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Curación de heridas mediante campo eléctrico

En el siglo XIX, el fisiólogo alemán Emil Du-Bois Reymond, ofreciéndose como cobaya, se hizo un corte en el brazo para medir el campo eléctrico natural de la herida. Ahora, cuando han transcurrido 150 años del experimento, un grupo internacional de investigadores ha descifrado...

En el siglo XIX, el fisiólogo alemán Emil Du-Bois Reymond, ofreciéndose como cobaya, se hizo un corte en el brazo para medir el campo eléctrico natural de la herida. Ahora, cuando han transcurrido 150 años del experimento, un grupo internacional de investigadores ha descifrado los mecanismos por los que el campo eléctrico controla el proceso de curación. Este conocimiento tiene posibilidades de generar nuevos métodos de tratamiento de lesiones. Al producirse un corte en la piel, entran en acción varios procesos reparadores de movimiento celular hacia la herida. Las células se desplazan hasta tocarse, mientras las dañadas liberan sustancias químicas que van atrayendo más células. Sin embargo, y a pesar de los pioneros experimentos del doctor Du-Bois Reymond, la función de los campos eléctricos en la curación de heridas quedó sin explorar hasta la actualidad, en que se cuentan con los dedos de una mano los grupos de investigadores que se dedican a este campo de estudio. El proceso de curación de heridas despertó el interés del professor Min Zhao, de la Universidad de Aberdeen (Reino Unido), cuando trabajaba como cirujano traumatólogo en su nativa China. Ha descubierto, junto con investigadores de Austria, Japón y América, la contribución del campo eléctrico de las heridas al proceso de curación. Los resultados se han publicado en la revista Nature. En condiciones normales, las células de cultivo se trasladan organizadas hacia la lesión. Sin embargo, al someterse la herida a un campo eléctrico de polaridad opuesta al sentido de curación, las células epiteliales siguen la dirección de la señal eléctrica, abriéndose la herida. Al invertir la polaridad del campo eléctrico, se cierra la herida. Intervienen en el proceso de curación otras células, además de las epiteliales. Así, los neutrófilos y fibroblastos dérmicos se desplazan en respuesta a un campo eléctrico, en un proceso conocido como electrotaxis. Los campos eléctricos de las heridas son generados por bombas o transportadores de iones, que son los responsables de mover los iones de carga eléctrica positiva o negativa hacia una determinada dirección. Los investigadores descubrieron que depositando en la herida sustancias aceleradoras del flujo iónico se incrementaba el campo eléctrico de la lesión y se estimulaba el proceso de cicatrización. A la inversa, la aplicación de sustancias inhibidoras del flujo de iones reduce el campo eléctrico de la herida, frenando la acción curativa. Los investigadores, realizando nuevos experimentos, localizaron las rutas moleculares responsables de la respuesta de electrotaxis y los genes que las controlan. "Desde el punto científico, los resultados obtenidos ofrecen una nueva perspectiva del movimiento curativo de las células y de qué genes y moléculas utilizan para detectar los campos eléctricos", comenta el profesor Zhao. "En lo clínico, los hallazgos abren nuevas posibilidades de aceleración del proceso curativo y tratamiento de heridas crónicas. Estas lesiones tienen un elevado coste económico y personal". El profesor Zhao y su equipo se han fijado nuevas metas para el desarrollo de técnicas de potenciación y gestión del proceso de cicatrización. Ahora, confían en poder trasladar los resultados del laboratorio al ámbito hospitalario y empezar los correspondientes ensayos clínicos.

Países

Reino Unido

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