El proyecto MICROSHOE en la carrera hacia el mercado
A través de un proyecto financiado por la UE se ha desarrollado un nuevo proceso para reducir las pérdidas de materias primas en la fabricación industrial de zapatos con el que se espera conseguir un sistema acabado para el mercado a finales de este año. Una elevada proporción de las llamativas suelas que se ven en los zapatos deportivos e informales modernos se hacen utilizando poliuretano, que se inyecta en moldes especiales. Sin embargo, combinar en la línea de producción de forma precisa las materias primas necesarias para hacer el poliuretano podría ser difícil de lograr y, como la mayoría del poliuretano no se puede volver a fundir o rediseñar, esto puede generar pérdidas de materias primas de hasta un 20 por ciento. En una industria europea que genera unos ingresos de alrededor de 18.000 millones de euros al año, y que está sujeta a la feroz competencia internacional de los productores de bajo coste de otras partes del mundo, estas pérdidas son importantes. Como resultado, el proyecto MICROSHOE se creó en 2002 bajo la prioridad de crecimiento del V Programa Marco de la Unión Europea con el fin de desarrollar un sistema para reducir las pérdidas de materias primas en la producción de calzado. Las fases críticas de la producción de poliuretano, donde se dan con mayor frecuencia las pérdidas, son la mezcla de materias primas y en el proceso de moldeado para formar las suelas, debido a la extraordinaria sensibilidad de las materias primas a la humedad, la temperatura y otras variables. El reto al que se enfrentan los socios de MICROSHOE, diez organizaciones de investigación y fabricantes de España, Italia y Grecia, era desarrollar un sistema de control de materias primas cuando se mezclan y moldean con el fin de garantizar la calidad de la suela final. Los socios optaron por un sistema basado en la tecnología de microondas no invasora que les permitiera controlar con precisión las propiedades físicas y químicas del poliuretano durante la producción. Sin embargo, como explica Enrique Montiel, uno de los socios del proyecto y director adjunto del instituto de tecnología del zapato e industrias relacionadas, en el sitio web de la Dirección General de Investigación de la Comisión Europea, esta no era una tarea fácil. "El poliuretano es tan sensible y reactivo, que el rango de error sobre la línea de producción es extremadamente pequeño", declaró. El equipo seleccionó sensores de microondas ya que son baratos, precisos y los suficientemente pequeños como para caber dentro de las paredes de los moldes y controlar la densidad del poliuretano líquido sin realmente tocar el líquido. "La densidad es uno de los parámetros clave que hay que seguir con detenimiento", explica el Sr. Montiel. "Pueden formarse defectos con mucha facilidad y rapidez, lo que explica por qué el fabricante a menudo no se da cuenta de que hay un problema hasta que los moldes se han endurecido, entonces es demasiado tarde, y hay que tirar todo el lote. La supervisión continua del proceso es esencial". El sistema prototipo desarrollado por el consorcio de MICROSHOE consiste en un ordenador, sensores de microondas, una base de datos y un software personalizado que analiza los datos producidos por los sensores. La configuración del sistema debe estar adaptada al sitio de producción concreto en el que será utilizado, aunque el equipo ya ha perfeccionado el software con el fin de hacerlo más fácil de utilizar en la planta de fabricación. "Teníamos montañas de datos generados por los sensores cada vez que poníamos el prototipo a funcionar. Estaba bien para realizar las comprobaciones, pero era demasiado complejo para las necesidades diarias de un supervisor de producción industrial; no necesitamos información tan precisa. Así que estamos cambiando la forma de filtrar los datos para producir una herramienta de supervisión y análisis que se más fácil de usar", explica el Sr. Montiel. El proyecto finalizó formalmente en noviembre de 2004 y desde entonces los participantes han estado preparándose para la comercialización del producto y, por el momento al menos, el mercado para esta tecnología es amplio. "Hasta donde sabemos, no tenemos competidores: nadie más ha desarrollado un sistema así", declara el Sr. Montiel. "Creemos que esta tecnología podría venderse en todo el mundo, y no sólo para los fabricantes de calzado, hay muchas industrias que utilizan el poliuretano", continuó, en referencia a los fabricantes de sofás, sillas, alfombras e, incluso, juntas. Con los dos socios españoles del proyecto que dirigen el esfuerzo de comercialización, el primer reto es orientar la tecnología hacia el proceso de solicitud de la patente en España y, una vez hecho, esperan poner en el mercado el sistema como pronto a mediados de 2006.
Países
Grecia, España, Italia