Un estudio revela el secreto de las proteínas pegajosas de la malaria grave
Un estudio sueco-ugandés arroja nueva luz sobre cómo las proteínas «pegajosas» del parásito de la malaria originan formas especialmente graves de la enfermedad. La investigación, financiada parcialmente por la UE, aparece publicada en la edición en línea de «Proceedings of the National Academy of Sciences» (PNAS). El paludismo es una enfermedad producida por el parásito Plasmodium falciparum y transmitida a través de la picadura de mosquitos. Tras una breve estancia en el hígado del huésped humano, el parásito se introduce en el torrente sanguíneo, donde no tardará en infectar los glóbulos rojos. Llegado ese punto, el parásito pasa a producir una proteína llamada PfEMP1 (proteína-1 de membrana eritrocitaria de P. falciparum), que saliendo de las células sanguíneas es capaz de unirse con receptores de otras células de sangre y de las paredes de los vasos sanguíneos. Dicho de otro modo, la proteína ejerce de pegamento intercelular y con las paredes de los vasos sanguíneos. Se producen casos graves de malaria cuando se agrupan grandes cantidades de vasos sanguíneos hasta obstruir el flujo de sangre al cerebro, los pulmones y otros órganos vitales. Los síntomas incluyen anemia, problemas respiratorios y encefalopatía. El 10%, como media, de los individuos infectados desarrolla la forma más grave de la enfermedad, con resultados superiores en niños de corta edad, según afirma el profesor Mats Wahlgren, del Instituto Karolinska, director de la investigación. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, el paludismo mata a un niño cada 30 segundos. En el estudio que nos ocupa, los investigadores analizaron las proteínas «pegajosas» PfEMP1 producidas por los parásitos extraídos de la sangre de niños ugandeses con malaria, algunos con la forma grave de la enfermedad. Los científicos localizaron las partes de la proteína responsables de su fuerte adherencia a los receptores de los vasos sanguíneos, haciéndola efectivamente más «pegajosa». Se descubrió que las partes pegajosas eran más comunes en las proteínas producidas por parásitos encontrados en cuadros graves de malaria. Actualmente, se están trasladando los conocimientos adquiridos al desarrollo de una vacuna contra la enfermedad. «Hasta ahora, no existía vacuna capaz de evitar el desarrollo de la enfermedad y de curar a enfermos graves», explica el Profesor Wahlgren. «Se acaba de descubrir una estructura que podría servir para fabricar una vacuna capaz de ayudar a estas personas». El equipo del Profesor Wahlgren ya tiene desarrollada una vacuna prototipo que imita la forma más pegajosa de la proteína PfEMP1. Las pruebas en animales han demostrado la eficacia de la vacuna evitando la adherencia de los glóbulos rojos infectados y, por ende, los síntomas de la malaria grave. La financiación europea del estudio corrió a cargo del proyecto BioMalPar («Biología y Patología del Parásito de la Malaria»), inscrito en la sección temática de «Ciencias de la vida, genómica y biotecnología aplicadas a la salud» del Sexto Programa Marco. El año pasado, el equipo del Profesor Wahlgren anunció el desarrollo de un fármaco contra las formas graves de paludismo, llamado dGAG (glicosaminoglicano despolimerizado). Los experimentos con ratas y primates demostraron que dGAG evita la adherencia de los glóbulos rojos infectados e invierte la aglomeración celular. El Profesor Wahlgren está desarrollando el medicamento con la empresa farmacéutica sueca Dilafor. Confían en poder probarlo en humanos, comentó a CORDIS Noticias el Profesor Wahlgren.
Países
Suecia, Uganda