Un proyecto de la UE se orienta al desarrollo de nuevos materiales plásticos para las lentes utilizadas en la cirugía de cataratas
Las cataratas son la causa principal de discapacidad visual entre los adultos de edad más avanzada. Cuando la visión nublada echa a perder la vida diaria, una operación quirúrgica para eliminar la catarata es la única solución. A través del proyecto MIRO de la UE se están desarrollando nuevos materiales plásticos para conseguir lentes intraoculares más finas que mejoren las técnicas de cirugía. Estas nuevas lentes estarán disponibles para los pacientes a partir de 2006. Las cataratas no se forman sobre el ojo, sino dentro de él. Una catarata es un empañamiento de las lentes naturales, la parte del ojo responsable de enfocar la luz y producir imágenes claras y nítidas. La lente está en una bolsa capsular cerrada. Las células viejas al morir se quedan atrapadas dentro de la cápsula. Pasado el tiempo, las células se acumulan, causando el empañamiento de las lentes y haciendo que las imágenes aparezcan borrosas o difusas. Para la mayoría de las personas, las cataratas son causa natural del envejecimiento. Los primeros signos suelen aparecer después de los 50, con una visión nublada o una mayor sensibilidad a la luz resplandeciente, sobre todo al conducir por la noche. Son la principal causa de pérdida de visión entre los adultos a partir de los 55 años. Factores como las lesiones oculares, determinadas medicaciones, y enfermedades como la diabetes y el alcoholismo se sabe que originan las cataratas. Estudios recientes demuestran también el daño permanente que pueden sufrir los ojos cuando no se protegen adecuadamente durante largas exposiciones al sol. Una exposición frecuente durante un prolongado periodo de tiempo puede dañar las estructuras internas del ojo, incluidos el cristalino y la retina. Según los expertos, como consecuencia del agotamiento de la capa de ozono, la cantidad de luz UV a la que estamos expuestos aumenta cada año, y los niños que se exponen a altos niveles de luz UV hoy podrían correr el riesgo de desarrollar cataratas más pronto. Una vez formada la catarata en el cristalino, el único tratamiento que existe para mejorar la visión o reducir la catarata es la cirugía. A partir de 1948, existe un nuevo método que compensa la pérdida de capacidad refractaria del ojo después de extraer la catarata. Son las lentes intraoculares que se colocan mediante cirugía en el ojo y están hechas de una parte óptica rígida y una parte háptica flexible, con puntales laterales de plástico que sostienen las lentes dentro de la bolsa capsular del ojo. Antes del avance de las lentes intraoculares, los pacientes de cataratas tenían que llevar gafas de gruesos cristales o lentes de contacto después de operarse, y eran prácticamente ciegos si no las llevaban, ya que las lentes naturales que se habían extraído no eran sustituidas. Con las lentes intraoculares la cirugía se practica mediante incisiones muy pequeñas que rompen la catarata y la extirpan, y luego se insertan unas nuevas lentes de plástico en el ojo. En los 40 años posteriores este mercado se ha ido expandiendo gradualmente impulsado por el creciente número de PYME de este sector. En torno a 1990 apareció una nueva tecnología quirúrgica microinvasiva para la extracción de cataratas que sólo requiere una incisión de 3 milímetros, la llamada facoemulsificación o faco. El cirujano destruye utilizando una herramienta de ultrasonido el cristalino viejo y nublado y lo vacía antes de implantar una lente nueva de plástico, o un implante, en el ojo. Esta tecnología hizo avanzar las lentes intraoculares, que con un diámetro de óptica de 6 milímetros se pueden doblar e insertar a través de una abertura en el ojo de 3 milímetros. Generalmente las operaciones tienen mucho éxito y, como sólo se practican en el ojo cortes extremadamente pequeños, normalmente no se necesitan puntos, y el ojo se recupera muy rápidamente después de la operación. En los años que siguieron, el mercado de las lentes intraoculares alcanzó en EEUU, Europa Occidental y Japón su plenitud: el aumento anual de operaciones se redujo, los precios de las lentes intraoculares diminuyeron y surgieron empresas multinacionales de EEUU que adquirían más y más PYME. Cada año se implantan en la UE más de dos millones de estas lentes. Actualmente nos encontramos en el umbral de una nueva tecnología quirúrgica, que permite extraer las cataratas mediante incisiones de menos de 1,5 mm. Surgirá la demanda de una nueva generación de lentes intraoculares extremadamente finas que se pueden enrollar y que requieren materiales elásticos con un índice de refracción mucho mayor del que se había conseguido hasta ahora. Las técnicas quirúrgicas que aplican estas incisiones minúsculas ya existen, pero en el mercado no hay todavía lentes intraoculares adecuadas. En este proyecto de investigación en colaboración participan nueve centros de investigación y empresas de cinco países de la UE con el objetivo de desarrollar nuevos materiales plásticos y la tecnología para fabricar lentes intraoculares a partir de estos materiales, así como el instrumental quirúrgico necesario para el implante ocular. MIRO, cuyas siglas significan investigación de microincisión en oftalmología, recibe 1,18 millones de euros a través de una actividad de investigación horizontal del VI Programa Marco (VIPM) para proyectos con participación de PYME. "Los cirujanos pretenden reducir la anchura de la incisión en la operación de tres milímetros a sólo uno y medio", explica Joachim Storsberg, ingeniero químico del Instituto Fraunhofer para la investigación aplicada en polímeros, IAP, la organización alemana de investigación que participa en el proyecto MIRO. "Las lentes intraoculares plegables hechas de polímeros de alta resistencia permiten un tipo de cirugía microinvasiva que puede realizarse en consultas externas y tiene un índice de tolerancia mayor que los métodos quirúrgicos utilizados hasta ahora". CORONIS GmbH, el principal contratista del proyecto ha inventado un método para crear materiales compuestos de índice refractario ultra alto. El índice refractario de las lentes intraoculares disponibles hoy en día para el cristalino es de 1,5 mm, y cuanto mayor sea el índice de refracción más finas se pueden hacer las lentes. El instituto Fraunhofer ha logrado ya un valor significativamente mayor que cualquiera de las lentes disponibles hasta el momento. Los que tienen más futuro son dos materiales altamente refractarios con una transparencia y flexibilidad ópticas altas, es decir, que se pueden plegar y enrollar. No son tóxicos, son biocompatibles y tienen una forma duradera. Cuando se congelan pueden manipularse con instrumental y se puede dar la forma deseada directamente mediante polimerización fotoquímica. "Esperamos que estas nuevas lentes estén disponibles en 2006 para la cirugía en pacientes", declara el doctor Wolfgang Müller-Lierheim, coordinador del proyecto de la empresa alemana CORONIS GmbH. Está previsto que el próximo año concluyan las pruebas clínicas.