IntUBE afronta las emisiones europeas
Quien diga que el ahorro energético pondrá en peligro la comodidad y el bienestar se va a llevar una sorpresa. El proyecto IntUBE («Uso inteligente de la información energética en los edificios»), financiado con cuatro millones de euros provenientes de los fondos comunitarios, se ha fijado reducir a la mitad la cantidad de energía que utilizamos en nuestros hogares y oficinas, sin necesidad de poner en peligro nuestras comodidades. La energía se considera el factor que más influye en el cambio climático, llegando a aportar el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero dentro del espacio europeo. Aunque la UE esté resuelta a reducir las emisiones, la práctica energética actual en Europa tiene el potencial de aumentarlas en un 5% de aquí a 2030. Con el precio del petróleo al alza y el suministro de gas a la baja, los principales organismos están decididos a fomentar la eficiencia energética. Se necesita, por tanto, ayuda para encontrar formas de ahorro energético, y aquí es donde el proyecto IntUBE entra en acción. El proyecto, que ha reunido a investigadores y empresarios de nueve países europeos, tiene como misión ayudar a la UE a alcanzar su meta de mejorar la eficiencia energética en un 20% en los próximos doce años. Los hogares y las oficinas de Europa consumen alrededor del 40% de la energía empleada en el continente. Con el fin de abordar este área de consumo, el proyecto pretende colaborar con la industria de la construcción para ayudar a crear hogares y edificios dotados de una mayor eficiencia energética. En IntUBE ha participado Nashwan Dawood, catedrático en construcción y director del Centre for Construction Innovation & Research («Centro para la innovación y la investigación en la construcción») de la Universidad de Teesside (Reino Unido). «Parte de la respuesta consiste en emplear la tecnología informática para analizar y controlar de forma inteligente el consumo de energía, no sólo en nuevos edificios, sino también en los hogares y oficinas ya construidos», afirmó el catedrático. Si bien instar a la gente a reducir su consumo de calefacción y luz sería lo ideal, no es factible, aseguró el profesor Dawood. «Si en nuestras oficinas hace un calor insoportable, la gente conectará el aire acondicionado y, si hace mucho frío en casa, encenderán la calefacción», explicó éste. Lo que sí podría funcionar es ofrecer a los consumidores información sobre su «consumo energético y más sistemas de control inteligentes que les permitan emplear su energía de forma mucho más eficaz», sugirió el profesor Dawood. El objetivo de la UE de incrementar la eficiencia energética un 20% fracasará si sólo se centra en edificios nuevos y reformados, según el profesor de Teesside. Para asegurarse de que se alcanza esta meta, el consorcio del proyecto IntUBE prevé la creación de edificios que utilicen menos recursos energéticos, lo que se traduce en un menor coste del ciclo vital de la energía y un menor impacto en el medio ambiente. «Queremos aumentar la eficiencia del ciclo vital de la energía en los edificios sin poner en peligro la comodidad o el rendimiento», recalcó el profesor Dawood. «Lo lograremos mediante la integración de los últimos avances en el campo de las TIC en los sistemas de gestión de comunidades y edificios inteligentes, y presentando nuevos modelos de empresa basados en TIC que presten servicios relacionados con la información energética.»