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Investigadores de Oriente Medio y Europa trabajan juntos para frenar la degradación del mar Muerto

Aunque Jordania, Israel y Palestina no son precisamente países conocidos por sus colaboraciones, la disminución de la fuente de agua común que comparten, el mar Muerto, ha hecho que investigadores de cada uno de estos países se unan, junto con dos socios de la UE, con el fin d...

Aunque Jordania, Israel y Palestina no son precisamente países conocidos por sus colaboraciones, la disminución de la fuente de agua común que comparten, el mar Muerto, ha hecho que investigadores de cada uno de estos países se unan, junto con dos socios de la UE, con el fin de establecer cómo puede mejorarse la gestión del agua en esta región. Los cinco equipos de investigación trabajan para elaborar diferentes escenarios que plantean cómo afectarán las diferentes interacciones en el mar Muerto a los recursos naturales, y esperan presentar estas perspectivas a los interlocutores, entre ellos, políticos, para que ésta información pueda ser utilizada a nivel de toma de decisiones estratégicas. El proyecto está financiado por la línea de cooperación internacional (INCO) del V Programa Marco (VPM). La cuenca del mar Muerto ha sufrido durante los últimos 50 años cambios demográficos y económicos. La reducción en aproximadamente un 30 por ciento del área de la superficie hace que la degradación sea visible a todos. El proyecto del mar Muerto se basa en los resultados del proyecto JOWA, que examinó la cuenca más inferior jordana, y ahora muchos de los investigadores esperan poder llevar a cabo un tercer proyecto, sobre la cuenca superior. Noticias CORDIS recogió las declaraciones del doctor Jad Issac, del instituto palestino de investigación aplicada, ubicado en Jerusalén (ARIJ), en las que manifestó que "lo que quiero es analizar la cuenca, que incluye a Siria, en su totalidad. Sé que es difícil en este momento, pero animo a la creación de una base de datos ahora para cuando la gente pueda hablarse sí", en clara referencia a la tensión que vive esta región. Y, añadió "para el año 2008 o 2009, cuando terminemos, confío en que habrá alguien esperando para llevar a cabo una gestión integrada de toda la cuenca." "Estamos analizando quiénes serán los ganadores y los perdedores", declaró el director del instituto israelí Arava de estudios medioambientales, David Lehrer. "Por ejemplo, un tratado de paz podría ser perjudicial", y explicó que, un flujo de refugiados hacia la región o las presiones para desarrollar éste área, podrían seriamente dañar el mar Muerto. Por supuesto esto no significa que los socios se opongan al tratado de paz entre Israel y Palestina. El mar Muerto es importante para la región por una serie de razones. Este exclusivo entorno medioambiental es el hogar de cientos de plantas, animales y especies de pájaros, incluidos algunos en peligro de extinción. La cuenta tiene también un valor por ser el origen de algunos de los asentamientos más antiguos de la humanidad, y cuenta con lugares sagrados del Cristianismo, el Islam y el Judaísmo. El mar Muerto propiamente, y el clima de esta región, se consideran beneficiosos para la curación de las enfermedades de la piel y, como consecuencia, atrae a numerosos turistas, de los cuales dependen muchos habitantes de la zona. La disminución en los niveles de agua también tiene otras implicaciones para la región. Las rocas porosas se están secando, y no soportan por más tiempo el peso de los que se colocan sobre ellas. Causa el hundimiento y la aparición de sumideros. Y, el hecho de que haya menos agua en el mar Muerto supone también menos agua en las fuentes de agua dulce a lo largo de sus orillas. La contaminación causada por los vertidos abiertos de agua residuales constituye también un problema en muchas partes de la cuenca, y algunos investigadores esperan que se agrave con el crecimiento de la población y los cambios en los hábitos de consumo. Aunque, si se hace uso de estas aguas residuales realmente podría mejorarse la eficiencia del uso del agua en la región. En vez de utilizar agua "nueva" para la agricultura, se podrían utilizar las aguas residuales tratadas, lo que reduciría el uso de aguas procedentes de fuentes. Este es un de los escenarios posibles para el mar Muerto que está investigando el consorcio. Según Rudolf Orthofer, del instituto coordinador del proyecto, ARC Seibersdorf Research en Austria, "la agricultura utiliza tanta agua que no deja nada a la naturaleza." Sin embargo, los socios son conscientes de las implicaciones sociales que tendrá cualquier decisión que se adopte sobre la gestión del agua. Aunque la agricultura podría agotar los suministros de agua, ésta puede que sea la única salida para que algunas personas en la región se ganen la vida. La difícil situación política de la región ha traído consigo sus problemas específicos al mar Muerto. En la parte del área del estudio que comprende Palestina, las ovejas y las cabras han pastado en exceso, lo que ha repercutido de forma significativa sobre la vegetación. Las raíces arrancadas en demasía han reducido las siembras y han producido una regeneración menor. La mala gestión es una de las razones de que el ganado pazca en exceso, pero las restricciones impuestas a la trashumancia de los rebaños en áreas declaradas por Israel como zonas militares cerradas, ha intensificado el problema. El agua tiene también una importancia estratégica. Como concluye el doctor Orthofer "debes conocer tu tierra o, de otra forma, no la podrás administrar." Los socios creen que esta investigación es bastante urgente. No sólo por la rápida degradación que sufre la región, si no porque el Banco Mundial financia en la actualidad un estudio de viabilidad que consistiría en bombear agua desde el mar Rojo hacia el mar Muerto. Como el agua necesita ser elevada hacia arriba, esta sería una solución muy cara, y el consorcio no se muestra a favor de ella. Como señalan los socios, el estudio del Banco Mundial se dirige a evaluar la viabilidad de este plan, y no plantea el probable impacto medioambiental de la propuesta. La importancia de esta investigación para la región del mar Muerto es fácilmente apreciable. Pero, la pregunta sería por qué es relevante para Europa, y el motivo que ha llevado a la Comisión Europea a adjudicar 740.000 euros para la realización de este proyecto. Algunos de los socios del proyecto quisieron aportar sus apreciaciones sobre esta cuestión. El componente de cooperación internacional del proyecto es importante, ya que propiciar las relaciones entre los investigadores europeos y los de fuera, es una de las prioridades de la UE. El doctor Orthofer sugirió que Europa tiene también un cierto sentimiento de responsabilidad hacia esta región. A nivel científico, Europa tiene que aprender mucho en materia de gestión del agua de Jordania, Israel y Palestina. Como afirma el doctor Issac, estos países cuentan con una larga trayectoria de tierras de regadío, y tienen metodologías e información de las que carece Europa. Socios del proyecto creen unánimemente que el proyecto podría considerarse también como una contribución europea a la creación de un foro donde las personas procedentes de estos países, muy a menudo en conflicto, sean capaces de reunirse a otros niveles. En realidad, los socios del mar Muerto sólo ahora están comenzando a ser conscientes de la dimensión de los vínculos establecidos entre estos países a los que contribuyó a forjar el proyecto JOWA. Concluyó a finales de 2001, pero las nuevas redes y colaboraciones surgidas como resultado de estas investigaciones han salido a la luz hace tan sólo poco tiempo. Como resume el doctor Issac, los beneficios de este tipo de proyecto se sitúan lejos en el futuro.

Países

Israel, Jordania

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