puede ser percibida como nociva. Debemos tener en cuenta los sentimientos y las preocupaciones," declaró el doctor Mordini. El coordinador de BITE cree que el sector público tiene un importante papel que desempeñar en el debate sobre biométrica, en concreto para generar confianza. Este objetivo no es simple, sin embargo: "Mientras el sector público tiende a ser más confiado que el privado, cuando se plantean asuntos de seguridad, la gente se vuelve más suspicaz." No obstante, el doctor Mordini espera que el sector público lidere el camino hacia la aplicación de las tecnologías biométricas, y que le siga el sector comercial. Cuando se le preguntó si estaba de acuerdo con los resultados de un informe reciente del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, en el que se afirmaba que la introducción de la biométrica era "inevitable y necesaria," el doctor Mordini declaró que, aunque ahora es inevitable, la necesidad de introducir la biométrica es más cuestionable. "Es necesario desde un punto de vista industrial y de la seguridad," informó a Noticias CORDIS. El proyecto BITE representa el comienzo del debate sobre biométrica. Cuando el proyecto finalice, el doctor Mordini y su equipo esperan haber "construido el eje de la futura red más amplia, haber elaborad un inventario de los temas actuales y tener una perspectiva más amplia sobre las cuestiones futuras."