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La investigación abre nuevas vías para el ahorro energético en los hogares

La Comisión Europea puso en marcha el pasado 19 de octubre un ambicioso plan cuyo objetivo es reducir en un 20% el consumo energético en Europa durante los próximos 14 años. Tal y como señalan recientes investigaciones realizadas por el Centro Conjunto de Investigación (CCI) d...

La Comisión Europea puso en marcha el pasado 19 de octubre un ambicioso plan cuyo objetivo es reducir en un 20% el consumo energético en Europa durante los próximos 14 años. Tal y como señalan recientes investigaciones realizadas por el Centro Conjunto de Investigación (CCI) de la Unión Europea el hecho de apagar totalmente cada noche nuestro aparato de televisor en vez de utilizar el modo en espera o "standby" podría suponernos un ahorro de hasta 84 euros al año, ahorro que podría ser incluso mayor si además utilizamos bombillas de bajo consumo. El botón de standby está presente hoy en día por todas partes en nuestros hogares: en las televisiones, en el monitor los ordenadores y en los grabadores y reproductores de video y DVD, por nombrar tan sólo algunos de los múltiples aparatos electrodomésticos que nos rodean. De lo que no son probablemente conscientes los consumidores es de que estos pequeños botones son responsables de importantes agujeros, no solamente en sus bolsillos, sino también en los presupuestos energéticos de sus respectivos países. EL CCI calcula que este tipo de aparatos es responsable de hasta un 20% del total del consumo total de electricidad en el hogar. Aproximadamente la mitad de esta cifra se debe a pérdidas relacionadas con el standby, lo que en términos generales representa una cifra de hasta 100 W por familia para un total de100 millones de hogares en Europa, o lo que es lo mismo 100.000 millones de kWh al año. Serían necesarias 10 grandes centrales eléctricas de un GW cada una para suministrar esta cantidad de electricidad, lo que significa que el gasto de los ciudadanos europeos relacionado con este consumo alcanza los 15.000 millones de euros anuales. Sin embargo, existe hoy en día ya una tecnología que permite evitar o reducir el consumo de energía derivado del uso del stanby hasta prácticamente cero. Los aparatos de televisión recientemente aparecidos en el mercado consumen en el modo standby un tercio de la electricidad que consumen los aparatos más antiguos. Otro medio que permite ahorrar energía en los hogares son las llamadas lámparas fluorescentes compactas (LFC), también conocidas como bombillas de bajo consumo. Los investigadores calculan que estas bombillas presentan un potencial de ahorro anual de al menos 11.500 millones de kWh en la UE de los 25. Por desgracia los ciudadanos europeos parecen no ser conscientes de sus beneficios, como demuestra el hecho de que sólo tres de cada diez bombillas de las utilizadas en los hogares europeos son del tipo LFC. Su precio sigue siendo el mayor obstáculo a la hora de intentar modificar los hábitos del consumidor, y ello incluso cuando el coste de las LFC se ha reducido ostensiblemente y el plazo a partir del cual comienzan a resultar rentables es hoy en día menor. En la actualidad sólo es posible conseguir LFC a buen precio y de buena calidad en tiendas muy determinadas. Por otra parte, muchos de los consumidores que en su día utilizaron las anteriores generaciones de LFC se mostraron entonces descontentos por las diferencias existentes entre la supuesta duración de las bombillas anunciada por sus fabricantes y su duración real, además de con su forma, tamaño y temperatura de color. Muchos de estos obstáculos surgieron a partir de las antiguas LFC, mucho más voluminosas, y que producían una luz muy fría y con un largo periodo de estabilización de su emisión de luz. En la actualidad las LFC se presentan en modelos con diferentes temperaturas de luz, tamaños mucho más reducidos y que alcanzan muy rápidamente su potencia completa. A pesar de ello, la impresión negativa creada en el consumidor por las anteriores generaciones de LFC resulta ahora difícil de superar. El pasado 19 de octubre la Comisión Europea presentó un plan de acción que abordará entre otros aspectos los hábitos energéticos de los consumidores e introducirá nuevas normas de funcionamiento para una amplia serie de electrodomésticos entre los que se incluyen desde artículos para el hogar como frigoríficos y aparatos de aire condicionado hasta bombas industriales y ventiladores. El principal objetivo de este plan de acción es reducir en un 20% el consumo energético europeo durante los próximos 14 años. Si esto se consigue, la UE podría llegar a ahorrar una cifra superior a los 100.000 millones de euros al año. El plan contribuiría asimismo a reducir las emisiones de CO2 en la UE y a cumplir así con los objetivos de Kyoto.