Las profundidades del Océano Antártico, un «tesoro oculto» de vida
Según afirma una nueva investigación, las oscuras profundidades del Océano Antártico están rebosantes de vida; de esta manera se cuestiona la idea de que la biodiversidad de las profundidades oceánicas de la región antártica sea relativamente pobre. Este trabajo, que contó con la colaboración de investigadores de catorce organizaciones de seis países europeos y de los EE.UU. se ha publicado en la última edición de la revista Nature. De 2002 a 2005, este equipo internacional estudió el paisaje del lecho marino y las criaturas que habitan de 774 a 6.348 metros de profundidad. Aunque se han estudiado relativamente bien las especies que habitan en aguas antárticas más superficiales, poco se conoce acerca de las especies que viven a grandes profundidades. Estos científicos trabajaron a bordo del buque científico alemán Polarstern y obtuvieron miles de especímenes de las profundidades, entre los que se incluyen esponjas carnívoras, gusanos nadadores, crustáceos y moluscos. Una gran proporción de estas especies era desconocida para la ciencia. Sin ir más lejos, de las 674 especies de isópodos (un tipo de crustáceo) que fueron halladas, un 86% eran nuevas para la ciencia y, de las 76 especies de esponjas que se descubrieron, 17 eran también nuevas y 37 nunca antes se habían hallado en el Océano Antártico. «Lo que en su momento se consideró como abismo anodino, es en realidad un ecosistema dinámico, variable y biológicamente rico», afirmó la Dra. Katrin Linse del British Antarctic Survey. «El hallazgo de este extraordinario tesoro oculto de vida marina es el primer paso hacia la comprensión del complejo vínculo entre las profundidades oceánicas y la distribución de la vida marina.» Los científicos también deseaban descubrir si estas especies de las profundidades oceánicas estaban más íntimamente relacionadas con las especies de la plataforma continental cercana o con especies de las profundidades de otros océanos. La respuesta era que con ambas, puesto que las especies que habitaban en la zona oceánica más profunda tendían a estar vinculadas con las especies de otros océanos, en especial del Atlántico. Esto era aplicable en particular a aquellos grupos que se caracterizan por una buena dispersión. En cambio, las especies como los gusanos nematodos y los ostrácodos, cuya dispersión es más baja, tienden a estar mucho más relacionados con especies similares halladas en la superficie continental antártica. Según los investigadores, es probable que dichas especies se vieran arrastradas a aguas más profundas a medida que el hielo avanzaba y retrocedía con los ciclos glaciales e interglaciales. «Es muy probable que las profundidades del Océano Antártico sean la cuna de la vida marina de todo el planeta», explicó la investigadora y profesora Angelika Brandt, de la Universidad de Hamburgo. «Ahora tenemos un mayor conocimiento acerca de la evolución de las especies marinas y de su adaptación a los cambios climatológicos y medioambientales.» «Nuestros hallazgos ponen en duda aquellas teorías que sugerían que la diversidad del fondo del Océano Antártico estaba mermada y establecen las bases para explorar la importancia evolutiva de las variopintas pautas biogeográficas de este medioambiente remoto», concluyeron los investigadores.
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Antártida