Un grupo de presión del Reino Unido reclama más financiación en ciencia e ingeniería
El grupo de presión británico "Campaign for Science and Engineering in the UK - CaSE" ha vuelto a pedir un aumento de la inversión destinada a los proyectos científicos del Reino Unido, ante el temor a la competencia de otros países de la UE y de países no miembros. Muchas de estas sugerencias se hacen eco del reciente informe del grupo Aho sobre investigación e innovación en Europa. Los comentarios surgieron a partir de las cuestiones que planteó CaSE a sus miembros, a los que se les preguntó qué es lo que esperaban que ocurriera con la revisión integral del gasto del gobierno británico, prevista para 2007. CaSE tiene dos objetivos establecidos: forjar mejores relaciones y más precisas con el gobierno a todos los niveles, trazar las necesidades de las comunidades científica y de ingeniería (o, al menos, de los miembros CaSE) y "definir un agenda clara sobre lo qué se pretende lograr". El Foro de Opinión se basa en una investigación realizada por CaSE en enero de 2006, que surgió de una reunión, y a la que siguieron una correspondencia entre ellos y entrevistas. El informe se divide en cuatro partes y resume las áreas de interés y los ámbitos que esperan los miembros el Gobierno británico gaste su dinero. La primera parte se centra en la economía. El foro aborda cocretamente un futuro incierto: "Los participantes en el Foro de Opinión acordaron que para continuar compitiendo eficazmente, el Reino Unido debería estar preparado ante las diferentes perspectivas futuras", en otras palabras, los organismos de investigación deben ser flexibles y pragmáticos. El informe señala, por ejemplo, que el éxito de la investigación y la ingeniería británicas no depende de que todos los elementos de la cadena de suministro estén ubicados en el Reino Unido. El informe recuerda también a los lectores que las empresas deberían explotar las áreas de la industria en las que les es más fácil competir y sugiere se utilice Irlanda como base para desarrollar las actividades de investigación y desarrollo, ya que el Gobierno irlandés ofrece incentivos en este ámbito. El informe es crítico con la forma en que los gobiernos locales utilizan los fondos, y afirma que "no tienen un papel definido con suficiente claridad" y, si bien las redes locales pueden funcionar extremadamente bien, la investigación y el desarrollo son una cuestión mucho más global. No sorprende que el informe reclame un aumento de la inversión en ciencia para los siguientes aspectos que requieren de una atención concreta: - cambio climático; - abordar las necesidades energéticas; - maximizar el potencial de la cooperación europea; - aumentar la eficiencia del sector público; - estimular la inversión en alta tecnología para sustituir las industrias más caducas que están desplazándose hacia países con costes más reducidos; - desarrollar vínculos sólidos con las principales economías emergentes de Brasil, India, China y Rusia. El informe apoya también la transferencia de conocimientos entre el sector público, la industria y las instituciones académicas, principalmente en las empresas de escisión de universidades con el fin de maximizar el potencial de los nuevos avances. La segunda parte del informe se centra en la educación. "En los últimos años, la organización y dotación de la enseñanza científica han pasado a ser una de las preocupaciones más serias de los participantes". Dos de los temas más acuciantes son: "la escasez de docentes cualificados para los centros educativos y la falta de financiación para la enseñanza científica y de ingeniería a nivel universitario". El informe señala que el descenso en el número de estudiantes que optan por cursar materias científicas representa una amenaza muy real para el desarrollo de la ciencia y la investigación, y que el gobierno debería adjudicar más fondos. Los cursos de investigación son más caros de financiar aunque, en cuanto a la enseñanza universitaria se refiere, el grupo está de acuerdo en que se necesita más inversión para que los estudiantes se decanten por las disciplinas científicas y de ingeniería. El informe declara que "ahora se reconoce universalmente la inadecuada dotación de la enseñanza universitaria en ciencias e ingeniería", la cual podría remediarse dotando a la ciencia de suplementos más justos, matrículas que reflejen las realidades de los costes de la enseñanza superior y donaciones, de antiguos alumnos y otros interesados, que ofrezcan a las universidades la oportunidad de independizarse del gobierno. En la tercera parte se aborda la coordinación política, que los miembros califican de no ser suficientemente sistemática, y la financiación, que afirman no es lo bastante estable a nivel de base. Aunque creen que la responsabilidad en algunas instancias gubernamentales en ciencia y tecnología era buena, en otros ámbitos no era así. También consideran que el gobierno impone demasiada burocracia. En la cuarta parte, los miembros de CaSE aportan recomendaciones para su propia industria. La contabilidad se ha estandarizado con el fin de facilitar las solicitudes de financiación, aunque los miembros creen que esto podría en potencia hacer peligrar la financiación procedente de instituciones benéficas, que funcionan con modelos bastante diferentes. También consideraban necesario revisar las estructuras profesionales para dar mayor flexibilidad a los investigadores, y han detectado tres áreas que no reciben la suficiente financiación o relevancia: la investigación interdisciplinar, las instalaciones y las disciplinas que las sustentan. Por último, el informe pretende abordar la insuficiente financiación del sector privado, que además ha ido en descenso. Todavía no están claras las razones precisas de ello, pero se piensa que aquí influyen el alto coste de la investigación en el Reino Unido, los objetivos a corto plazo impulsados por el sector económico, la preocupación que suscita las actitudes de los ciudadanos hacia la ciencia, especialmente en la experimentación con animales, y los descuentos en materia de impuestos o incentivos de los que carece actualmente el Reino Unido.
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