Un proyecto de tecnología de la sociedad de la información promueve la diversidad y la inclusión en el sector europeo de tecnologías de la información
En un momento en el que una Europa envejecida está haciendo frente a una insuficiencia de capacidades técnicas, el empleo de profesionales procedentes de grupos marginales no es sólo una cuestión de igualdad, sino de necesidad económica. El proyecto RISESI, financiado por la prioridad de tecnologías de la sociedad de la información del VI Programa Marco (VIPM), se realizó con el objetivo de alcanzar un mayor entendimiento sobre los factores clave que promueven este tipo de empleo en los sectores de tecnología de la sociedad de la información y las comunicaciones, y en otros relacionados. RISESI (the Regional Impact of the Information Society on Employment and Integration) evaluó los cambios sociales y económicos producidos por una economía basada en la información en la UE con vistas a comprender los impactos nacionales, regionales y sectoriales. Los socios del proyecto, procedentes de Suecia, Italia y Reino Unido, estudiaron las repercusiones sobre determinados sitios, identificaron las barreras al empleo y desarrollaron respuestas políticas diseñadas para promover el crecimiento y la inclusión social. Según Jonathan Feldman, del instituto nacional para la vida laboral de Suecia, "Europa necesita de empresas y Estados sólidos, es decir, de un crecimiento sostenido que se base en el sistema de bienestar social y en la política de diversidad. La burocracia y los mercados no deberían obviar las necesidades especiales de los grupos potencialmente marginales. Al mismo tiempo, los países que promueven la inclusión social a través de los planes de formación financiados por sus gobiernos deberán también promover la innovación". Como explica el doctor Feldman, las regiones europeas de alta tecnología construidas sobre el empleo cualificado requieren del avance constante de trabajadores cualificados, aunque esta progresión se ha paralizado debido en parte a la escasez de capacidades técnicas. Para el doctor Feldman, en algunos casos, los hombres han dominado las corrientes que derivan hacia los mercados laborales. Una Europa envejecida exige que más mujeres e inmigrantes entren a formar parte de los mercados. La igualdad y la eficiencia están relacionadas, lo que implica que hay que superar los obstáculos a la diversidad de género y étnica. RISESI se orientó a identificar las áreas dónde es posible desarrollar políticas que ayuden a las mujeres e inmigrantes a entrar a formar parte del mercado laboral, como pueden ser la modificación de leyes caducas, el fortalecimiento del apoyo a los sindicatos y cooperativas laborales, y la iniciación de programas especiales para promover el asesoramiento y la orientación cultural hacia la ciencia y la ingeniería en diferentes fases a lo largo de la vida de estudiantes y trabajadores. Por ejemplo, los estudiantes universitarios asesorados por profesionales jubilados podrían, a su vez, tutelar profesionalmente a los estudiantes de secundaria. Además, se deberán reformar las leyes a fin de facilitar las tareas de supervisión y para determinar si los empresarios están rechazando a inmigrantes cualificados, al tiempo que los remozados programas de aprendizaje podrán orientarse a grupos específicos. En cuanto a la promoción de las mujeres en las actividades relacionadas con las tecnologías de la información y las comunicaciones, se deberán fomentar la concesión de los permisos remunerados por maternidad y la aplicación del horario flexible. En la actualidad, declaran los socios del proyecto, el gobierno o las políticas corporativas no llegan a rentabilizar los esfuerzos de formación. Aquí, los incentivos fiscales a la formación y los subsidios del sistema de apoyo a la familia tienen un papel que desempeñar. El espíritu empresarial de mujeres y minorías étnicas está oculto en la actualidad debido a una falta de capital que apoye nuevas empresas. Por último, RISESI destaca el hecho de que una arquitectura más diversificada y humana en los barrios urbanos podría contribuir a la integración social y al capital social, pudiéndose dar el caso de que padres inmigrantes o sus hijos establezcan vínculos con profesionales de prestigio formados en ciencias o ingeniería. Aunque el proyecto finalizó en abril de 2005, los socios están ahora acabando una serie de recomendaciones que esperan pongan de relevancia los posibles avances.