Los grupos de competitividad franceses pueden ser un modelo de asociación público-privada
Europa necesita más iniciativas basadas en la investigación públicas y privadas si quiere seguir siendo competitiva a nivel mundial. Este fue el inequívoco mensaje que muchos de los participantes lanzaron en la Exposición Europea de Investigación e Innovación celebrada en París, los días 8 a 11 de junio. Desde hace algún tiempo, las asociaciones público-privadas han constituido la base para abordar aquellas áreas de la economía europea que requieren de una masa crítica para el desarrollo de "mercados líderes" innovadores. En 2005, la Comisión Europea lanzó nuevamente la Estrategia de Lisboa que reclama, entre otras cosas, un aumento de la inversión en investigación y desarrollo por parte de la industria y la eliminación de las barreras que obstruyen las asociaciones público-privadas. Pero, ¿Cuáles son los obstáculos que dificultan una relación eficaz entre los sectores público y privado? "La razón principal es sólo cultural", según manifestó a Noticias CORDIS, el director del comité científico de la exposición, Jean Audouze. "Muchos laboratorios públicos de investigación no tienen la mentalidad de ir a reunirse con la industria. Creen que tienen que hacer investigación básica y eso es todo". La situación difiere en EEUU, donde los laboratorios públicos cuentan con una tradición bien asentada de trabajar en estrecha relación con el sector privado, según añadió. El 7 de junio, el Sr. Audouze dirigió el debate de un grupo de expertos quienes ahondaron aún más en el tema. Entre ellos se encontraba en representación de AREVA, una empresa francesa de combustible nuclear, Philippe Garderet, quien habló sobre la necesidad que tenía la industria también de cambiar su perspectiva y de estar preparada para trabajar con los institutos públicos de investigación. "Incluso si la industria decide llevar a cabo su propia investigación y se toma en serio lo de ser innovadora y avanzar, necesita también que la investigación en el ámbito público sea de suficiente calidad", declaró el Sr. Garderet. "Ya que es aquí donde encontrará nuevos conocimientos que quizá sean de utilidad a largo plazo". Yves Bamberger, otro de los expertos del grupo y director de investigación y desarrollo en EDF, un grupo de electricidad francés, estuvo de acuerdo con la afirmación. En los últimos 20 años, ha sido testigo de la evolución de varias asociaciones entre los agentes públicos y privados, más concretamente entre su empresa y la Comisión de la Energía Atómica de Francia (CEA). "Estas asociaciones han sido muy eficaces porque cada socio aportó sus propias competencias, que se complementaban entre sí". "Sin embargo, si la industria va a crear vínculos más estrechos con los institutos públicos de investigación, el dominio público debe ser estable por sí mismo y fácilmente accesible por la industria a largo plazo, ya que todos sabemos que profundizar en las relaciones profesionales lleva su tiempo", señaló el Sr. Bamberger. "Debería centrarse también en reunir las fortalezas en áreas de investigación donde puede sobresalir el máximo". El Sr. Bamberger se refirió a iniciativas recientes llevadas a cabo por el Gobierno francés para la creación de la masa crítica y la excelencia en materia de investigación e innovación. La más notable de todas ha sido la formación en 2005 de 66 grupos de competitividad, que son redes regionales en las que participan agentes públicos y privados con una orientación hacia el desarrollo de las tecnologías y de las actividades industriales en las que Francia está especializado o ha dejado constancia de su potencial. Con un presupuesto general de 1.500 millones de euros para un periodo de tres años, los grupos intentarán aumentar el perfil competitivo de la industria francesa. Sólo en la región Isla de Francia se han creado un total de cinco polos que trabajan en áreas como los sistemas y software complejos, las altas tecnologías para la salud y la medicina, los contenidos multimedia, el transporte por automóvil y colectivo y el medio ambiente. Entre ellos se encuentra el grupo Town and Mobility, cuyo objetivo es mejorar la sostenibilidad a largo plazo de las viviendas de la región y la movilidad de sus ciudadanos, centrándose en áreas como el consumo energético, la contaminación acústica, el agua y la calidad del aire. Aunque es demasiado temprano para hablar de resultados tangibles, con sólo un grupo iniciado a comienzos de 2006, muchos en la región lo consideran como un ejemplo de éxito de asociación público-privada, que reúne como, de hecho hace, a un conjunto muy diverso de agentes, entre los que figuran grupos industriales mundiales como el de Suez, grupos industriales de servicios, y la PSA Peugeot Citroen; la empresa mundial de fabricación de coches; institutos de ingeniería e investigación de nivel más elevado y máxima reputación; y toda una gama de pequeñas y medianas empresas, además de las autoridades públicas de la región. "El desafío para nosotros consistía en reunir el máximo número posible de agentes procedentes de los dos mundos opuestos: el de la industria, que está fundamentalmente interesado en la investigación aplicada y el sector público, que continúa centrándose en la investigación básica", declaró a Noticias CORDIS, el director general de Town and Mobility, Daniel Royer, quien declaró que lo habían logrado gracias en parte a algunos de los incentivos financieros que el Gobierno introdujo para apoyar la creación de los grupos, como son cubrir los costes de los socios del sector público y hasta un 35 por ciento de los costes de los socios del sector privado en cualquiera de los proyectos de I+D propuestos. La participación de las empresas también se verá recompensada mediante exenciones fiscales y la disminución de las cargas de la seguridad social. Además, dentro del plan, los grupos recibirán también financiación para que determinen los aspectos administrativos y de infraestructura del grupo, como son los nuevos edificios para los socios y el acceso a Internet a través de la banda ultra ancha. El éxito de la colaboración se debe también en parte a la naturaleza "local" de los grupos. "Las regiones son las que están mejor situadas para aportar continuidad a la innovación ofreciendo un entorno perfecto para el dialogo permanente, necesario entre los agentes que participan en el proceso", declaró el vicepresidente de la región Isla de Francia, Marc Lipinski, durante la presentación de los grupos que realizó su región. "Esto por su puesto que no paraliza el diálogo que se mantiene a otras instancias, como la europea". Este ejemplo de asociación público-privada no ha pasado desapercibido por la Comisión Europea. "La Comisión está siguiendo el desarrollo de estos grupos con gran interés y anima al desarrollo de todas las iniciativas que fomenten la innovación y el crecimiento", declaró Emmanuelle Maincent, responsable político de la Dirección General de Empresa e Industria, quien señaló que otros Estados miembros, como Hungría y Lituania, estaban desarrollando estrategias similares al modelo francés.
Países
Francia