La Organización Mundial de la Salud Animal descubre el agente transmisor de la lengua azul La Organización Mundial de la Salud Animal (OIE) ha encontrado por fin la respuesta a la pregunta que ha venido desconcertando a los expertos veterinarios desde que este verano se produjo un inesperado brote de lengua azul en Países Bajos, Bélgica, Alemania y Francia. El age... La Organización Mundial de la Salud Animal (OIE) ha encontrado por fin la respuesta a la pregunta que ha venido desconcertando a los expertos veterinarios desde que este verano se produjo un inesperado brote de lengua azul en Países Bajos, Bélgica, Alemania y Francia. El agente transmisor responsable de la propagación de la enfermedad en esta ocasión ha sido identificado como un mosquito de la especie culicoides, llamado Culicoides dewulfi, cuya picadura transmite la enfermedad y que ha conseguido adaptarse al clima del Norte de Europa. Con anterioridad a los últimos descubrimientos realizados por el Laboratorio de Referencia de la OIE en Italia, se creía que el insecto responsable de la transmisión de la enfermedad pertenecía a la especie Culicoides imicola, cuya presencia es frecuente en África. El Dr. Bernard Vallat, Director General de la Organización Mundial de la Salud Animal declaró durante la reunión del grupo de expertos de la OIE sobre esta enfermedad el pasado 20 de octubre: «Nos enfrentamos a un hecho importante desde el punto de vista epidemiológico puesto que hasta ahora todos los brotes de lengua azul se habían relacionado siempre con un agente transmisor de origen africano. Esta circunstancia supondría que la enfermedad podría ahora extenderse por toda la región con el riesgo de que se produzca un mayor número de casos en primavera cuando se da una mayor actividad del agente transmisor». En efecto, los científicos han advertido que si este mosquito en concreto es capaz de adaptarse a las condiciones climáticas que se dan en el norte de Europa el virus podría extenderse en principio por todo el continente. En la práctica ello significaría que los países donde existe un comercio de ganado deberían replantearse sus métodos de vigilancia y control de la enfermedad. Si bien la OIE ha comenzado ya el proceso de actualización de las normas internacionales vigentes sobre control de la lengua azul, este organismo considera que lo más urgente ahora es aplicar los métodos científicos que permitan hacer frente a la enfermedad y garantizar al mismo tiempo el normal desarrollo del mercado. Por otra parte, esta organización considera que es necesario intensificar progresivamente las medidas de vigilancia sobre la enfermedad, extendiéndolas a lugares que hasta ahora no se habían considerado como zonas de riesgo, y que deberían además ponerse en marcha programas de vacunación. El Dr Vallat, Director General de la Organización Mundial de la Salud Animal, instó a los fabricantes de vacunas a actuar con rapidez para desarrollar vacunas avanzadas que permitan controlar eficazmente la enfermedad e impidan que se produzca una ralentización del comercio de animales vivos. La lengua azul no supone amenaza alguna para la salud humana. Se trata de una enfermedad viral trasmitida por un insecto y que afecta a todas las especies de rumiantes. Aparece sobre todo en periodos de altas temperaturas e importantes precipitaciones y desaparece en general con la llegada de las primeras heladas y el frío intenso, época que coincide con el momento en el que el mosquito interrumpe su actividad. La distribución geográfica de la enfermedad a nivel mundial siempre se había situado entre los 50 grados de latitud norte y los 35 grados de latitud sur. Sin embargo, a partir de los últimos descubrimientos existen ya pruebas científicas según las cuales su extensión llegaría más al norte, entre los 53 grados norte y los 35 grados sur. Muchos científicos consideran que la globalización, el cambio climático y el volumen y la velocidad cada vez mayores del transporte internacional de mercancías y pasajeros son factores todos ellos que favorecen la extensión de los agentes patógenos y de las enfermedades.
