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La UE financia el mayor estudio realizado sobre "genes de longevidad"

En la Europa medieval, la gente que deseaba prolongar su vida recurría a los alquimistas y a sus elixires. Hoy en día se espera que los avances en ciencias de la medicina y genética proporcionen una fórmula mejor para desvelar los secretos de la longevidad. La Genética del E...

En la Europa medieval, la gente que deseaba prolongar su vida recurría a los alquimistas y a sus elixires. Hoy en día se espera que los avances en ciencias de la medicina y genética proporcionen una fórmula mejor para desvelar los secretos de la longevidad. La Genética del Envejecimiento Saludable (GEHA) es un proyecto financiado por la UE, que tiene como objetivo probar que existen genes específicos que permiten a los individuos vivir hasta una edad muy avanzada con una buena función cognitiva y física, y la ausencia de la mayoría de enfermedades relacionadas con la edad. Es el mayor estudio que se ha realizado sobre los "genes de longevidad". En años recientes, una serie de estudios humanos han intentado identificar estos componentes genéticos que podrían prolongar el ciclo vital. Pero ésta no es una tarea sencilla, según explica el profesor Claudio Franceschi, de la Universidad de Bolonia y coordinador del proyecto GEHA. "Los genes asociados a la longevidad no funcionan solos. Al contrario que los animales de laboratorio con los que se hacen pruebas en un entorno controlado, los humanos interactúan con el medio ambiente y tienen múltiples factores que les afectan como el estilo de vida, la nutrición y la cultura". Esto se presta a resultados de estudios genéticos sobre humanos más "confusos" que los que se obtienen de modelos animales estrictamente controlados, en los cuales estas variables pueden ser reducidas al mínimo. Pero, según el profesor, los resultados impredecibles pueden constituir paradójicamente resultados más viables. "El hecho de que los humanos sean heterogéneos supone que estos estudios no sufran las condiciones extremadamente �artificiales� a las que son expuestos los animales utilizados en estudios para analizar los determinantes de la longevidad", explica el profesor. "Pusimos el ejemplo de estudios sobre personas mayores en las que se observó una inflamación crónica. Estas observaciones pasaron completamente inadvertidas en experimentos realizados en ratones, debido a las �limpias� condiciones típicas de experimentos en animales bien controlados". Otro problema es el de la falta de datos comparables. Aunque se han realizado algunos estudios sobre genes de longevidad, han sido específicos de una población. "Necesitamos reunir un gran número de sujetos, enriquecidos con genes de longevidad, procedentes de entornos geográficos y étnicos diferentes", explica el profesor Franceschi. En este aspecto se sitúa la actuación del proyecto GEHA. El proyecto reúne a demógrafos, geriátricos, genetistas, epidemiólogos genéticos, biólogos moleculares, bioinformáticos y estadísticos de 11 países europeos y de China. Toma muestras de 2.650 parejas de familiares (parejas de hermanos) mayores de 90 años. Éstos serán emparejados con 2.650 controles "jóvenes" de 60 años de edad con el fin de llevar a cabo un análisis comparativo del genoma. "Elegimos la edad de 60 porque a partir de esta edad comienzan a aumentar los índices de mortalidad". El estudio no tiene precedentes en lo que se refiere a su envergadura y, según el profesor, Europa se sitúa a la cabeza en este campo. Está previsto empezar un proyecto similar en Japón; científicos japoneses visitaron recientemente a los socios del consorcio GEHA para ver cómo llevaban a cabo el estudio. Se espera que el grupo japonés utilice la misma metodología que ha diseñado el GEHA. En Estados Unidos también ha comenzado un estudio sobre 500 familias. El proyecto GEHA se puso en marcha en 2004 y ha recopilado desde entonces casi la mitad de las muestras necesarias (1.060 tríos, una pareja y un sujeto joven). "En un principio se pensó que era posible recopilar todas las muestras para el estudio a finales del tercer año [2007]. Pero no ha sido tan fácil", declaró el profesor Franceschi. Por un lado, encontrar dos hermanos mayores de 90 años en buena salud es muy difícil. E incluso si se encuentran estas parejas tan difíciles de conseguir, es muy difícil mantenerlas. El proyecto utiliza registros locales en cada uno de los 12 países participantes para buscar las parejas. "Muchas veces cuando encontramos una pareja, descubrimos que uno de los dos está viviendo en el extranjero o a veces ocurre que uno de ellos muere después de ser seleccionado", explica el profesor Franceschi. El proyecto descubrió un índice de rechazo del 50 por ciento aproximadamente, que, según el profesor, era de esperar. El proceso de selección es largo, debido a la debilidad de los sujetos y al número de pasos que hay que seguir, cada uno de los cuales es supervisado por un comité ético. "Era muy importante tener en vigor, desde el principio, una dimensión ética del proyecto. La UE impone normas éticas muy estrictas a los estudios de este tipo, lo cual es comprensible dado que los datos son muy personales y sensibles", declaró el profesor. Cuando una pareja de sujetos está de acuerdo en participar, son sometidos a pruebas cognitivas y sanitarias para determinar su estado de salud. Si resultan estar sanos, se toma una muestra de la boca con un algodón o una muestra de sangre y se les pide que respondan a un cuestionario sobre su vida y sus hábitos alimentarios. Además, los hermanos son emparejados con controles "más jóvenes" que proceden del mismo entorno étnico, geográfico y medioambiental. Todos los centros de selección envían las muestras de la boca o de sangre al Centro Nacional de Salud de Helsinki para que sean analizadas. "Esto garantiza coherencia en la calidad del ADN. También existe una base de datos funcional centralizada para los resultados del estudio", afirmó el profesor Franceschi. Según el profesor, el consorcio del proyecto tiene como objetivo terminar la selección y la recogida de ADN en un periodo de seis meses a un año. Después, el trabajo se centrará en tres regiones genómicas implicadas en el envejecimiento y la longevidad en estudios previos. Se determinará el genotipo mitocondrial de todos los seleccionados por "haplogrupos" (tipos de población genética) y variaciones de ADN, que se sabe desempeñan un papel importante en el envejecimiento y la longevidad. "Nuestra esperanza es poder probar que existen genes de �longevidad� compartidos universalmente entre poblaciones", dijo el profesor Franceschi. "Podríamos demostrar también que algunos genes son específicos de una población geográfica. Sabemos que para enfermedades como la esquizofrenia se han identificado los mismos genes en Francia que en Polonia. Pero los genes vinculados a la longevidad, que son más complejos porque interactúan con el medio ambiente, podrían ser distintos". El proyecto intentará identificar también genes de "envejecimiento saludable" específicos de etnias y géneros. El resultado del estudio podría tener consecuencias importantes para Europa, donde se calcula que un tercio de la población tendrá más de 60 años en 2050. Encontrar los genes que nos protegen de enfermedades y nos mantienen sanos en la vejez podría ayudarnos a reducir los gastos del sistema sanitario, que aumentarán de manera dramática a medida que envejece la población.

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