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El Sahara se secó de forma gradual, no abruptamente

Según una nueva investigación, la transformación del Sahara de ser una pradera tropical al desierto que es hoy fue un proceso lento que duró miles de años. Las conclusiones contradicen trabajos anteriores que indicaban que el cambio de un Sahara «verde» a un Sahara «árido» fue...

Según una nueva investigación, la transformación del Sahara de ser una pradera tropical al desierto que es hoy fue un proceso lento que duró miles de años. Las conclusiones contradicen trabajos anteriores que indicaban que el cambio de un Sahara «verde» a un Sahara «árido» fue un proceso rápido de apenas unos siglos. Hace aproximadamente 14.800 años, el Sahara se convirtió en una gran pradera tropical llena de lagos gracias a una intensificación del monzón. Los análisis de sedimentos marinos hallados en la costa occidental del Sahara parecían indicar que éste se había secado de forma bastante repentina hace unos 5.500 años. Este cambio abrupto en el medio ambiente se atribuyó a la conjunción de los patrones de precipitación y cambios en la vegetación. En este estudio reciente, un equipo internacional de científicos dirigido por el Dr. Stefan Kröpelin, de la Universidad de Colonia (Alemania), estudió sedimentos del Lago Yoa, situado en el norte del Chad. A diferencia de muchos otros lagos de la región, el Lago Yoa nunca ha llegado a secarse, ya que se alimenta de un acuífero subterráneo. Durante los últimos 6.000 años, todos los veranos e inviernos se deposita una capa de sedimentos en el fondo del lago. Estudiando la composición geoquímica de dichos sedimentos, así como los restos de plantas y animales encontrados en éstos, los científicos pudieron reconstruir con gran detalle la evolución del Sahara durante los últimos 6.000 años. Las conclusiones de este estudio se han publicado en la última edición de la revista Science. Los resultados muestran que el Sahara se secó gradualmente durante un período comprendido entre hace 5.600 y 2.700 años, lo cual se debió a la pérdida paulatina de fuerza del monzón. Al disminuir la cantidad de precipitaciones, los árboles y plantas de la pradera tropical desaparecieron y fueron sustituidos por la vegetación típica del Sahel. Al final desapareció también la cubierta herbosa y empezaron a surgir plantas capaces de sobrevivir al clima desértico. Los hallazgos de este estudio son importantes, ya que hasta ahora el caso del Sahara se había presentado como un ejemplo de la rapidez con la que pueden cambiar los entornos naturales si se alcanzan ciertos puntos de inflexión. Además, los científicos hacen hincapié en que disponer de datos sobre la velocidad de dichos cambios es crucial para comprender la interacción entre los climas tropicales y de latitud media.

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