Cómo mejorar la imagen de la industria de la acuicultura
Un nuevo proyecto financiado por la UE ayudará a las piscifactorías europeas a producir pescados más sabrosos y a resultar más competitivas a nivel internacional. La sobrepesca supone el agotamiento de muchas de las reservas pesqueras del planeta, un fenómeno que coincide con un aumento constante del consumo de pescado a nivel mundial. La acuicultura ofrece una alternativa a la extracción de pescado de las reservas naturales, pero plantea sin embargo una serie de interrogantes sobre el posible impacto medioambiental de las piscifactorías y sobre el sabor y calidad de consumo del pescado procedente de estas. El proyecto SustainAqua financiado con un total de 2,5 millones de euros dentro del VIPM se propone abordar estos problemas en relación al sector de la acuicultura en agua dulce. Para Ina Küddelsmann, jefa de proyecto en el Centro de Transferencia Tecnológica de Bremerhaven, en Alemania, «El proyecto debería mostrar cómo pueden las empresas de acuicultura en Europa producir pescado de manera más rentable y mejorar al mismo tiempo su imagen utilizando métodos de producción más respetuosos con el medio ambiente». El plan de los 24 socios participantes en el proyecto consiste en mejorar la competitividad del sector estudiando para ello la posibilidad de introducir la cría de nuevas y diferentes variedades de pescado; la comercialización de sus productos derivados y la optimización técnica de las instalaciones. Una serie de ejemplos concretos de instalaciones en Polonia, Hungría, Dinamarca, Países Bajos y Suiza permitirán a los investigadores disponer de una muestra representativa de los diversos sistemas de acuicultura utilizados en Europa para la trucha, la carpa, el barbo, la anguila y la tilapia. Un aspecto básico común a estos cinco casos es el suministro efectivo de nutrientes al pescado. Con demasiada frecuencia estos nutrientes se acumulan en jaulas en forma de productos de desecho, lo que conlleva la contaminación de los ríos y lagos en donde se encuentran las instalaciones. Los investigadores se proponen estudiar la posibilidad de convertir este material de desecho en biomasa que podría ser comercializada para su ulterior utilización por otras industrias. El sabor del producto final es asimismo una de las cuestiones analizadas por el proyecto. El problema está directamente relacionado con el tipo de alimentación que recibe el pescado y con las condiciones en las que se produce su cría. Como explica Werner Mlodzianowski, Director del Centro de Transferencia Tecnológica de Bremerhaven, «Queremos demostrar que existe una relación directa entre el sabor, la calidad y las condiciones de cría sostenibles». Por último, los socios del proyecto se proponen asimismo preparar una serie de materiales de formación que permitan ayudar a la industria de la acuicultura a aplicar los resultados del proyecto y resultar en resumidas cuentas más competitiva.