El ritmo de absorción del carbono en los bosques de la UE es sorprendentemente alto
Con el fin de poder alcanzar el objetivo post Kioto de reducir en un 20% las emisiones de gas de efecto invernadero para el año 2020, es probable que la UE necesite créditos de emisión para la extensión de los bosques, revela un estudio llevado a cabo por la Universidad de Helsinki (Finlandia). Si no se tienen en cuenta los bosques que están creciendo en Europa, los veintisiete Estados miembros se verán en apuros para llegar a alcanzar este objetivo a tiempo. Según los investigadores finlandeses, la vegetación de la superficie en los Estados miembros de la UE absorbió 126 teragramos adicionales (126 millones de toneladas) de carbono entre 1990 y 2005. Esta cifra corresponde al 11% de las emisiones de la región, descubrimiento que resultó ser una sorpresa para el director del estudio, el profesor Pekka E. Kauppi, de la Universidad de Helsinki, quien había calculado en un estudio realizado anteriormente que el ritmo de absorción era del 5%. A pesar de que el ritmo varía mucho en toda la UE: los quince antiguos Estados miembros sólo alcanzan un índice del 10%, mientras que la media de los doce nuevos Estados miembros llega al 15%. «En Letonia, por ejemplo, los bosques compensan con creces las emisiones per cápita», muestra el estudio. «Y los bosques en Bulgaria, Lituania, Eslovenia, Finlandia y Suecia absorben una gran cantidad de las emisiones nacionales. Al otro lado de la balanza se encuentran los países que cuentan con pocos bosques como Bélgica, Dinamarca, Irlanda, Chipre y Países Bajos.» «Las buenas noticias son que los árboles representan mecanismos extremadamente eficientes para capturar y almacenar carbono», afirma el profesor Kauppi. «Mejor noticia todavía es que los bosques de Europa están creciendo y expandiéndose y, por lo tanto, jugarán un papel cada vez más importante cuando se trate de ayudar a la UE a alcanzar sus objetivos medioambientales.» «Todos los años, los bosques europeos que están en expansión eliminan una cantidad sorprendentemente alta de carbono de la atmósfera», recalca el coautor del estudio Aapo Rautiainen. «Haciendo un cálculo aproximado, el impacto de estos bosques en la reducción del carbono atmosférico podría ser el doble del conseguido mediante el uso actual de energías renovables en Europa.» Según el Protocolo de Kioto, hoy en día los países no obtienen créditos de emisión de gases de efecto invernadero para aumentar los sumideros naturales de carbono mediante la silvicultura y la agricultura. No obstante, los investigadores finlandeses sugieren que ésta puede ser una herramienta útil. «Las políticas que aceleran la extensión de la biomasa forestal no sólo representan una garantía para el cambio climático y la biodiversidad, sino que también dan lugar a oportunidades económicas», declara Laura Saikku, la tercera autora del estudio. «Los propietarios de tierras pueden beneficiarse de las nuevas industrias como la producción de bioenergía a partir de la madera. Esto también podría ayudar a reducir una de las principales amenazas para la extensión forestal sostenible, la necesidad de ordenar el espacio para producir biocombustibles agrícolas como alternativas a los combustibles fósiles.» El informe completo titulado «The sustainability challenge of meeting carbon dioxide targets in Europe by 2020» aparece publicado en la edición actual de la revista británica Energy Policy.
Países
Finlandia, Países Bajos