Desertificación: un proyecto llamado DESIRE
El avance progresivo de la desertificación en todo el mundo afecta ya a más de 250 millones de personas. Un proyecto de investigación recientemente puesto en marcha se propone ahora combatir este fenómeno a través de una serie de nuevas estrategias de conservación del medio ambiente. El proyecto DESIRE, financiado dentro del Sexto Programa Marco de la UE (6PM), agrupa a 28 institutos de investigación, organizaciones no gubernamentales (ONG) y responsables políticos de todo el mundo. El objetivo del proyecto, que cuenta con una financiación de 9 millones de euros, es presentar una serie de estrategias alternativas para la utilización y protección de estas zonas vulnerables. En palabras del Profesor Coen Ritsema, del Centro de Investigación y Universidad Alterra Wageningen en los Países Bajos, y coordinador del proyecto, «Los ecosistemas áridos y semiáridos considerados frágiles necesitan urgentemente la aplicación de estrategias integradas para su conservación que permitan a la vez prevenir y reducir su degradación progresiva». El equipo de investigadores ha conseguido identificar 18 puntos críticos, desde el sur de Europa hasta Australia, Chile y Estados Unidos que presentan toda una serie de problemas que van desde la erosión del suelo por la acción del viento y el agua, hasta la salinización y las sequías e inundaciones. Estos puntos críticos servirán como «laboratorio global» donde los investigadores podrán por una parte aplicar las técnicas de conservación cuya efectividad ya ha sido comprobada y aplicar además las medidas que permitan remediar los efectos de dichos fenómenos, y descubrir además nuevas e innovadoras estrategias a través de las que combatir la desertificación. El proyecto empezará por realizar un inventario de las informaciones características de cada lugar. En colaboración con los residentes de los diferentes lugares objeto de estudio, los científicos estudiarán los métodos y técnicas utilizados para prevenir la degradación del suelo en cada uno de ellos, para integrarlos después a las nuevos avances científicos en la materia. Los investigadores confían en que la estrecha colaboración entre los científicos y los grupos interesados en el tema de cada uno de los lugares en cuestión desembocará en la adopción de técnicas de conservación que resulten factibles y aceptables. En última instancia, el proyecto DESIRE debería permitir establecer una serie de normas prácticas para un aprovechamiento responsable del territorio. Tal y como señala el Profesor Ritsema, «Queremos poner a prueba nuevos métodos en todos estos puntos críticos para realizar después un seguimiento de los resultados a largo plazo». Por último está prevista la creación de un sistema de información sobre «mejores prácticas de gestión» basado en la Web que se pondrá a disposición de los diferentes grupos interesados en el tema.