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Las enfermedades emergentes transmitidas por vectores, bajo el microscopio del proyecto EDEN

En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial se extendió por Europa el optimismo con respecto a que las enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria y la encefalitis transmitida por la garrapata, podrían erradicarse con unos tratamientos y unas vacunas nuevas...

En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial se extendió por Europa el optimismo con respecto a que las enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria y la encefalitis transmitida por la garrapata, podrían erradicarse con unos tratamientos y unas vacunas nuevas. Sin embargo, la reciente reaparición de varias enfermedades zoonóticas, parasíticas y transmitidas por vectores sugiere que este optimismo puede haber sido prematuro. Se han sugerido varias razones para explicar estos brotes, por ejemplo cambios del medio natural inducidos por el ser humano, cambios del comportamiento humano y el cambio climático. Sin embargo, la comunidad científica no dispone de conocimientos suficientemente precisos sobre los procesos biológicos subyacentes para elaborar modelos predictivos de la aparición de enfermedades o mapas de riesgo y ofrecerlos a las agencias públicas de salud internacionales y nacionales. Ahora EDEN, un proyecto financiado por la UE, pretende esclarecer esta cuestión. Se propone catalogar, comprender, modelar y cartografiar los factores ambientales, económicos y sociales que conducen al resurgimiento de estas enfermedades. «Queremos proporcionar a los responsables y los servicios de salud pública instrumentos de alerta rápida y decisión que les permitan informar a la sociedad acerca de los riesgos sanitarios existentes y evaluar los progresos por lo que respecta a controlar las enfermedades existentes y de nueva aparición», declaró a CORDIS Noticias el Dr. Renaud Lancelot, coordinador del proyecto. Pero definir estos factores no resulta tan sencillo. Por ejemplo, el brote de encefalitis transmitida por la garrapata en la República Checa da testimonio de los complejos factores que entran en juego. En 2006 las autoridades registraron unos mil casos de esta enfermedad, que puede resultar mortal y que es transmitida por garrapatas del ciervo. Esto significa un 60% más de casos que en 2005. «La República Checa es un país pequeño; imagínese los efectos a escala europea», señaló el Dr. Lancelot. Una explicación posible del brote es que en dicho país las precipitaciones fueron relativamente mayores en abril y mayo, lo que provocó un aumento de la población de garrapatas. Otra teoría propuesta fue que el otoño fue cálido y que proliferaron enormemente las setas, de forma que aumentó el número de personas que iban a los bosques y, por tanto, que estuvieron expuestas a un posible contagio. «Pero no es tan sólo el cambio climático lo que está provocando la expansión de esta enfermedad», puntualizó el Dr. Lancelot. También hay que tener en cuenta los factores sociopolíticos. Diversos expertos que siguieron la expansión geográfica de esta encefalitis observaron un incremento drástico de los casos registrados en el norte y el este de Europa al poco del derrumbamiento del comunismo, período en el que aumentaron tanto la pobreza como la riqueza. Grandes cantidades de población pasaron de la agricultura colectiva a la agricultura privada de pequeña escala y condujeron a sus animales a bosques y campos infestados de garrapatas. «Esto produjo un cambio del medio natural favorable para la enfermedad», señaló el Dr. Lancelot. «Algunas personas no pudieron adaptarse a los cambios económicos y acabaron en una situación de pobreza; recurrieron a la tierra para explotar sus recursos naturales, yendo con más frecuencia al bosque para recoger bayas y setas. Así entraron en contacto con las garrapatas», explicó el Dr. Lancelot. «En cambio mejoró la situación económica de otras personas. Teniendo más tiempo libre a su disposición, esta gente iba a caminar al bosque, lo que también incrementó el riesgo de infección.» Todos estos diversos factores, sumados a la eliminación de las campañas de vacunación masiva contra la encefalitis transmitida por la garrapata (campañas subvencionadas por los gobiernos durante el período comunista), provocaron un incremento drástico de los casos clínicos desde principios de la década de los años noventa. Otra enfermedad, cuya aparición tiene confundidos a los expertos, es la fiebre hemorrágica con síndrome renal (FHSR), que es transmitida por ratones de campo y otros roedores pequeños que habitan en los bosques. Los humanos contraen esta enfermedad al entrar en contacto con la orina de los roedores. En 2005 se confirmaron más de mil casos en Alemania, en una región situada al noreste de Francia, en Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos. Esta enfermedad también es muy frecuente en Escandinavia. «Aunque indudablemente la dinámica de la población de roedores influye grandemente en la FHSR, no entendemos completamente por qué está resurgiendo esta enfermedad», reconoció el Dr. Lancelot. Éste supone que los factores sociales podrían influir de algún modo en el brote de la enfermedad. También podría estar volviendo la malaria, que se pensaba erradicada en Europa. En 2006 se registraron dos casos de infección en Córcega. «Ninguna de las víctimas había viajado ni vivía cerca de ningún aeropuerto», informó el Dr. Lancelot, quien puntualizó que los mosquitos que les contagiaron eran autóctonos de Córcega. Se trata del primer caso de malaria «autóctona» en Córcega en los últimos 35 años. «La suavización de los inviernos permite a los mosquitos portadores de la enfermedad, y a otros que podrían ser portadores de la fiebre del dengue o del chikungunya, criar y sobrevivir mucho más al norte que antes.» «Se hace patente que los vectores no han desaparecido», añadió el Dr. Lancelot. El proyecto EDEN está orientado a la investigación. Se propone esclarecer los mecanismos de estos cambios epidemiológicos y perfeccionar los modelos que representan la propagación y la transmisión de enfermedades. En relación con esto, las primeras publicaciones de los equipos que participan en el proyecto resultan muy alentadoras (la quincuagésima publicación de EDEN salió en junio de 2007; es probable que se alcancen las cien publicaciones a principios de 2008). Con el apoyo continuo de la UE y la cooperación de otros regímenes y agencias de financiación, los proyectos nuevos, más orientados hacia la innovación y el desarrollo, aprovecharán estos resultados para crear sistemas de vigilancia y alerta rápida en beneficio de los habitantes de Europa y, de manera más general, de quienes están expuestos al riesgo de contraer estas enfermedades. El proyecto, que durará hasta 2010, recibió 11,5 millones de euros a través de la prioridad temática «Desarrollo sostenible, cambio climático y ecosistemas» del Sexto Programa Marco (6PM).