Acceso al agua para los pobres del mundo
Más de una persona de cada seis no tiene acceso a agua potable segura en todo el mundo. Esto equivale a unos 1.100 millones de personas. Diversos analistas están dando la voz de alarma sobre posibles guerras del agua que podrían desatarse en el futuro cercano a medida que el agua se hace cada vez más escasa. Una solución posible para grandes áreas de África y Asia es la creación de pequeñas plantas de tratamiento de aguas descentralizadas y provistas de un suministro eléctrico autónomo. Estos centros de tratamiento podrían ayudar a transformar el agua de mar o salobre en agua potable para la población cercana. Mientras que muchas regiones áridas de África y Asia sufren de una grave escasez de agua, diversas empresas europeas están tendiendo una mano a las comunidades locales proporcionándoles las herramientas necesarias para abastecerse de agua potable. En el pasado las soluciones se centraban tradicionalmente en grandes plantas industriales de desalinización que tienen la capacidad de suministrar 50 millones de metros cúbicos de agua dulce diariamente. Sin embargo, esta tecnología no es apropiada para las regiones áridas y semiáridas de África y de la India, aunque estos son los lugares donde el suministro de agua potable resulta cada vez más difícil, especialmente en las zonas rurales. «Estas regiones interiores tienen una infraestructura escasa», aclara Joachim Koschikowski, del Instituto Fraunhofer de Sistemas de Energía Solar (ISE), con sede en Friburgo. «A menudo no cuentan con red de suministro eléctrico, por lo que las desalinizadoras convencionales no son ninguna opción.» Durante años, él y su equipo han participado en diversos proyectos financiados con fondos comunitarios y dirigidos a la construcción de pequeñas plantas desalinizadoras descentralizadas que producen agua potable gracias al autoabastecimiento de energía solar. «Nuestras plantas funcionan sobre el principio de la destilación por membranas», afirma el Dr. Koschikowski. El principio es el mismo que el de los procesos implicados en un abrigo de Gore-Tex, en el cual una membrana impide que el agua de lluvia traspase el material y llegue a la piel. Al mismo tiempo, el vapor de agua que se forma por la transpiración dentro del abrigo sale hacia afuera. Los investigadores han construido hasta ahora dos sistemas diferentes de plantas autoabastecedoras de energía. «Nuestro sistema compacto, pensado para producir unos 120 litros de agua dulce por día, se compone de recolectores de energía solar de una superficie captora de seis metros cuadrados, un pequeño módulo fotovoltaico para hacer funcionar una bomba y el módulo de desalinización», explicó el Dr. Koschikowski. «Si estos costes se comparan con lo que pagan hoy día los habitantes de muchas regiones en emergencia por la misma cantidad de agua o refrescos embotellados, la planta de purificación de aguas amortiza su coste rápidamente», asegura el científico. Las instalaciones piloto de Gran Canaria y Jordania están funcionando satisfactoriamente desde hace algún tiempo. Por tanto, los investigadores planean comercializar el sistema a través de una empresa spin-off conocida como «SolarSpring» desde mediados de este año.