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Presentan una red de comunicaciones absolutamente segura

El 8 de octubre el proyecto SECOQC («Desarrollo de una red global para las comunicaciones seguras basadas en criptografía cuántica»), financiado con fondos comunitarios, probó por primera vez, en una reunión en Viena (Austria), la posibilidad de realizar comunicaciones seguras...

El 8 de octubre el proyecto SECOQC («Desarrollo de una red global para las comunicaciones seguras basadas en criptografía cuántica»), financiado con fondos comunitarios, probó por primera vez, en una reunión en Viena (Austria), la posibilidad de realizar comunicaciones seguras mediante criptografía cuántica en una red de telecomunicaciones comercial. La «mecánica cuántica» describe la forma en la que entendemos la naturaleza fundamental de las cosas a nivel infinitesimal. Curiosamente, el mero hecho de medir un sistema cuántico lo perturba. La criptografía cuántica, o sistema de distribución de claves cuánticas (QKD), se vale de la mecánica cuántica para crear una comunicación «segura» en la que cualquier individuo que esté a la escucha puede ser detectado. En la criptografía tradicional se utilizan claves matemáticas con la intención de dificultar la labor de cualquier intruso, pero la seguridad de este tipo de sistemas no está garantizada, porque su codificación es complicada, si bien no imposible de «romper» o descifrar. El QKD permite que dos usuarios generen una «clave» compartida que pueden utilizar para cifrar y descifrar mensajes. Si alguien intenta interceptar la conversación tendrá que realizar algún tipo de observación sobre la clave y al hacerlo provocará anomalías en el sistema de comunicación. En otras palabras, un tercero puede ser detectado mediante las propias leyes que rigen el sistema. El proyecto SECOQC se propuso crear una red de comunicación de largo alcance y alta seguridad que combinara el QKD con la ciencia informática clásica. Los avances realizados en el campo de la criptografía cuántica durante la década anterior fueron muchos y, de hecho, existen productos QKD que son capaces de conectar a dos usuarios situados a corta distancia, si bien quedaban por resolver algunos problemas que dificultaban la utilización práctica de este tipo de tecnología. El primer problema radicaba en que los sistemas cuánticos se sirven de objetos cuánticos: fotones disparados un millón de veces por segundo por un cable de fibra óptica. Dichos fotones se pierden al recorrer largas distancias, por lo que la generación de claves es muy lenta. Otra dificultad residía en que la comunicación entre dos usuarios puede ser interrumpida simplemente mediante el corte del cable de fibra óptica o la producción de interferencias en la señal, lo que resulta catastrófico para las empresas. El desarrollo de una red segura y, al mismo tiempo, robusta se consideraba esencial para poder integrar el QKD en aplicaciones dirigidas a la empresa moderna. SECOQC instaló su red de dispositivos criptográficos en un anillo de comunicaciones de fibra óptica convencional (proporcionado por Siemens, socio del proyecto) alrededor de Viena. Los seis nodos y los ocho enlaces se instalaron a distancias que variaban desde los seis hasta los ochenta y dos kilómetros. En un congreso los socios del proyecto demostraron que el sistema funcionaba correctamente en la generación y distribución de claves en toda la red, la detección de intrusos y otras prestaciones de la red. La red SECOQC consiguió la robustez y seguridad deseadas. Hizo posible la conexión entre usuarios a larga distancia y permitió que se crearan rutas alternativas entre usuarios de forma automática, lo que aceleró la creación de claves y proporcionó otras rutas de forma automática en caso de interrupción de la línea de comunicación. La conclusión con éxito del proyecto tras cuatro años de funcionamiento proporciona a los operadores de telecomunicaciones unos cimientos sobre los que construir productos y servicios basados en QKD que se pueden integrar en las aplicaciones de las empresas modernas. La normativa internacional para esta nueva tecnología será desarrollada por un «Grupo de especificación industrial sobre tecnologías cuánticas y distribución de claves cuánticas» bajo la dirección del Instituto Europeo de Normas de Telecomunicaciones (ETSI) y representantes industriales así como futuros usuarios. El proyecto integrado reunió a expertos en física cuántica y especialistas en redes, además de a expertos en criptografía, electrónica, seguridad informática, desarrollo de programas informáticos y economía. Se compuso de cuarenta y un participantes (entre los que había tres PYME, veinticinco universidades, cinco centros de investigación nacionales y ocho empresas privadas) de doce países distintos bajo la coordinación de ARC Seibersdorf research GmbH. El proyecto se financió mediante el área temática «Tecnologías de la sociedad de la información» perteneciente al Sexto Programa Marco (6PM).

Países

Austria