Un estudio desvela los efectos de la adicción en el cerebro
Investigadores europeos han obtenido nuevos indicios sobre los cambios moleculares que tienen lugar en el cerebro de los adictos a las drogas. Estos descubrimientos podrían servir para desarrollar nuevos tratamientos para la desintoxicación de toxicómanos o evitar recaídas. El trabajo, financiado en parte con fondos comunitarios, ha sido publicado en la revista Neuron. La adicción provoca cambios moleculares en el cerebro, sobre todo en las zonas donde se segrega dopamina, un mensajero molecular responsable de los comportamientos de búsqueda de recompensa. Las neuronas de un toxicómano han sido modificadas de tal forma que pueden transmitir señales de dopamina mucho más potentes de lo normal. Este fenómeno se conoce como «plasticidad sináptica asociada al consumo de drogas», y los investigadores sospechan que desempeña un papel fundamental en el desarrollo de las adicciones. En esta última investigación, científicos de Alemania, España y Suiza estudiaron ratones a los que se les habían desactivado ciertas proteínas clave de las neuronas productoras de dopamina mediante ingeniería genética. Se comparó el comportamiento de estos ratones modificados genéticamente con el de ratones normales en una serie de pruebas. En un principio los dos grupos se comportaron de igual manera: bajo la influencia de la cocaína, los ratones mostraron comportamientos típicos de la adicción y pasaban la mayor parte del tiempo en zonas donde esperaban encontrar la droga. Cuando se les retiraba la dosis, los ratones normales dejaban de buscarla a medida que desaparecía su dependencia, pero los ratones en los que se había desactivado la proteína llamada CluR1 continuaron con la búsqueda durante mucho tiempo después de habérseles retirado la dosis. O dicho de otro modo, su comportamiento de adicto persistía. A los ratones normales con antecedentes de adicción, si se les retira la cocaína y se les vuelve a administrar después de un largo periodo de abstinencia, dicha adicción se reactiva de forma inmediata y los comportamientos de búsqueda de la dosis se vuelven a hacer patentes. Sin embargo, el estudio que nos atañe descubrió que los ratones que carecían de la proteína NR1 tardaban más en volver a los comportamientos observados durante la adicción. «Es fascinante observar que una proteína puede determinar patrones de comportamientos adictivos», comentó Günter Schütz, del Centro Alemán de Investigación sobre el Cáncer. «Además, nuestros resultados abren nuevas perspectivas para el tratamiento de la adicción», añadió Rainer Spanagel, del Instituto Central de Salud Mental de Alemania. «De este modo, el bloqueo del receptor NR1 podría proteger [a los adictos] de una recaída. La activación selectiva del GluR1 podría incluso contribuir a "extinguir" la adicción.» El apoyo de la UE a esta investigación provino del proyecto PHECOMP («Caracterización fenotípica de modelos animales sobre trastornos neuropsiquiátricos relacionados con comportamientos compulsivos»), financiado a su vez por el área temática «Ciencias de la vida, genómica y biotecnología para la salud» del Sexto Programa Marco (6PM).