Mayor riesgo de pobreza para los inmigrantes extracomunitarios, según un estudio
Los inmigrantes de fuera de la UE tienen más probabilidades de vivir en condiciones de pobreza en la UE que la población autóctona, según han observado investigadores del «Centro Europeo de Política e Investigación sobre el Bienestar Social». En este estudio, dirigido por la analista de políticas Orsolya Lelkes, se examinaron los niveles de pobreza en los que viven los inmigrantes de catorce países europeos en el marco de un proyecto financiado por la Dirección General de Empleo y Asuntos Sociales de la Comisión Europea. Según el estudio, no sólo la pobreza es mayor entre los inmigrantes extracomunitarios, sino que éstos y los inmigrantes intracomunitarios conforman dos grupos bien distintos en lo que se refiere a su exposición a la pobreza. El término «pobreza» se definió utilizando el indicador de Laeken, que establece que si la renta de alguien es inferior al 60% de la renta media nacional, esa persona vive en condiciones de pobreza. «El riesgo de pobreza entre los inmigrantes provenientes de países de la Unión Europea varía enormemente de un país a otro, pero es claramente superior entre otros inmigrantes e incluso entre personas que no son inmigrantes. La diferencia entre los inmigrantes intracomunitarios y extracomunitarios es especialmente acusada en Bélgica, Francia, Luxemburgo y Noruega», apunta O. Lelkes. Asimismo, los inmigrantes intracomunitarios viven niveles de pobreza inferiores (o aproximadamente iguales) a la media nacional en Dinamarca, Grecia, Irlanda, Noruega y Portugal. Austria supone un caso aislado en el sentido de que el nivel de pobreza entre los inmigrantes nacidos en la UE es casi el doble de alto que entre las personas no inmigrantes. Orsolya Lelkes atribuye las diferencias del riesgo de pobreza observadas entre los inmigrantes intracomunitarios y extracomunitarios a las características específicas de ambos grupos. Los inmigrantes procedentes de otros países de la UE suelen gozar de una formación educativa más prolongada que quienes proceden de países extracomunitarios; incluso a veces su nivel de estudios es superior al de la media del país de acogida. La tasa de empleo también es superior entre los inmigrantes intracomunitarios que entre quienes proceden de fuera de la UE. Según Orsolya Lelkes, los resultados de este estudio apuntan a una posible vulneración de los derechos sociales en algunos segmentos de la sociedad. Además, la desventaja relativa observada podría conducir a tensiones sociales, por una parte, entre los inmigrantes y la población autóctona y, por otra, en el seno de la población inmigrante en general.