Diferentes hemisferios, las mismas ambiciones: Nueva Zelanda y Europa
Prioridades científicas parecidas, una visión sobre el mundo y una excelencia científica comunes hacen que Europa y Nueva Zelanda sean altamente compatibles como socios de investigación, según afirma Steve Maharey, Ministro de Investigación, Ciencia y Tecnología de Nueva Zelanda. El Ministro neozelandés realizó una visita de diez días por Europa para promover el perfil de la ciencia neozelandesa, debatir la creación de un acuerdo formal con la UE, impulsar las relaciones bilaterales y conocer más de cerca cómo han creado sus sistemas científicos algunos países europeos. El Sr. Maharey resume así su viaje a Europa: «No se trata de decir "vamos a hacer ciencia", lo que intentamos es internacionalizar el proceso de la ciencia, averiguar dónde se encuentran los mejores focos de ciencia y sacar conclusiones de la red que se ha creado aquí». Nueva Zelanda participó con 23 equipos en un total de 13 proyectos del Sexto Programa Marco (6PM) y el Ministro confía en que su país estará representado también en el 7PM. En 1991, Nueva Zelanda firmó el Acuerdo de Cooperación en Ciencia y Tecnología con la Comisión Europea, el cual espera ahora mejorar con un nuevo Acuerdo en Ciencia y Tecnología, basado en el beneficio mutuo y en las oportunidades recíprocas de acceso a los programas de ambos países. El Sr. Maharey cree, al igual que el Comisario de Ciencia e Investigación de la UE, Janez Potocnik, que ambas partes trabajarán para alcanzar el acuerdo, cuya ratificación espera se produzca en el año 2007. «Toda la gente que hemos conocido habla de lo mismo, de que podríamos ser buenos socios y avanzar aún más», declara a CORDIS Noticias. El Ministro quiso destacar de manera especial la importancia que este viaje a Europa ha tenido para Nueva Zelanda. De hecho, la delegación, compuesta por 13 personas, era mucho mayor que las habituales. Una gran variedad de expertos científicos y administrativos integraba el grupo, para que los homólogos europeos «sepan realmente la importancia que tiene para nosotros este viaje». El Ministro anunció también que se destinará más dinero al año, 150.000 dólares neozelandeses (más de 79.000 euros), a financiar la movilidad dentro del 7PM. «Queremos puntualizar que no vendremos solamente a pedir cosas, queremos partir del dinero que ya hemos desembolsado en los intercambios». Una de las razones por las que el Sr. Maharey cree que hay más posibilidades de cooperación radica en el hecho de compartir las prioridades de investigación, entre las que figuran la salud, las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), la biotecnología, la producción de alimentos y el medio ambiente. «Es muy fácil en estos casos porque las áreas de pericia que existen en Europa se corresponden con las nuestras. Pero aún queda lugar para debatir otras áreas de pericia», afirma. Algunas de estas prioridades son, no obstante, universales, por lo que se podría cuestionar el interés particular que tiene Nueva Zelanda en colaborar con Europa cuando Australia y Asia están mucho más cerca. Aunque Asia, sobre todo sus economías emergentes, tenga importancia para Nueva Zelanda, ésta mantiene vínculos históricos con Europa y la mayoría de los científicos neozelandeses tienen relación con sus homólogos europeos. «La visión mundial de Nueva Zelanda se asemeja más a la de los europeos que a la que suelen tener los asiáticos», añade el Ministro. Nueva Zelanda y Europa son compatibles por la forma de gobierno que tienen y la posición que adoptan ante la vida y las prioridades científicas. «Incluso contamos los mismos chistes», exclama el Ministro. «Creo que esta compatibilidad ayuda a que la gente quiera trabajar junta», señaló. Durante su viaje, el Ministro visitó Alemania, Finlandia, Dinamarca, Bélgica, Países Bajos y Francia. En Alemania tuvo la oportunidad de renovar el Memorando de Acuerdo firmado con el Gobierno alemán en materia de cooperación, mientras que en Finlandia se abordaron los diferentes sistemas científicos. El sistema científico de Nueva Zelanda se ha caracterizado por ser bastante competitivo y el Gobierno ha intentado en los últimos años cambiarlo. Durante su estancia en Europa, otro de los mensajes clave que el Ministro quería transmitir es que estos cambios harán que sea relativamente más fácil para los equipos de investigación extranjeros colaborar con los organismos de Nueva Zelanda. En cuanto a Finlandia, su sistema ha tenido mucho éxito y Nueva Zelanda ha seguido de cerca este proceso. Dinamarca, al igual que Nueva Zelanda, tiene una economía basada en la agricultura. La delegación, que mantuvo conversaciones sobre la investigación agrícola, el medio ambiente y la producción de carne, tuvo la oportunidad de visitar el Medicom Valley, una agrupación de empresas farmacéuticas y de biotecnología, para comprobar cómo gestiona Dinamarca su economía agrícola y destacar al mismo tiempo en biotecnología. Nueva Zelanda está muy interesada en fortalecer sus vínculos con Francia. Aunque allí viven bastantes neozelandeses, la colaboración con este país es mucho menor que, por ejemplo, en Alemania: «Mantenemos el contacto y esperamos que con el tiempo, revierta en compromisos más formales», declara el Sr. Maharey. Aunque Nueva Zelanda está, literalmente, al otro lado del mundo con relación a Europa, nunca ha sido un problema conseguir para sus universidades y laboratorios investigadores extranjeros. «Tengo la impresión de que hay un motivo ineludible que hace que aparezcan continuamente por Nueva Zelanda europeos y éste es nuestro estilo de vida», afirma el Ministro. «Saben que aquí pueden realizar una buena ciencia y, si tienen la posibilidad de elegir entre cualquier parte del mundo o Nueva Zelanda, me he dado cuenta de que todos los científicos europeos, tanto alemanes como británicos o lo que sea, mencionarán el hecho de que conocían de antemano la forma en que se vive aquí». Nueva Zelanda cuenta también con ventajas naturales únicas. De hecho, uno de los retos de Nueva Zelanda estriba en gestionar el gran número de investigadores europeos que quieren residir algún tiempo allí llevando a cabo investigaciones sobre biodiversidad. El país ofrece también un modelo contrastado exclusivo para el estudio de los volcanes y los terremotos y cuenta con extensiones de océano que han permanecido prácticamente indemnes al impacto humano. En Nueva Zelanda, al igual que en Europa, la prioridad del Gobierno es aumentar la financiación que se destina a la investigación, concretamente la procedente del sector privado. El objetivo es alcanzar el promedio de la OCDE para la inversión en investigación. «Uno de los aspectos más interesantes de este viaje ha sido el diálogo con países más pequeños y sus conclusiones acerca de cómo se las han arreglado para conseguir más dinero del sector privado y, más concretamente, obtener financiación de las PYME». Para el Ministro Maharey la falta de financiación de las pequeñas empresas es el talón de Aquiles de Nueva Zelanda y, ya que en el país sólo existe una multinacional, las empresas más grandes no pueden subsanar esta deficiencia. «Tenemos que motivar de alguna manera a nuestras empresas pequeñas para que pongan el dinero. Los finlandeses nos han dado algunas ideas, los daneses otras y hemos ido aprendiendo un poco de otros sitios durante nuestro viaje [...]. Incluso si quisiéramos, no deberíamos desembolsar mucho más de las arcas públicas». Es posible que Auckland esté a más de 18.000 kilómetros de Bruselas, pero las prioridades y los problemas parecen ser bastante similares.
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