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Los registros de impuestos y vertederos de basura se utilizan para estudiar la historia de la pesca europea

Científicos de la iniciativa Historia de las Poblaciones de Animales Marinos han hurgado en los archivos históricos y han escarbado en los vertederos de basura prehistóricos en un intento por comprender cómo han cambiado con el tiempo las poblaciones de peces de los mares del ...

Científicos de la iniciativa Historia de las Poblaciones de Animales Marinos han hurgado en los archivos históricos y han escarbado en los vertederos de basura prehistóricos en un intento por comprender cómo han cambiado con el tiempo las poblaciones de peces de los mares del norte de Europa. Los investigadores, cuyo trabajo forma parte de la iniciativa internacional Censo de Vida Marina, han publicado sus resultados en catorce artículos que han sido recogidos en una edición especial de la revista Fisheries Research. Gran parte de esta labor ha sido financiada por la UE. En la presentación de la colección de artículos, Henn Ojaveer de la Universidad de Tartu, en Estonia, y Brian MacKenzie de la Universidad Técnica de Dinamarca, explican la importancia de estos estudios. «Los resultados de estos y otros estudios similares suponen una importante contribución a la creación de nuevos marcos de referencia para la gestión de los ecosistemas marinos, incluyendo las estrategias de conservación de los recursos vivos sobreexplotados». Un estudio realizado por investigadores daneses incluye el análisis de más de cien mil huesos de peces que han sido encontrados en asentamientos daneses de la Edad de Piedra. Durante el periodo entre 7.000 y 3.900 AC, las aguas que rodeaban Dinamarca eran más calientes y saladas de lo que son hoy en día. Los huesos de peces revelan que en esa época, las aguas estaban pobladas por especies que se consideran de agua templada, como la anchoa y la chopa. Actualmente estos peces se encuentran en latitudes mucho más meridionales, como por ejemplo, en las aguas más cálidas del Mediterráneo. Sin embargo, en los últimos diez a quince años estas especies han retornado a las aguas danesas debido al aumento de las temperaturas. Debido a que las temperaturas eran más elevadas en la Edad de Piedra, los científicos se sorprendieron al encontrar grandes cantidades de huesos de bacalao en las muestras. Los estudios han demostrado que el descenso en el número de bacalaos en los últimos años se debe en parte al aumento de la temperatura del mar que afecta a la supervivencia de los bacalaos jóvenes del Mar del Norte. Los investigadores creen que el bacalao de la Edad de Piedra era capaz de hacer frente a las temperaturas más cálidas debido a que estaba sometido a una presión de la pesca mucho menor. «Estos resultados demuestran que se producirán cambios importantes en la fauna de peces cerca de Dinamarca conforme cambia el clima», explican los científicos. «Sin embargo, las poblaciones explotables de bacalao pueden mantenerse potencialmente en las aguas cercanas de Dinamarca, incluido el Mar del Norte, aunque la vulnerabilidad al cambio climático y el riesgo a que se produzca un descenso en picado de las reservas de los caladeros repercutirán en el aumento del índice de mortalidad actual de las poblaciones de peces». Mientras tanto, los investigadores letones y estonios han estudiado minuciosamente los registros de impuestos de la capital letona, Riga. A finales del siglo XVII, en Europa dominaba el periodo más frío de la Pequeña Edad de Hielo. En ese tiempo, Riga era el mayor centro del Báltico Oriental y el enclave principal donde los pescadores de la región vendían sus capturas. Todos los pescadores que enviaban sus capturas a Riga estaban sujetos a un impuesto especial, que era administrado por el Colegio del Tesoro de Riga. Los investigadores se basaron en estos registros para saber sobre las especies que había en el Golfo de Riga durante esta época más fría de nuestra historia. Los registros de impuestos revelaron que la pesca se componía mayoritariamente de arenque, platija y zoarces viviparus, conocidas todas ellas por ser especies tolerantes al frío. Las especies que prefieren las aguas más cálidas y que son hoy relativamente comunes, como la perca, constituían menos del 1% de las capturas. En concreto, la pesca del arenque parecía ser particularmente vulnerable a los cambios climáticos, y las capturas descendieron en el periodo entre 1685 y 1696, cuando los inviernos fueron especialmente severos. Por otro lado, factores socioeconómicos como la demanda del mercado se atribuyen a los cambios relativos a la pesca de la platija y el zoarces viviparus. El apoyo comunitario a estos estudios procedió de tres proyectos del Sexto Programa Marco (6PM). Las Redes de Excelencia MarBEF (Marine biodiversity and ecosystem functioning) y EUR-OCEANS (Ocean Ecosystems Analysis) están financiadas a través del área temática «Desarrollo sostenible, cambio global y ecosistemas», mientras que el proyecto INCOFISH (Integrating multiple demands on coastal zones with emphasis on aquatic ecosystems and fisheries) ha sido financiado a través del área «Cooperación internacional».

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