«Los proyectos comunitarios cambiaron mi vida», opina un investigador
«La aventura de trabajar en un proyecto financiado por la UE cambió mi vida profesional», así lo afirma el Dr. Jean-François Boulicaut, del Instituto Nacional de Ciencias Aplicadas (INSA) de Lyon, Francia. «Si no se me hubiera ocurrido poner en marcha el proyecto, con socios muy buenos, entonces no hubiera podido desarrollar el tema y no estaría hoy donde estoy, haciendo lo que hago», detalló a Noticias CORDIS. El tema en cuestión es la extracción de datos, en el que ocupa hoy en día un lugar respetable como miembro de la comunidad internacional dedicada a este ámbito. Fue al incorporarse tras un año sabático, para trabajar en la Universidad de Helsinki, en Finlandia, con uno de los mejores equipos del mundo, cuando el Dr. Boulicaut se dio cuenta de que quería profundizar el nuevo interés que le había suscitado esta materia. En 1998, decidió presentar una propuesta de proyecto a través de la sección de Tecnologías Futuras y Emergentes (FET) de la línea de Tecnologías de Sociedad de la Información del Quinto Programa Marco (5PM) de la UE. El proyecto de «Consorcio para descubrir conocimientos mediante construcciones inductivas» (cInQ) le brindó la oportunidad de codearse con el Dr. Mannila, uno de los pioneros en el campo de la extracción de datos: «la ciencia que consiste en extraer información útil a partir de grandes conjuntos o bases de datos». Entre 2001 y 2004, el Dr. Boulicaut dirigió el proyecto, que profundizaba en el concepto de las construcciones inductivas, que utilizan la extracción de datos como una herramienta sofisticada de las construcciones de bases de datos para identificar datos o modelos con significado. Aunque esta ciencia es utilizada a menudo por las organizaciones de inteligencia empresarial y analistas financieros, pronto decidió que quería aplicar los algoritmos de extracción de datos a la plétora de datos biomédicos y, especialmente, a los datos de expresión génica. Conforme iba avanzado el proyecto cInQ, los investigadores se convirtieron en pioneros en el desarrollo de algoritmos que pueden rápidamente calcular modelos accionables a partir de las enormes bases de datos. Su segundo y actual proyecto, IQ, financiado a través de IST/FET del Sexto Programa Marco (6PM), comenzó en 2005 con el objetivo de desarrollar el marco de la construcción inductiva, que permitirá el desarrollo de sistemas de bases de datos inductivos eficaces y ya se han seleccionado aplicaciones objetivo en bioinformática para demostrar la capacidad de aplicación de los resultados algorítmicos. Trabajar en dos proyectos financiados por la UE ha mejorado su carrera profesional, aunque no sea siempre una experiencia fácil para un investigador. «Por un lado, he tenido la gran oportunidad de cooperar con los mejores equipos en el campo de la extracción de datos de Europa, lo que a mi parecer tiene un gran valor. Por otro lado, diría que las obligaciones de carácter administrativo derivadas de la creación de un proyecto financiado por la UE tienen mucho peso y requieren mucho tiempo», aunque añade, no obstante, que la situación está mejorando. El Dr. Boulicaut compara la carga administrativa de un proyecto financiado por la UE con un proyecto financiado por la Agencia Nacional de Investigación de Francia, y afirma que no existe una «medida común» en términos de presentación de un proyecto, el seguimiento obligatorio y las cantidades de dinero que se comprometen. Según su opinión, «esto frena seriamente a los investigadores que quieren iniciar un proyecto financiado por la UE». No obstante, el Dr. Boulicaut, opina que los procesos están mejorando ya que cada vez se ofrece más ayuda y apoyo a los investigadores para guiarles en la presentación de una propuesta de proyecto. Y, menciona también el valor añadido de trabajar en una red de importantes investigadores y la visibilidad internacional de los proyectos de investigación financiados por la UE como algunas de las razones para participar en un segundo proyecto europeo. «Era mi primer proyecto europeo que me permitía llevar a cabo una investigación de calidad, ayudado por mis socios de proyecto, quienes ya gozaban de renombre y estaban bien establecidos en el mundo de la extracción de datos», afirma el Dr. Boulicaut. «Gracias a esta primera experiencia, inmediatamente pasé a ser conocido en el campo de la extracción de datos a nivel europeo y el proyecto pronto cobró visibilidad en la escena europea». En cuanto a las futuras generaciones de investigadores interesados en trabajar en proyectos financiados por la UE, el Dr. Boulicaut no tiene más que palabras alentadoras. Si cambió mi vida profesional para mejor, entonces se puede afirmar con certeza que podrá cambiar la vida a cualquier investigador joven con un futuro prometedor. Si las acciones constatan los hechos, es revelador el hecho de que el Dr. Boulicaut vaya a por su tercer proyecto. Actualmente trabaja en una propuesta relacionada con la extracción de datos para la biología de sistemas. El investigador espera que la UE haga más en favor de apoyar la investigación sobre extracción de datos, la cual según cree es un campo de gran importancia, que es definida ahora además como la «futura tecnología emergente». «Existe un esfuerzo colosal a nivel europeo para producir datos, aunque este esfuerzo no es proporcional a la explotación de esos datos», afirma el Dr. Boulicaut. Y, sin embargo, es donde la extracción de datos cobra precisamente mayor relevancia, según el científico informático, «ya que tras la extracción de datos subyace la idea de exponer hipótesis potencialmente interesantes cuando no estamos bastante seguros de lo que queremos encontrar exactamente a partir de nuestro cúmulo de datos». El reto consiste en realidad en descubrir el conocimiento procedente de los datos. El Dr. Boulicaut relaciona también la falta de apoyo a la investigación sobre extracción de datos que percibe con un mal generalizado en torno a la dirección que ha tomado la investigación y, especialmente, la básica, principalmente en Francia, pero también en toda Europa. «El problema que veo es que las asociaciones público-privadas en materia de investigación están suplantando a la investigación académica, lo que tiene repercusiones negativas sobre la investigación básica y la economía del continente ante la globalización», afirma. «Creo realmente que deberíamos apoyar la investigación de calidad a nivel académico y defender al mismo tiempo la idea de la investigación básica que no exija a los científicos que aporten una aplicación cada tres meses, aunque sí tengan licencia para trabajar en algo que podrá ser transferido más tarde a una empresa, incluso de nueva creación, sin que existan hipótesis sólidas sobre cuánto debe durar el proceso». Hay algunos instrumentos de apoyo a la investigación básica, como el Consejo Europeo de Investigación de la UE, creado en 2007. Sin embargo, los planes de financiación se orientan cada vez más hacia la investigación pública-privada, opina el Dr. Boulicaut. Esta situación podría derivar en una fuga de cerebros que podría afectar irrevocablemente a la economía europea en un espacio de cinco a diez años. En su lugar, el investigador espera que se apoye la investigación básica de calidad a nivel académico, y sugiere que los que perciben los fondos de investigación no deberían pertenecer a una de las dos siguientes categorías, a saber, la investigación básica pública llevada a cabo por científicos potencialmente ganadores del Premio Nobel, o la investigación aplicada realizada por empresas del sector privado. «Me gustaría que se produjera un tipo de visión intermediaria donde no sólo unos pocos candidatos a ganar el Premio Nobel reciban financiación por su investigación de excelencia», afirma el Dr. Boulicaut, «sino también todo el conjunto de investigadores que realizan investigación básica de calidad a largo plazo sin contar con socios privados sobre temas importantes para su país, el continente europeo y la industria». Sin embargo, el Dr. Boulicaut, quien participa activamente en la investigación a largo plazo, nunca ha fracasado a la hora de obtener financiación de la UE para sus proyectos. De hecho, sus experiencias lo han hecho convertirse en un proeuropeo con una creencia firme en que sus colegas los investigadores europeos pueden lograr importantes resultados, no sólo en el campo de la extracción de datos.
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