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Un proyecto de la UE protegerá las turberas tropicales

Conocer mejor las turberas tropicales y el mecanismo por el que su destrucción podría influir en el cambio climático. Ése es uno de los objetivos esenciales del proyecto CARBOPEAT («Interacciones carbono-clima-humanos en turberas tropicales: vulnerabilidades, riesgos y medidas...

Conocer mejor las turberas tropicales y el mecanismo por el que su destrucción podría influir en el cambio climático. Ése es uno de los objetivos esenciales del proyecto CARBOPEAT («Interacciones carbono-clima-humanos en turberas tropicales: vulnerabilidades, riesgos y medidas de mitigación»), financiado por la UE. Los socios del proyecto, procedentes de Europa pero también de Malasia, Indonesia y Vietnam, se dedicarán también a transmitir los conocimientos más actualizados acerca de estos valiosos ecosistemas a los responsables de su gestión. «En el proyecto CARBOPEAT se concretarán las principales deficiencias y las lagunas más acuciantes de nuestros conocimientos acerca de la dinámica del carbono en las turberas tropicales. Además, se analizarán las implicaciones para las políticas correspondientes y se formularán directrices para proteger el almacén de carbono que representan las turberas tropicales, directrices de fácil comprensión para las autoridades políticas y los decidores de los países europeos y del sureste asiático», explicó Susan Page, perteneciente a la Universidad de Leicester y coordinadora del proyecto. La UE ha dotado a CARBOPEAT de unos fondos de 458 000 euros. Las turberas tropicales se encuentran principalmente en el sureste de Asia, donde se almacenan hasta 70 000 millones de toneladas de carbono, lo cual equivale al 3 % del carbono contenido en el suelo de todo el planeta. Además, desempeñan un papel importante en lo que respecta al almacenamiento de agua y la prevención de inundaciones y contienen una biodiversidad asombrosa, incluido el orangután, que es una especie en peligro. Estos bosques pantanosos tropicales de turba contienen árboles valiosos para la industria maderera y otros productos de utilidad para la población de la zona, como las cortezas de los árboles, las resinas y el látex. No obstante, este importante ecosistema está siendo destruido por la deforestación y los incendios. Con la desaparición de los árboles, se oxida la turba de la superficie y el carbono almacenado se libera a la atmósfera, lo cual contribuye al cambio climático. «Los bosques pantanosos de turba situados en el sureste de Asia se encuentran entre los últimos parajes vírgenes de este planeta; son una enorme reserva de biodiversidad y de carbono, pero se están destruyendo ambas cosas inútilmente, sin producir ningún beneficio socioeconómico a cambio», señaló el profesor Jack Reiley, de la Universidad de Nottingham, uno de los socios del proyecto. Aparte de concretar qué lagunas existen en nuestros conocimientos sobre las turberas tropicales, los socios del proyecto establecerán una red internacional de expertos en este campo e investigarán la viabilidad de aplicar mecanismos de reducción y comercio de emisiones de carbono en el caso concreto de las turberas tropicales. Asimismo, los socios del proyecto organizarán acontecimientos de alto nivel a fin de concienciar sobre esta cuestión a las autoridades políticas y a quienes gestionan el uso del suelo. La primera reunión del proyecto se celebrará en Indonesia en agosto de este año; cabe la posibilidad de que asista el vicepresidente de Indonesia. «Esto es testimonio del alto nivel de compromiso que asume el gobierno de Indonesia para con el valor ecológico de sus recursos naturales, entre ellos las turberas», declaró el profesor Bostang Radjagukguk de la Universidad Gadjah Mada, de Yogyakarta (Indonesia). En 2008 se celebrará una reunión similar en Malasia. «La información difundida por medio de CARBOPEAT no sólo proporcionará directrices de gran utilidad, sino también reforzará algunas de las iniciativas emprendidas por países del sureste asiático, como Malasia e Indonesia, para rehabilitar y recuperar turberas que ya han sufrido una degradación», afirmó el profesor Wan Sulaiman de la Universidad Malaysia Sarawak (UNIMAS). «Uno de los aspectos que más me complace ver es el compromiso de concienciar mejor a los interesados acerca de que hacer un uso razonable de los recursos y emprender esfuerzos de recuperación de los mismos contribuirá a aumentar la retención de carbono, cosa que repercutirá positivamente en el clima del planeta.» «Las turberas tropicales son una de las fuentes de emisiones de carbono a la atmósfera más importantes a nivel mundial», aseguró Susan Page. «Ojalá que, gracias a este proyecto, consigamos que la comunidad internacional reaccione urgentemente para que los países del sureste asiático puedan conservar mejor sus recursos de turba.»

Países

Indonesia, Malasia, Vietnam