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Los médicos no consiguen seguir las directrices para salvar la vida cuando tratan un fallo cardiaco, según un estudio

Según dos nuevos estudios, los pacientes que sufren un fallo cardiaco y son tratados de acuerdo con las directrices europeas establecidas se recuperan mejor que los que no se han sometido a ellas, sin embargo, los médicos siguen sin recurrir a las directrices y prefieren confi...

Según dos nuevos estudios, los pacientes que sufren un fallo cardiaco y son tratados de acuerdo con las directrices europeas establecidas se recuperan mejor que los que no se han sometido a ellas, sin embargo, los médicos siguen sin recurrir a las directrices y prefieren confiar en su propia impresión sobre qué es lo mejor se podría hacer. El estudio MALHER (medical management of chronic heart failure in Europe) es el de mayor envergadura que se ha realizado en Europa para analizar los efectos de las prácticas prescritas en el resultado de los pacientes con fallo cardiaco fuera de una prueba clínica. El estudio analizó 1.410 pacientes con fallo cardiaco severo a moderado que fueron sometidos a tratamiento en seis países europeos (Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, España y el Reino Unido). Los pacientes, cuya evolución fue seguida durante seis meses, tenían más de 40 años, y una media de 69 años. Los investigadores examinaron el grado de seguimiento de las directrices emitidas por la Sociedad europea de Cardiología (ESC) en el tratamiento suministrado a los pacientes en relación con la utilización de los cinco fármacos cardiacos utilizados más comúnmente: inhibidores ACE, betabloqueadores, espironolactona, diuréticos y glucósidos cardiacos. "Descubrimos que cuando los médicos aplicaban a sus pacientes las directrices de ESC, el número de pacientes que tenían que ser enviados al hospital debido al empeoramiento del fallo cardiaco o a síntomas cardiovasculares fue menor, y pasó más tiempo antes de que los pacientes tuvieran que ser ingresados de nuevo en el hospital a causa de sus síntomas," declaró Michel Komajda, doctor de cardiología del Hospital Pitie-Salpetriere en París, y principal autor del estudio. "Sin embargo, el estudio demostró que sólo el 60 por ciento de los pacientes fueron tratados según las directrices de ESC con inhibidores ACE 2, betabloqueadores, o espironolactona 3, - los tres fármacos cardiacos que han demostrado ser los más beneficiosos - y sólo el 63 por ciento de los pacientes fueron tratados siguiendo las directrices de estos tres fármacos, además de los otros dos comúnmente utilizados, los diuréticos y los glucósidos cardiacos. Esto significa que existe una alta proporción de pacientes que no reciben el mejor tratamiento posible para su estado de salud, y que sufren el empeoramiento de los síntomas y incluso llegan a la muerte, como resultado," añadió. Según el doctor Komajda, se puede mejorar todavía mucho más el tratamiento para pacientes que presentan un fallo cardiaco y se deberían desarrollar programas de formación para mejorar la calidad de la atención a los pacientes cardiacos. Se espera que el resultado del estudio MALHER animará a los cardiólogos a seguir las directrices de tratamiento. De hecho, un estudio relacionado con esta materia destaca la dificultad para convencer a los médicos de que sigan las directrices de tratamiento, que en vez de ello confian en sus propias impresiones sobre cuál sería el más idóneo. En algunos casos, los pacientes más necesitados del mejor tratamiento reciben el peor, según afirman los autores. "Es obvio que las directrices mejoran los resultados, así que es difícil comprender por qué no se adoptan más generalizadamente. Los estudios han demostrado que existe un número limitado de médicos que sí conocen de la existencia de las directrices, y que incluso así, no necesariamente las llevan a la práctica. Algunas veces, los médicos se sienten abrumados por el exceso de información y la plétora de directrices," explica Jean-Pierre Bassand, jefe del departamento de cardiología del Hospital universitario Jean Minjoz en Besançon, (Francia). Las razones por las que no siguen las directrices incluyen las restricciones económicas, la falta de creencia en las directrices y el "nihilismo", según afirma el doctor Bassand. "Esto significa que los tratamientos con un potencial para salvar vidas no se prescriben tanto como se debiera, debido una amplia variedad de razones, válidas o no," declara. El doctor Bassand pide por lo tanto que las directrices publicadas por organizaciones profesionales como ESC sean consideradas como herramientas educativas fundamentales que deberán utilizarse para la continuación de los programas sobre educación médica, a los que todos los médicos deberían asistir para ponerse al día y ampliar sus conocimientos. "De otra forma, muchos pacientes continuarán sufriendo de forma innecesaria," concluyó.

Países

Alemania, España, Francia, Italia, Países Bajos, Reino Unido

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