Europa abre sus puertas a los servicios, aunque se cuestiona si es suficiente apertura
El Mercado Interior de la UE ha avanzado un paso más el 16 de febrero, cuando el Parlamento Europeo votó a favor de abrir las fronteras de los Estados miembros al sector de servicios, si bien los expertos advierten que la legislación puede que no vaya lo suficientemente lejos como para liberar el sector de servicios y fomentar el crecimiento. En una de las votaciones más controvertidas y reñidas de la historia del Parlamento Europeo, los eurodiputados decidieron finalmente por 391 votos a favor y 213 en contra permitir que el mercado de servicios opere a nivel transfronterizo de la misma forma que los bienes, gracias a una asociación bastante inusitada ente los grupos del PPE-DE (conservadores) y el PSE (socialistas), que contaban entre sus filas con algunos tránsfugas y la abstención de alguno de sus miembros. Fue rechazada, sin embargo, una de las propuestas clave para permitir que los prestadores de servicios funcionen en el extranjero de acuerdo a sus respectivos reglamentos nacionales. Dependiendo del punto de vista, puede suponer una victoria sobre la protección de las normas en toda la UE o una victoria para las naciones más ricas, que mantendrán una ventaja competitiva. Aunque el libre movimiento de servicios está consagrado en los Tratados de la UE, en la práctica, los Estados miembros restringen de forma efectiva el libre movimiento de servicios a través de sus legislaciones nacionales, que difieren de un Estado a otro. La liberalización de las industrias de servicios en todas las fronteras interiores de la UE es considerada fundamental por muchos observadores, y así lo plantea el reciente informe del grupo Aho sobre la innovación en Europa. El informe identificó específicamente las barreras nacionales al comercio y los servicios como los auténticos obstáculos al crecimiento. El informe Aho declara que las barreras nacionales "parecen particularmente graves en el sector de servicios, que [...] es crítico para el crecimiento de la productividad. Un estudio reciente concluyó que la falta de clientes exigentes y que busquen novedades y estén dispuestos y quieran pagar por nuevos servicios, mejorados y más modernos es uno de los principales obstáculos a la innovación de servicios que las empresas consideran difícil de superar". Sin embargo, ha sido arduo encontrar una forma idónea de nivelar la igualdad de condiciones. Una de las propuestas fue que se permitiera a los prestadores de servicios operar de acuerdo a las leyes nacionales incluso cuando suministren servicios en el extranjero. Parece una solución airosa pero las normas que regulan el sector de servicios difieren de un país a otro desencadenando el temor a una "estampida hacia los mínimos" en el que las empresas automáticamente opten por asentarse en el país con menos leyes y normas sobre seguridad y protección medioambiental. El Profesor Luke Georghiou de la Manchester Business School fue uno de los autores del informe Aho. Manifestó a Noticias CORDIS su opinión sobre el resultado de las votaciones del Parlamento: "No tengo información interna y he cotejado hasta ahora sólo informes de prensa, pero mi reacción es que es un buen paso adelante, aunque no avance lo suficiente como para conseguir y preservar la Europa social que queremos. Este es un ejemplo del retraso de la innovación en la UE, si no podemos financiar una investigación óptima y adecuada, nos quedaremos atrás. La amenaza real está en la competencia mundial". Aunque los eurodiputados rechazaron el principio del país origen, fue aprobada la "libertad de prestación de servicios". Se exige a los Estados miembros que "garanticen el acceso y ejercicio libres a una actividad de servicios dentro de su territorio". Puede haber excepciones " que estén justificadas siempre por razones de política pública, seguridad pública, política social, protección de los consumidores y del medio ambiente y por motivos de salud pública", aunque estas excepciones deben ser no discriminatorias, necesarias y proporcionadas". Los sectores que quedan excluidos son "el derecho laboral, esto es, cualquier disposición legal o contractual relativa a las condiciones laborales, como la seguridad y salud laboral, y las relaciones entre patrono y empleado". Otros sectores como los servicios de sanidad pública, postales, sociales y legales, de emisión, y los relativos al juego y el transporte público quedarán también excluidos. Charlie McCreevy, Comisario de Mercado Interior, declaró: "Estoy convencido de que podemos tener una directiva sobre servicios factible que aportará un valor añadido real. En todo esto, el reto es conseguir el equilibrio adecuado. Necesitamos una directiva que facilite la prestación de servicios transfronterizos y, a la vez, necesitamos garantizar la salvaguarda de las consideraciones legítimas de la política pública". "Por su parte la Comisión comenzará trabajando en la elaboración de una propuesta modificada basada en la votación del Parlamento Europeo", continuó. "Ahora espero que el Consejo de Ministros concluya la labor que ha realizado el Parlamento".