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Un proyecto de la UE ayuda a que vuelva a crecer una hierba extinguida en Bélgica

De forma simultánea están creciendo en Reino Unido y Bélgica nuevos brotes verdes de una especie de hierba endémica de Bélgica que se creía extinguida, la "Bromo de Árdenas". La germinación de una colección de semillas de la especie Bromus bromoideus, rescatada por un botánico...

De forma simultánea están creciendo en Reino Unido y Bélgica nuevos brotes verdes de una especie de hierba endémica de Bélgica que se creía extinguida, la "Bromo de Árdenas". La germinación de una colección de semillas de la especie Bromus bromoideus, rescatada por un botánico británico del sótano de los jardines nacionales botánicos de Bélgica, ha alegrado mucho a los botánicos europeos y, concretamente, a los belgas, cuyo país conmemora actualmente su 175 aniversario, y está celebrando todas las identidades belgas. El proyecto "kiss of life" ha supuesto un importante éxito con la red dedicada a la conservación de semillas financiada por la UE, ENSCONET. La especie endémica belga, restringida casi exclusivamente a los prados calcáreos de las provincias de Lieja y Luxemburgo, fue descubierta por primera vez en 1821 y pronto se convirtió en la planta nativa preferida de los botánicos. Muchas ediciones de la "flora belga" mostraban en sus cubiertas la imagen de esta hierba. Después, a finales del siglo XIX, se fue haciendo menos común progresivamente y, desde que se cultivara por última vez en 1935, la "Bromo de Árdenas" no se encuentra en los prados belgas. Su extinción se debe principalmente a los cambios en las prácticas agrícolas y a la desidia de los botánicos profesionales, quienes vieron llegar nuevas riquezas florales de África y América. La universidad del jardín botánico de Lieja continuó cultivando esta planta y distribuyó las semillas entre unos pocos institutos. Desafortunadamente, sin embargo, el jardín botánico cerró, al igual que hicieran otros jardines botánicos, perdiéndose sus colecciones. La historia de su reaparición comenzó a principios de este año, cuando, Dave Aplin, un botánico del jardín nacional botánico de Bélgica en Meise, y representante belga en el proyecto ENSCONET, se dio cuenta de la infausta extinción de la Bromus bromoideus mientras buscaba muestras de la extinguida especie belga para ilustrar una presentación en una reunión prevista de la red. Primero pensó que no quedaba nada de esta hierba, pero investigando un poco más, se encontró con un puñado de semillas que habían sido conservadas en el fondo de los sótanos del banco de semillas de Meise. El doctor Aplin pensó que probablemente estaba ante las últimas pocas semillas existentes que quedaban de la especie. El científico explica que "entonces contactamos con botánicos de Bélgica y Francia (donde se registró una vez una pequeña población de esta hierba) y dimos una batida por Internet, para ver si alguien más tenía semillas o plantas de Bromo". En Flandes apareció una pequeña colección privada de semillas que habían estado guardadas durante diez años en un ático y no era probable que se pudieran plantar, pero el mejor método de comprobarlo era intentando germinar algunas de ellas. Simon Linington, jefe de conservación del banco de semillas del milenio de Kew en Reino Unido, declara que "uno de los objetivos del proyecto ENSCONET es determinar las mejores técnicas de conservación de semillas. Las modernas instalaciones del banco de semillas constituyen una herramienta vital para la conservación, capaces de conservarlas durante cientos de años reduciendo su contenido de humedad y manteniéndolas a unas asombrosas temperaturas de menos 20° Celsius". El doctor Aplin comenzó una ronda de consultas con algunos de los principales expertos europeos de ENSCONET y pronto contactó con el banco de semillas del milenio de los reales jardines botánicos de Kew, uno de los principales institutos de investigación en ciencia de semillas del mundo y coordinador de la red. Cruzó los dedos, y envió unas pocas semillas al banco de semillas de Kew. El 6 de septiembre, el doctor Aplin recibió la llamada que estaba esperando desde Kew, informándole de que algunas de las semillas de Meise habían germinado con éxito, lo que aportaba una información valiosa sobre la manera más óptima de germinar las apreciadas semillas que quedan. "Fue un alivio saber que el banco de semillas del jardín consiguió su objetivo y viene a demostrar el papel fundamental que tienen los jardines botánicos en la conservación de algunas de las especies de plantas más vulnerables del mundo", declaró Thierry Vanderborght, director del banco de semillas de Meise. Sin embargo, el futuro de la "Bromo de Árdenas" es incierto. Con un número total estimado de semillas disponibles inferior a 10.000 la especie es una de las más amenazadas del mundo. Según el doctor Aplin, "de la cantidad total de semillas descubiertas en el banco, podemos contar con menos del 35 por ciento, así que realmente parece que la especie está llegando a su fin". La situación más idónea sería que estas especies volvieran al medio salvaje, aunque es necesario una gestión cuidadosa para evitar que se repita la historia". Ahora han comenzado a crecer, y se espera que las nuevas semillas producidas se puedan coleccionar y conservar en los bancos de semillas de toda Europa para garantizar su seguridad y la supervivencia a largo plazo de la especie más preciada de Bélgica. La idea de una red europea de conservación de semillas surgió en los centros de investigación botánica al darse cuenta de la enorme duplicación que existe en la creación y mejora de metodologías para la recogida de semillas, conservación y gestión de datos. Eliminando esfuerzos innecesarios, los recursos comunes se pueden orientar de nuevo vinculándolos a otras actividades de investigación de la UE, aumentando la calidad de conservación de las plantas, la restitución y el uso sostenible. La red europea de conservación de semillas nativas (ENSCONET) es una acción de coordinación financiada por la "iniciativa de infraestructuras integradas" del VI Programa marco de la Comisión. El proyecto se lanzó en noviembre de 2004 para proteger las especies de plantas en mayor peligro del continente. Dirigidos por el banco semillas del milenio (MSB) de los reales jardines botánicos de Kew, los 19 institutos botánicos de los ocho Estados miembros y cuatro países candidatos, que abarcan cinco de las seis regiones biogeográficas de Europa se han reunido en esta red para coordinar y mejorar sus actividades. La red está organizada en cuatro áreas de actividad: recogida de semillas, conservación, gestión de datos y difusión. Las prioridades fundamentales de la red son finalizar un inventario básico de las especies representadas en los bancos europeos de semillas y su estado de conservación en el medio salvaje. El "análisis de brechas" de este inventario servirá para identificar las prioridades de los futuros programas de recogida de semillas. El material almacenado se distribuirá entre los miembros de forma coordinada. En los próximos cinco años, se espera que la red haya compartido y difundido buenas prácticas, haya desarrollado bases de datos comunes y llevado a cabo estudios de prospectiva.

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Bélgica

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