Situar la investigación VIH/SIDA en el centro de la elaboración de políticas El VIH/SIDA es una de las pandemias más destructivas que se hayan registrado en la historia del mundo. Cerca de 65 millones de personas han sido infectadas con el VIH y más de 25 millones han muerto desde que se detectara el primer caso de SIDA en 1981. Además, según las nueva... El VIH/SIDA es una de las pandemias más destructivas que se hayan registrado en la historia del mundo. Cerca de 65 millones de personas han sido infectadas con el VIH y más de 25 millones han muerto desde que se detectara el primer caso de SIDA en 1981. Además, según las nuevas estadísticas de la ONU, el SIDA no tiene signos de disminuir. En los 25 años pasados, investigadores y responsables políticos de todo el mundo han estado trabajando duro para reducir la propagación de la enfermedad y suministrar un tratamiento adecuado a los infectados. Sin embargo, los que se muestran críticos ante la respuesta mundial al VIH/SIDA dicen que los esfuerzos de investigación están a menudo demasiado fragmentados para que tengan una influencia real, a la vez que no se hace lo suficiente para coordinar las áreas políticas que están inextricablemente vinculadas a la enfermedad. Noticias CORDIS se puso al día sobre este asunto con algunos de los que trabajan precisamente en este tema en el seno de la Dirección General de Investigación de la Comisión Europa para saber más sobre cómo se han canalizado los recursos de la UE para la investigación del virus, así como los pasos adoptados para garantizar que estas actividades se vinculen al trabajo relacionado con el VIH/SIDA en otras instancias de la Comisión, y en todo el mundo. La financiación de la investigación del VIH/SIDA siempre ha sido una de las prioridades de investigación de la UE, informó a Noticias CORDIS el Dr. Ole Olesen, responsable científico de la Unidad de enfermedades relacionadas con la pobreza de la Dirección General de Investigación. Desde que surgiera el primer programa marco de investigación en 1985, el presupuesto del VIH/SIDA se ha ido incrementando gradualmente hasta alcanzar su máximo en el VIPM, cuando se adjudicaron 200 millones de euros para investigar la enfermedad, cerca de cinco veces la cantidad gastada en el VPM. Hasta la fecha, se han gastado 125 millones de euros en proyectos. Por partidas, un 60% del total se destinó a la investigación sobre la prevención, principalmente en vacunas (40%) y en microbicidas (20%), mientras que el 40% restante se destinó a apoyar actividades relativas al tratamiento. «Hasta el momento estamos bastante contentos con esta distribución», afirmó el Dr. Olesen. «Uno de los grandes logros del VIPM es que hemos creado una cartera de proyectos correspondientes al ámbito del VIH». En uno de los extremos de este panorama está el Programa de cooperación de los países europeos y en desarrollo sobre ensayos clínicos (EDCTP), una asociación común lanzada en 2003 en la que participan 16 países europeos y varias naciones africanas. El objetivo es acelerar el desarrollo de nuevas intervenciones clínicas para la lucha contra el VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis. «El EDCTP ha actuado como un mecanismo directriz para la financiación de la investigación que hemos concedido a tipos de proyectos más tradicionales en el VIPM», explicó el Dr. Olesen. Aunque es una iniciativa loable, la asociación ha sido criticada por su lentitud a la hora de ponerse en marcha. Una de las razones aducidas ha sido la dificultad en atraer los 600 millones de euros que inicialmente se buscaban para su presupuesto. Establecida a través del artículo 169 del Tratado de la Comunidad Europea, la asociación descansa en la cofinanciación de los participantes. De la Comisión ha recibido 200 millones, cifra que ahora debe aumentar con los 200 millones procedentes de los países participantes y los otros 200 millones del sector privado. «La fase inicial ha sido bastante lenta», declaró Manuel Romarís, responsable de la Unidad de enfermedades relacionadas con la pobreza de la Dirección General de Investigación. «Pero ahora, en el último año se ha producido un mayor compromiso de financiación de los países participantes». Entre los que han intensificado recientemente su contribución está el Consejo de Investigación de la Agencia sueca de Cooperación para el Desarrollo Internacional (SIDA) y el Gobierno alemán. Ambos han aprobado la adjudicación de aproximadamente 1 millón de euros al año durante los próximos tres años. En otras instancias, el Consejo de Investigación Médica de Reino Unido está negociando 7,5 millones adicionales para las actividades del EDCTP durante el periodo 2007-10, mientras que el Instituto de Medicina Tropical de Bélgica se ha comprometido a desembolsar 500.000 euros anuales para el mismo periodo. Desde su lanzamiento en 2003, el EDCTP ha publicado varias convocatorias, entre las que figura una en 2004 para llevar a cabo una prueba clínica sobre el tratamiento de niños infectados con el VIH, financiada utilizando únicamente los recursos del EDCTP. Una segunda convocatoria en 2005 se centró en los proyectos de creación de capacidades para el campo de los microbicidas, que recibió 7 millones del EDCTP y fondos equivalentes de los países participantes. En julio de 2006, el EDCTP publicó otra convocatoria, esta vez para investigar la prevención de la transmisión del VIH de madre a hijo. La convocatoria de 6,1 millones está cofinanciada por Francia, Irlanda, Países Bajos, España y Reino Unido. «Estas son inversiones a largo plazo», explicó el Dr. Romarís. «Las pruebas clínicas pueden durar varios años, así que los resultados no estarán disponibles por algún tiempo». Probablemente el avance más interesante del EDCTP es la inminente llegada de su primer socio privado: la Fundación Bill and Melinda Gates. «Una nueva convocatoria conjunta de la fundación y los socios de EDCTP prevé apoyar el desarrollo de capacidades para llevar a cabo pruebas clínicas de la fase II de las vacunas preventivas para el VIH en África», declaró el Dr. Romarís, quien informó que la Fundación Gates había realizado una contribución a la convocatoria de 20 millones que ascendía a 8,5 millones de dólares estadounidenses (6,4 millones de euros). Ahora se espera que los países participantes igualen la contribución de la fundación. Y, añadió que la fundación había expresado su interés por ampliar la asociación más allá de las vacunas del VIH, a otras enfermedades. El Dr. Romarís manifestó su interés por que la convocatoria conjunta fuera publicada tan pronto como sea posible, ya que cree que atraerá a la asociación a los financiadores del sector privado. A la pregunta de qué fue lo que propició el aumento del presupuesto para el VIH/SIDA en el VIPM, tanto el Dr. Romarís como el Dr. Olesen apuntaron al programa de acción de la Comisión destinado a reducir las enfermedades relacionadas con la pobreza, el cual calificaron como un «hito» en la elaboración de políticas de la Comisión. «Esta es una de las pocas políticas generales que existen en la Comisión y que se expanden a través de las Direcciones Generales para formar un objetivo común», explicó el Dr. Olesen. El programa se basa en tres pilares: comercio, desarrollo e investigación, complementados entre sí. «La investigación debería facilitar el camino para nuevos fármacos y vacunas para el VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis», que la política comercial hará más asequibles mientras que la política de desarrollo aportará atención sanitaria y medicinas a los enfermos de los países en desarrollo», informó el Dr. Olesen. Una acción concreta que ha surgido del programa hasta la fecha ha sido la convocatoria conjunta de EuropAid y el VIPM. «Ha sido extremadamente útil porque estamos vinculando para un mismo objetivo, el dinero procedente del desarrollo con el dinero de la investigación», declaró el Dr. Romarís. Varios proyectos de investigación del VIPM, tras pasar una evaluación sobre su impacto social, se han beneficiado ya de los fondos adicionales de esta convocatoria hasta alcanzar los 15 millones de euros. «Así que podemos imaginar que además de la investigación que se lleva a cabo en un hospital, el dinero extra, se podría decir que puede servir para los programas de sensibilización acerca del VIH/SIDA», explicó el Dr. Romarís. El Dr. Romarís señaló que ejemplos de este enfoque político complejo también surgen a nivel nacional. Por ejemplo, el Departamento de Desarrollo Internacional de Reino Unido inició recientemente la financiación directa de pruebas clínicas sobre microbicidas. «Esto supone un paso adelante porque hemos llegado a comprender que la financiación de la investigación sobre microbicidas podría ayudar al desarrollo de la población», declaró el Dr. Romarís. «Es un modelo que se podría aplicar en otros lugares de Europa». Además de la integración de la investigación HIV/SIDA en la respuesta más amplia de la UE a la pandemia, el Dr.Romarís señaló que la Comisión estaba trabajando también para garantizar que las actividades de investigación concuerden con las emprendidas en otros lugares del mundo. «Estamos intentando sincronizar nuestras actividades de investigación para evitar cualquier duplicación y maximizar la complementariedad de todos nuestros programas», explicó el Dr. Romarís. Con este objetivo, la Comisión es una de las 16 organizaciones, tanto públicas como privadas, que participa en la Global HIV Vaccine Enterprise. El objetivo de la alianza es acelerar el desarrollo de una vacuna para el VIH. «Estamos reuniendo recursos para garantizar que el mejor trabajo de aquí [Europa] y de otros lugares va a ayudar a aquellos que lo necesitan», explicó el Dr. Romarís. La Comisión intentará dentro del VIIPM además de las importantes contribuciones financieras a las vacunas, de la investigación sobre microbicidas y de los tratamientos, aportar también un mayor liderazgo en este campo a nivel mundial. «La Comisión es una organización internacional, muy bien situada para promover nuevas ideas y tipos de asociaciones. Podemos por lo tanto representar a los interesados europeos en una escala mucho mayor», explicó el Dr. Olesen, quien añadió que «el VIIPM nos permitirá crear asociaciones entre los científicos europeos, de diferentes sectores, tanto privados como públicos, y entre científicos del norte y el sur».